El gen de Yugoslavia, una familia polideportiva y un 'no' a Estados Unidos: así es Michael Ruzic, la joya que impacta en la Penya

Quedaban dos segundos y una décima para el descanso. Joventut Badalona ya iba diez arriba en el marcador ante Bàsquet Girona (46-36) y el balón le llegó casi en el medio campo. Sólo le hizo falta un bote para rebasar la línea y pasar a cancha contraria y, desde ahí, buscar el aro sin ningún tipo de miedo para enchufar sobre la bocina el que, sin duda, ha sido el triplazo de la jornada de la Liga Endesa. Un canastón que demuestra que lo de Michael Ruzic (Francia, 2006) no es casualidad. Porque aunque su debut el pasado noviembre con el primer equipo fuese fruto de la necesidad, se ha ganado un hueco en el equipo que ahora dirige desde el banquillo Dani Miret.

Formado en la cantera del Zadar, el pasado verano, con 16 años puso rumbo a Badalona después de haber llamado la atención de Europa tras su participación en el Adidas Next Generation Tournament. El torneo europeo, que reúne a lo más destacado de la categoría júnior, fue un escaparate que, sin duda, no dejó escapar. Y si alguien lo comprobó en primera persona fue, por ejemplo, el ahora entrenador del primer equipo del Barça, Roger Grimau, que participó con el júnior culé en este campeonato en el que este joven ala-pívot dejó su sello con 23 puntos.

Aquello fue un plus más para que le llovieran ofertas importantes de universidades estadounidenses, o de clubes como el Valencia Basket o el Gran Canaria. Sin embargo, una recomendación del exjugador croata del CB Prat (equipo vinculado a la Penya) Tomislav Buljan hizo que se decantara por Badalona. Una decisión con la que priorizó su formación antes que lo que pudo ser el estrellato y que, de momento, no ha podido ser mejor. Y es que si algo tiene claro Ruzic es lo importante que es crecer como jugador antes de dar el salto. Más que nada porque lo del baloncesto y el ser deportista de élite es algo que le viene de cuna.

Aunque sea nacido en Francia, su nacionalidad es croata. ¿El motivo? Que lo de que su madre diese a luz en el país galo fue por culpa de su padre: el exjugador de baloncesto y ahora entrenador ayudante en el Zadar, Tomislav Ruzic, que por entonces jugaba en Bresanzón. De él le viene la pasión por la pelota naranja, algo que ha mamado desde pequeño viendo a su padre jugar incluso en Euroliga con equipos como el Zadar, la Cibona o el Asvel. Por eso, los consejos paternos son parte de su día a día. "Mi padre me contó muchas historias, pero realmente no las recuerdo porque yo era muy joven. Siempre comparte esa experiencia conmigo y me da consejos antes de los partidos", reconoció este ala-pívot de 2,06 metros en una entrevista con la Jot Down. Aunque no es el único que puede aconsejarle sobre el ser deportista de élite.

Su madre, Barbara Jelic-Ruzic fue jugadora profesional de voleibol en la década de los 90 y, de hecho, se colgó tres bronces europeos con la selección croata. Y eso a su madre le vino de herencia de su padre y abuelo del ala-pívot de la Penya, que incluso llegó a disputar los Juegos de Moscú de 1980 con Yugoslavia, con la que quedó sexto. Por eso, que con 16 años tuviera que abandonar Croacia para luchar por su sueño no resultó extraño en su familia. Y menos aún cuando el crecimiento que ha mostrado en estos meses incluso le han hecho renovar con la Penya hasta 2029, como anunció el club en febrero, así como ser uno de los nombres que apuntan a la primera ronda del Draft de la NBA 2025.

La realidad es que Ruzic, que fuera de la pista tiene claro que los estudios son clave para su desarrollo (cursa a distancia el último año del bachillerato croata), es un jugador que si hubiera que catalogarlo sería como '4 abierto'. Pues se trata de un ala-pívot con mucha capacidad reboteadora y una muñeca excelsa para el tiro exterior. Así lo dejó claro cuando apenas llevaba un par de meses en Badalona y el 31 de octubre, Carles Durán le hizo debutar con el primer equipo... ¡en Eurocup! Lo hizo ante el Hamburgo, en el quinto duelo de la temporada en la competición continental, ante las numerosas lesiones con las que contaba Joventut en el juego interior. Y en apenas cinco minutos firmó cuatro puntos desde la línea del tiro libre, y cazó dos rebotes. Una actuación que hizo que el entonces técnico de la Penya también apostase por él para el duelo siguiente ante los London Lions, mientras que su debut en Liga Endesa llegó unos días después ante un Río Breogán en el que demostró su buena mano para el triple: tres minutos en pista y un tiro de tres anotado.

Pero sin duda, su mejor actuación de lo que va de temporada llegó en un duelo en el que demostró que la edad no está reñida con el talento. Porque ante el Paris Basketball, equipo que finalmente se ha alzado campeón de la Eurocup, logró hacer 17 puntos, cazar cinco rebotes, dar dos asistencias y poner dos tapones para firmar un 21 de valoración. Todo ello en un duelo en el que el equipo badalonés llevó al límite al galo hasta el punto de llegar a la prórroga en la que finalmente cayó 94-101.

Desde entonces, se ha convertido en un habitual del primer equipo. De hecho, ante Zunder Palencia firmó su mejor actuación de la temporada -y la mejor hasta ahora en Liga Endesa- con seis puntos, cinco rebotes, dos asistencias, tres robos y un 19 de valoración en 25:55 minutos de juego. Y es que su capacidad de lectura del juego y, sobre todo, la inteligencia que muestra en pista pone aún más en valor su calidad como jugador.

Así se vio este domingo, en la que ha sido su segundo mejor partido en la ACB, en el que terminó siendo el máximo reboteador del Joventut Badalona con siete rebotes cazados, cinco de ellos en defensa, un balón recuperado y nueve puntos ante Bàsquet Girona, de los que tres llegaron con ese triple desde el medio campo que supone una muestra más de lo que es capaz de hacer y lo que es: un talento ya de presente, pero con aún más futuro para la Penya.