Reválida en los banquillos ACB antes de los exámenes de junio: dando una vuelta de tuerca más a la rueda

Han sido diez días convulsos en los banquillos de la Liga Endesa. Empezando por la dolorosa derrota del Valencia Basket en la Fuente de San Luis ante el ASVEL (69-98), que le costaba el cargo a Álex Mumbrú. La temporada Mumbrú acababa como empezaba: con una derrota en casa como aquella de la primera jornada de la Liga Endesa ante el Bàsquet Girona (85-89), que se convertía en un aviso para navegantes para un técnico ya desgastado de la temporada anterior con respecto al siempre exigente público de la Fonteta.

Recuerdo escribir sobre el buen arranque taronja, con cuatro victorias en cinco partidos en Euroliga y seis en siete en Liga Endesa. Hubo reacción clara a ese traspié inicial, pero poco duró la alegría.

Con un equipo de una increíble capacidad atlética, que empezó siendo tercera mejor defensa en ACB y segunda mejor en Euroliga (tercera a día de hoy), creo que a veces le ha faltado demostrar ese potencial en forma de baloncesto, especialmente en el juego desplegado en ataque: segundo peor ataque continental sólo por detrás del ALBA de Berlín y, en un baloncesto que en la actualidad vive y muere del triple, peor porcentaje en T3 con un 33,1% y segundo equipo en triples convertidos por partido de la competición con sólo 7,3.

Pero este Valencia Basket, el de Mumbrú, ha sido capaz de ganar en la pista del Olympiacos o a Mónaco, Fenerbahçe y Maccabi en casa o en el Palau al Barça o al Unicaja en el Carpena en la Liga Endesa. O de pisar una semifinal de Copa por primera vez en cuatro ediciones.

Esa falta de la regularidad, esos dientes de sierra en lo que a rendimiento se refiere entre dos competiciones, y sin que sirva de excusa, creo que tiene mucho que ver con la falta de ese know-how de saberse equipo Euroliga per se.

Y es que la dificultad de afrontar un proyecto y marcar una línea sin tener claro en qué competición vas a jugar cada año en Europa y ser un equipo ascensor entre Eurocup y Euroliga llena de incertidumbre y hace mella. También en el puesto de entrenador. Por eso la necesidad de buscar una plaza fija a partir de 2025 con el Roig Arena en el horizonte para encontrar estabilidad.

El encargado de hacerse cargo del equipo ha sido su ayudante Xavi Albert, que tras pasar por todas las categorías de formación tendrá que recuperar la química con el público de la Fonteta. "Tenemos todos los escenarios abiertos. Puede que no vaya bien y se busque una alternativa, que Xavi esté hasta final de temporada o que Xavi sea el que siga en el banquillo. No tenemos nada decidido sobre él", decía Luis Arbalejo sobre la decisión tomada sobre un hombre de club, que a sus 36 años recibe una oportunidad siguiendo el camino de Chus Mateo en el Real Madrid o Roger Grimau en el Barça.

O de un ejemplo más cercano: el de un Rubén Burgos en el equipo femenino con el que, después de lograr su sexto título (Copa de la Reina) en su sexta temporada dirigiéndolo, el pasado curso superaba los 231 partidos de Miki Vukovic en un podio que completa Ponsarnau (201) y en el que el propio Burgos ya ha superado la cifra de los 300.

Pero no ha sido el único ni el último esta temporada. Y tenemos un ejemplo al máximo nivel. ¿Qué decir de Tomislav Mijatovic? Croata, llegó de la mano de Velimir Perasovic al Anadolu Efes en 2010 y, tras catorce años como entrenador asistente (¿quién puede conocer mejor el club que él?) de Ivkovic, Mahmuti, Sarica, Ataman y Cam está aprovechando su oportunidad.

Sustituyendo a este último, debutaba frente al Milán logrando en Euroliga un 'rush' final de ocho triunfos y dos derrotas que hace que nadie se quiera enfrentar al equipo turco en la postemporada. Si ampliamos la ecuación a Liga y Copa Turca, el balance es de 17-3. Casi nada. Otro hombre de la casa que decía, tras la primera victoria, que "mi rol en el club es hacer lo que se necesita en cada momento".

La derrota del Joventut ante el UCAM Murcia (75-82) en casa acababa con el periplo de Carles Duran en el banquillo verdinegro "ante la necesidad de revertir la dinámica y considerando que era lo mejor para el futuro inminente del equipo", según reza el comunicado.

El run-run de meses atrás de que el ciclo del técnico había terminado, pese a contar con contrato hasta 2025, y que sería Dani Miret (38 años) el que asumiría el puesto de primer entrenador, se precipitaba y convertía en hecho antes de lo esperado.

Carles Duran se hacía cargo del equipo en, probablemente, el momento más comprometido de la historia del club económica y deportivamente hablando. Salvaba al equipo del descenso en 2018 y lo devolvía a su sitio natural.

En una temporada deportiva difícil, que empezaba torcida por lesiones, fichajes que no daban el nivel, cambios en la planificación para paliar los problemas físicos, de la necesidad se convertía en virtud y veíamos a Ruben Prey y Ruzic sumarse a los Busquets, Kraag y Allen para completar un número de 13 jugadores canteranos debutando bajo el mando de Duran en el primer equipo.

Pero la vida del entrenador depende de los resultados. Y tras parecer coger velocidad de crucero en el arranque de la segunda vuelta de la Liga Endesa con seis victorias consecutivas, cinco derrotas al hilo más la eliminación en cuartos de final de la Eurocup ante el gran favorito Paris Basketball acababan con Duran fuera del Joventut en una salida adelantada que no ha hecho honor a su trayectoria al mando del equipo.

Ahora Miret empieza un proyecto a medio-largo plazo, firmado hasta 2026, donde buscará "poner mi sello a nivel de baloncesto con los referentes con ADN Penya que he tenido" y trasladar los éxitos en cantera de la Penya, a la que llegó en 2007 dirigiendo a los equipos Mini, Infantil (campeón de España en 2012), Cadete y Junior, llevando a este último en 2018 a ganar el Torneo de L'Hospitalet y el subcampeonato de España.

Y también los de las selecciones inferiores, con tres campeonatos de Europa además del campeonato del Mundo Sub-19 del pasado verano, logrando un hito que no se conseguía desde 1999 con los júniors de oro: Pau Gasol, Felipe Reyes, Juan Carlos Navarro, Raül López… A sus mandos, los Izan Almansa, Baba Miller, Jordi Rodríguez, Rafa Villar, Sediq Garuba, Lucas Langarita, Sergio de Larrea… Un badalonés que buscará ser profeta en su tierra y que fue responsable del descubrimiento de Andres Feliz.