LAS RAZONES POR LAS QUE SE CREE EN DIOS

Científicos de la Universidad de Oxford tratarán de determinar por qué las personas creen en un ser supremo. Los rectores de la UCA y de la USAL y una profesora de la Austral opinan sobre el singular proyecto.

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general debe hacer investigación en todos los campos del saber; en ese sentido, me parece que es una legítima decisión. En este caso, el tema a profundizar reviste características muy particulares, que hacen que la investigación también deba ser particular. La creencia religiosa pone en movimiento resortes muy íntimos y
personales. Por eso, una investigación sobre este tema debe necesariamente tener en cuenta y respetar todos esos datos; el peligro es que se reduzca la realidad
religiosa a meros criterios inmanentes y positivistas.
2) La investigación académica puede establecer ciertas condiciones que enmarcan a la creencia. Pero el punto central de la Fe pasa, en el fondo, por el misterio
del corazón del hombre que, en el caso de la religión católica, se siente amado por un Dios personal y llamado a dar una respuesta, también personal e íntima, a
ese amor. Me parece que una realidad tan esencial e interior necesariamente escapa a mediciones cientícas, y está bien que así sea: si reducimos a simples
variables las realidades más sagradas del hombre, nos queda un individuo cada vez con menos vida interior, y con una sensación de despojo cada vez mayor.
3) Puede echar luz sobre ciertos fenómenos que rodean las creencias: psicológicos, culturales, históricos, morales, etc. Sobre estos temas hay aún mucho que estudiar, siempre con el máximo respeto por lo trascendente y personal que se está abordando.
4) El impulso religioso, en tanto vínculo con lo trascendente, siempre estuvo presente en el hombre, en todas las culturas, de una manera u otra. Esto nos habla de una tendencia natural en las personas. Pero también podemos verlo desde otro punto de vista: si Dios existe (y es lo que nosotros creemos) y llama al hombre, quiere vincularse con él, es lógico que el hombre sienta en lo más profundo de su ser la existencia de este llamado y la necesidad de responder.gio de la de Oxford puede encarar una investigación en el tema que sea, teniendo garantizado el interés del mundo académico... Sin embargo, en este caso concreto, esta investigación hará un esquema estadístico de las principales razones que la gente esgrime con respecto a su fe, pero no podrá desentrañar lo que hay en el corazón humano. Es como si se quisiera aplicar un electrocardiograma para determinar si alguien está o no enamorado. La experiencia de la fe es tan honda y personal que tal investigación sólo dará resultados de tipo sociológico, sin acercarse siquiera a la cuestión en sí.
2) Voy a explicarlo con una anécdota. Una vez dos alumnos de secundario, asombrados que su profesora de losofía, que ellos consideraban aceptablemente
inteligente, fuera creyente, me acercaron un cuestionario para saber por qué yo creía en Dios. En general, acostumbro contestar a todas las preguntas que me dirigen mis alumnos, no importa lo absurdas que puedan ser; sin embargo, esta vez me di cuenta de que no tenía que responder a ese cuestionario, porque ellos iban a analizar desde lo exterior mis razones interiores, y no iban a entender nada. Iban a objetivar una vivencia subjetiva, lo cual no quiero decir que careciera de valor, sino que no podía entenderse desde afuera. Este episodio me anima a contestar negativamente a la pregunta. Creo, entonces, que se puede hacer una sociología de la religión, pero no un estudio ‘cientíco’ de la relación del hombre con Dios.
3) Podría servir para no descartar demasiado rápidamente la experiencia religiosa como algo obsoleto, una vez que se constatara que se trata de una experiencia
humana muy extendida y muy variada en sus expresiones.
4) Se cree por distintas razones, pero la principal es porque el ser humano busca un sentido a su existencia, y Dios es el único que puede dar un sentido a cada fragmento de realidad, a cada experiencia positiva o negativa, a cada rincón del universo. Nuestro deslumbramiento con cualquier forma de armonía no es más que un signo de la fundamental nostalgia de Dios que caracteriza la existencia humana individual y comunitaria.
1) Toda investigación cientíca seria y sistemática debe ser recibida como una buena noticia. En este caso, lo importante es que sus conclusiones sean el resultado
de una indagación rigurosa y que comprenda que en cuestiones de fe no todo es abordable de modo objetivo y cuanticable.
2) Creer es un Misterio que implica la esperanza de la trascendencia. Creer en Dios es un regalo divino que no sólo se nutre de la razón, sino también de la Fe.
3) El principal aporte de este tipo de investigación consiste en poner en el tapete la importancia que la religiosidad reviste para la vida de las personas. Desde su
creación, el hombre ha creido en Dios. Por ello, trabajos de esta clase dejan en evidencia que la fe es un elemento inseparable de la naturaleza humana. En consecuencia, si los estudios académicos son realizados con seriedad y disciplina, deben ser recibidos con entusiasmo.
4) Insisto en el carácter de Misterio que reviste la Fe. Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios y nuestro espíritu constituye un parte inescindible de
nuestra existencia. Para los católicos, creer en Dios es una cuestión de razón y Fe al mismo tiempo.