Brexit: El Reino Unido siente el peso de haberse salido de la Unión Europea

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Europa

El Reino Unido siente el peso de haber salido de la Unión Europea

Los británicos se dividen una vez más debido a las celebraciones frente al 'brexit' este 31 de enero. El día marcará la primera salida de un país miembro de la Unión Europea.

Los británicos se dividen una vez más debido a las celebraciones frente al 'brexit' este 31 de enero. El día marcará la primera salida de un país miembro de la Unión Europea.

Foto:AFP

El 'premier' Boris Johnson sigue con la tarea inconclusa de potenciar al país tras el 'posbrexit'.

El triunfalismo con el que el primer ministro británico, Boris Johnson, anunció el acuerdo posbrexit hace un año parece haberse ido resquebrajado, dejando una incógnita sobre el futuro de las ambiciones del Reino Unido al sellar su salida definitiva de la Unión Europea (UE).
El “Brexit se logró”, así lo proclamó con aires triunfantes Johnson hace un año, pero muchos analistas creen que las ambiciones británicas están más lejos que nunca de lograrse y mucho más la idea de Johnson de cumplir con la promesa de reconquistar los mercados mundiales al librarse del yugo europeo.
Agravado por la crisis de la pandemia, hoy los británicos se enfrentan a la histórica inflación del 5,1 por ciento, la peor en décadas, con anaqueles de supermercados medio vacíos y una escasez de trabajadores, que antes provenían de los países del bloque, y que tiene al borde de la parálisis sectores estratégicos como la agricultura, la industria y el transporte pesado.
En medio de este intenso panorama, potenciar el Brexit ha ido quedando relegado a un segundo plano para el gobernante británico, que llegó al poder con esa premisa y quien este año ha tenido que padecer el peso de navegar por sus propios laberintos tratando de cuidar su cargo en el 10 de Downing Street.
Alegatos de corrupción en su Gobierno, rebeliones al interior de su bancada conservadora y la desconfianza generalizada de la población se suman a la galopante crisis marcada por una nueva ola del covid-19 que tiene al Reino Unido con niveles récord de contagios y al sistema de salud en alerta.
El primer ministro británico, Boris Johnson.

El primer ministro británico, Boris Johnson.

Foto:Tolga Akmen / POOL / AF

No parece haber ayudado el tono beligerante que Johnson ha mantenido en su relación con la UE, en especial con las peleas que ha mantenido con su vecino más cercano, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, con quien ha tenido roces serios en temas fronterizos como la pesca y la migración de indocumentados por las aguas del Canal de la Marcha.
Durante los primeros nueve meses del 2021, las exportaciones agrícolas y agroalimentarias al Reino Unido desde el noroeste de Francia cayeron un 19 por ciento en comparación con el mismo período de 2019, lo que supuso una pérdida de facturación de 53,2 millones de euros para el sector, según un informe reciente.
Además, la falta de conductores de camiones obligó a los agricultores británicos a tirar litros de leche.
Algunos observadores aseguran que estos problemas son atribuibles a las enormes brechas en la fuerza laboral británica posbrexit, lo que provocó una escasez de unos 100.000 camioneros y 15.000 carniceros, así como trabajadores agrícolas de temporada.
De hecho, para abril pasado, los horticultores británicos se vieron obligados a dejar que sus cultivos se pudrieran en los campos porque no tenían la mano de obra para poder cosecharlos.
Las últimas cifras de la industria de alimentos y bebidas del país muestran que las importaciones de la UE en los primeros nueve meses de 2021 cayeron un 8,4 por ciento en 2020 y un 10,8 por ciento en comparación con 2019. Las exportaciones del Reino Unido a la UE obtuvieron resultados mucho peores.
En otro giro justo antes de Navidad, el gobierno británico anunció una separación para la República de Irlanda, diciendo que los controles se retrasarían para las mercancías que cruzan el Mar de Irlanda, mientras continúan las conversaciones sobre el protocolo de Irlanda del Norte.
El gobierno británico ahora confía en que no habrá más retrasos en los nuevos controles sobre las mercancías entrantes, que crearán una gran cantidad de puestos de trabajo en el transporte de mercancías, las aduanas y las normas alimentarias que no se veían desde que el mercado único entró en vigor en 1993.
Tras la salida del Reino Unido de la UE se han establecido controles fronterizos que antes no existían y se exigen nuevos permisos para circular las mercancías.

Tras la salida del Reino Unido de la UE se han establecido controles fronterizos que antes no existían y se exigen nuevos permisos para circular las mercancías.

Foto:Paul Faith. AFP

El trastorno del protocolo de Irlanda del Norte

El tema que más ha preocupado tras la firma del Brexit tiene que ver con el polémico protocolo de Irlanda del Norte, el cual fue diseñado para evitar una frontera dura entre las dos Irlandas con miras a que se impedía imponer controles de mercancías para los productos procedentes de Irlanda del Norte (que forma parte de Reino Unido) y que entran en la República de Irlanda (que forma parte de la UE). Su razón de ser es preservar el Acuerdo de Viernes Santo de 1998 que puso fin a décadas de violencia sectaria.
A nivel técnico, el protocolo establece que Irlanda del Norte debe cumplir con las reglas del mercado único de la UE. Lo que, en términos prácticos, implica establecer controles para una serie de productos procedentes de Inglaterra, Escocia y Gales.
La parte británica se ha resistido y aspira a que se elimine de los acuerdos el derecho del Tribunal de Justicia del bloque europeo a fiscalizar su aplicación, y que es papel sea asumido por un arbitro internacional, so pena de invocar el artículo 16 del acuerdo del Brexit y ha generado fuertes roces diplomáticos. Punto en el que la UE se niega a ceder
“Ese tema quedó en el limbo con la renuncia intempestiva del negociador británico, David Frost, hace menos de dos semanas”, refirió a EL TIEMPO el veterano periodista Christopher Field, allegado al primer ministro británico.

Molesta cuando la gente dice que Boris Johnson logró firmar el Brexit, pero sacrificó a las comunidades costeras para hacerlo. Eso no es un gran logro

Aunque Johnson no lo reconoció en público, Field dice que la dimisión de Frost le asestó un duro golpe al primer ministro británico, en su frente de guerra europea, porque quedó en evidencia la ausencia de una estrategia para lograr las oportunidades que podrían salir de la nueva independencia del país.
Por su lado, el profesor de Estudios Empresariales London South Bank University, Stephan Bellas, dijo a este medio que “durante este primer año desde de la retirada del bloque, la actitud del gobernante británico ha sido una de postureo y no ha sabido encauzar una política más allá de los eslóganes y la retórica”.
Lo cierto es que, por ahora, el tema quedó en manos de la secretaria de Exteriores, Liz Trust, cuyo historial es poco amigable frente a la UE y quien pocos creen que podría facilitar la nueva etapa de transición que viene.
Según algunos analistas, esto hace ver con pesimismo lo que se avecina con la nueva etapa posbrexit que se inicia este el 1.º de enero del 2022, con la incorporación de controles y aranceles fronterizos de bienes y productos que no se vivían desde la década de los años 90.
Pero las molestias frente a Johnson ha llevado a que las amenazas de bloqueo a las exportaciones británicas.
En la práctica, ya este año se registró una caída de las importaciones de casi 2.500 millones de libras esterlinas en los primeros siete meses del año, según cifras de la Oficina Central de Estadísticas de Irlanda (CSO).
"Molesta cuando la gente dice que Boris Johnson logró firmar el Brexit, pero sacrificó a las comunidades costeras para hacerlo. Eso no es un gran logro”, aseguró la exeurodiputada June Mummery, al referirse a los problemas que enfrentan los británicos en el mercado europeo.
En eso coincide Bellas, quien señaló que este proceso del posbrexit “es visto con escepticismo por la opinión pública británica”.
El viernes se leía en los Acantilados Blancos de Dover (Inglaterra), frente a la costa francesa, un mensaje que decía ‘El Reino Unido dejó la UE’

El viernes se leía en los Acantilados Blancos de Dover (Inglaterra), frente a la costa francesa, un mensaje que decía ‘El Reino Unido dejó la UE’

Foto:Efe

Aunque las opiniones siguen divididas desde que se votó el referéndum de salida del 2016, la mayoría de los británicos cree que el Brexit ha ido mal a un año de su realización. De hecho, una encuesta publicada por el diario The Observer, y realizada por la consultora Opinium, el 42 por ciento de los que votaron a favor del Brexit en el referéndum de 2016, ahora cree que el proceso y las consecuencias de la retirada están yendo bastante mal.
“El Brexit salvaje ortodoxo de Boris Johnson fue presagiado como una liberación de una Unión Europea que no hacía más que poner cortapisas burocráticas al Reino Unido, que, al liberarse, recobraría su independencia, su integridad, pudiendo recuperar el control de sus fronteras, sus intereses económicos nacionales y su jurisdicción. Pero, por ahora, eso no se ve como una realidad cercana”, recuerda Bellas.
Entre tanto, justo ayer se introdujeron controles aduaneros completos sobre los productos que se exportan de la UE al Reino Unido, lo que los líderes empresariales consideran que podrían disuadir a algunos operadores más pequeños, como los exportadores de alimentos, de suministrar a los minoristas del Reino Unido a medida que aumentan sus costos y trámites dejando la tarea del Brexit en entredicho.
María Victoria Cristancho
Especial para EL TIEMPO
Londres
@mavicristancho

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