Vaslav Nijinsky: el cisne ruso de la danza del siglo XX

Pasión, estrellato, traición, locura … La historia de la vida de Vaslav Nijinsky se lee como un drama increíble. El bailarín de ballet y coreógrafo de gran talento comenzó su ascenso a la fama en la década de 1900, y su legado continúa influyendo en todas las formas de arte y teatro en la actualidad. Hasta la fecha es considerado el representante más notable de la danza del siglo XX y fue la figura de transición entre el ballet clásico y las expresiones contemporáneas.

Nacido en Ucrania en 1889, Nijinsky era el niño medio de tres hermanos. Sus padres polacos, ambos bailarines de gira, lo bautizaron y criaron en Rusia. Él y su hermano mayor, Stanislav, recibieron entrenamiento en danza de su padre Tomasz, un gran danseur con la compañía viajera de ópera Setov. Eleanora, su madre, era solista de la compañía y ella sufría de depresión.

Nijinsky en el verano de 1907. Fotografía: Krasnoe Selo.

 

Estudios

Nijinsky, patrocinado por Enrico Cecchetti –– maestro de ballet, bailarín y coreógrafo italiano ––, ingresó en la Escuela Imperial de Ballet en 1900, seguido dos años después por su hermana Bronia. Rápidamente se estableció como un estudiante de baile de talento superior, aunque con malos resultados académicos y un comportamiento a menudo rebelde, fue solo su capacidad de baile lo que lo mantuvo inscrito. A los 18 años tenía papeles principales en el Teatro Mariinski.

Durante su tiempo en la Escuela Imperial, Vaslav Nijinsky recibió muchos elogios y oportunidades, atrayendo la atención de maestros coreógrafos como Michel Fokine y Marius Petipa. El joven estudiante fue acosado por compañeros celosos, y en un incidente particular pasó cuatro días en coma después de haber sido atacado. Finalmente, se graduó segundo de su clase, con las mejores calificaciones en danza y música.

Vaslav Nijinsky

 

El éxito de Nijinsky

Nunca se molestó en ocultar su inclinación sexual y poco después de concluir sus estudios, se encontró con el empresario de los Ballets Rusos, Sergei Diaghilev –– miembro de la élite de las artes de San Petersburgo ––, quien estaba centrado en promover el arte ruso en Occidente. Los dos se convirtieron en amantes; Diaghilev seguiría siendo enormemente influyente en la gestión y dirección de la carrera del joven bailarín.

En 1909 Nijinsky inició una gira en París con el Ballet Russes, la cual marcó tendencias en el arte, la danza, la música y la moda para la próxima década, y difundió los extraordinarios talentos de artistas como Nijinsky y un miembro de la compañía, la bailarina Anna Pavlova.

Cosechó grandes éxitos en Europa como miembro del Ballet Russes, la célebre compañía de Serguei Diaghilev, y su carrera alcanzó la cima en 1913 con su coreografía La consagración de la primavera, a partir de la partitura homónima de Igor Stravinsky.

Nijinsky se hizo conocido por su excepcional virtuosismo, su capacidad de salto y giro nunca antes vista en el escenario. “No busca representar las acciones y los gestos de un tipo aislado del personaje que asume; más bien, él retrata el espíritu o la esencia de todos los tipos de ese personaje “, escribió el historiador del ballet Cyril Beaumont.

Además de bailarín, se estableció como coreógrafo, produciendo obras como L’après-midi d’un faune ( La tarde de un fauno, 1912 ) , Jeux (1913) y Le Sacre du Printemps (El rito de la primavera, 1913). )

Nijinsky y Diaghilev.

 

La ruptura y su nueva familia

Con una mala recepción crítica y una producción lenta de tiempo, los ballets de Nijinsky causaron dificultades para Diaghilev y sus patrocinadores financieros. A medida que el bailarín se convirtió en director de la compañía, su relación con el empresario comenzó a declinar. Alrededor de este tiempo, para aumentar el estrés, el padre de Nijinsky falleció.

En 1913 Nijinsky zarpó para América del Sur, un viaje de tres semanas, en un estado vulnerable de agitación. En el mismo crucero también a bordo la joven húngara Romola de Pulszky, quien, después de ver a Nijinsky actuar en 1912, rompió su compromiso y comenzó a perseguirlo en toda Europa, asistiendo a todas las actuaciones posibles.

La pareja se casó en Argentina, poco después de desembarcar.Al regresar a París, Diaghilev se negó a reunirse con Nijinsky, en cambio le envió un telegrama para informarle de su salida del ballet ruso.

Vaslav Nijinsky y su esposa en Abril de 1916.

 

Nijinksy trató de enseñarle a su nueva esposa algo de ballet y se sintió devastada al descubrir que no le interesaba. Siendo el ballet lo más importante en su vida, se dio cuenta a los pocos días del matrimonio de un gran error que había cometido.

Incapaz de encontrar un empleador adecuado, Nijinsky comenzó su propia compañía de ballet pero no tuvo éxito. En 1913 tuvo una hija con su esposa y para el inicio de la Primera Guerra Mundial, Nijinsky, clasificado como enemigo ruso, fue internado bajo arresto domiciliario. Sin embrago, el Ballets Russes inició una lucha por reclutar bailarines como resultado de la guerra, y Diaghilev comenzó las negociaciones, incluido un intercambio de prisioneros con Estados Unidos, para emplear a Nijinsky de nuevo.

Dieciocho meses más tarde, Nijinsky llegó a Nueva York listo para unirse a la gira, la cual fue muy bien recibida y él aclamado por todos.

Su último baile

Admirado y celebrado internacionalmente, en 1916 comenzó a manifestar una conducta extraña que tres meses más tarde se reveló como el padecimiento de esquizofrenia. Historiadores cuentan que la última vez que bailó fue en 1918, a fines de la Primera Guerra Mundial. Al caminar por las calles de Viena vio a un grupo de soldados rusos que bebían vodka y tocaban música tradicional. Nijinsky improvisó para ellos una delicada coreografía.

Permaneció internado en diversos hospitales hasta su muerte, en 1950.

Fuentes: The New Yorker ReviewBooks

Lápida de Vaslav Nijinsky en el Cementerio de Montmartre en París. Foto: en-mno

 

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