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El mismo d�a que presenta una pel�cula sobre el que fue su marido, el Festival de Berl�n le otorga el Oso de Oro al que ha sido su compa�ero de trabajo desde siempre, desde 1967 para ser precisos. Es productora de Made in England: The Films of Powell and Pressburger (estuvo casada con el primero de ellos entre 1984 y 1990) y montadora de todas las pel�cula de Martin Scorsese. Empez� con este �ltimo en �Qui�n llama a mi puerta?, su primer largometraje oficial, y sigue con �l en Los asesinos de luna, el �ltimo. Se dir�a que el suyo es un trabajo, por definici�n, en la sombra y, sin embargo, pocos mitos (no solo persona de carne y hueso) tan resplandecientes como el de Thelma Schoonmaker (Argel, 1940). �Es un d�a raro. Gracias a Marty [por Scorsese] conoc� el mejor trabajo del mundo y, tambi�n gracias a �l, conoc� al mejor marido�, comenta a modo de introducci�n y casi para quitarse en medio. La que habla, para situarnos, revolucion� la t�cnica del montaje cinematogr�fico en pel�culas como Toro salvaje y suyos son tres premios Oscar (m�s seis nominaciones).
Cuenta que en su vida siempre ha habido algo extra�o cerca de la predestinaci�n. Y se explica: �Hasta los 15 a�os estuve viviendo en el extranjero, en la isla de Aruba, en el Caribe. Recuerdo que no empec� a ver la televisi�n hasta muy tarde y recuerdo tambi�n que una de las primeras pel�culas que vi fue Vida y muerte del Coronel Blimp. No s� explicar muy bien por qu� pero se qued� grabada en mi mente. L�gicamente, no ten�a no idea de que conocer�a a su director y me casar�a con �l�.
La explicaci�n corre a cuenta del documental citado. Dirigido por David Hinton y presentado en primer�sima persona por Scorsese, en poco m�s de dos horas de sabidur�a apasionada y pasi�n sabia, como se quiera, queda resumida buena parte de la vida de Shoonmaker, pero como se ven las fotos en negativo o como en un teatro de sombras. Por detr�s. �Me divierten las casualidades. Nunca plane� nada. Ni siquiera llegue al cine de forma premeditada. Originalmente, quise ser diplom�tica. Estudi� ciencias pol�ticas y lengua rusa. Pas� los primeros ex�menes hasta llegar a la entrevista donde me vi con un agente del FBI, otro de la CIA y un tercero del Departamento de Estado. Me preguntaron que si estuviera en Sud�frica y alguien me preguntara sobre el apartheid qu� responder�a. Y fui sincera, dije que la �nica respuesta posible es que es terrible y que hay que acabar con �l. Hay conden� mi incipiente carrera. Me dejaron claro que, como diplom�tica, las �nicas opiniones que valen son las de tu pa�s. As� que lo dej� y, por accidente, llegu� hasta Marty�.
Juntos han recorrido algo m�s que un largo camino. Lo correcto ser�a decir que el camino les ha recorrido a ellos. �Siempre hemos trabajado en armon�a y muy pocas veces hemos discutido o no hemos estado de acuerdo. La sensaci�n compartida es que hemos aprendido juntos. Marty es una persona que vive literalmente dentro del cine y cuando planea una pel�cula lo hace desde la idea original hasta el detalle m�s extremo del montaje. Toda la pel�cula est� en su cabeza... S�lo recuerdo un momento de discusi�n. El plano final de Toro salvaje. Cuando De Niro se enfrenta a s� mismo en el espejo. Se hicieron hasta 15 tomas de ese momento. Algo muy inusual. Ten�amos muchas dudas. Yo era partidaria de un final m�s c�lido, m�s suave. �l lo prefer�a muy fr�o. Discutimos y llegamos a montar los dos finales que proyectamos a varios amigos. Pues bien, tengo que reconocer que �l ten�a raz�n�, dice y rompe a re�r.
Schoonmaker y Scorsese han llevado el aprendizaje en com�n hasta sus �ltimas consecuencias. O, mejor, en singular: hasta su �ltima consecuencia que es el director de cl�sicos irrefutables, junto a su compa�ero Emeric Pressburger, como Las zapatillas rojas, Narciso negro, Los cuentos de Hoofman o la antes citada Blimp... �Su cine nos apasiona a los dos por la misma raz�n. En ninguna de sus pel�culas hay verdaderos villanos o h�roes. Es cine sobre personas como cualquiera de nosotros. Marty, como yo misma, se sinti� desde el primer fotograma que vio de ellos atra�do por esa fecha que se clavaba en la diana para presentar a la productora The Archers [los arqueros]. Tal fue la obsesi�n de lleg� a ver algunas de sus pel�culas hasta nueve veces seguidas en una semana. Vio claro que aquello era otra cosa, que no era Hollywood�.
Y al llegar a este punto, la montadora no puede por menos que recordar con una sonrisa la que parece su an�cdota preferida: �Es curioso porque cuando empezamos a interesarnos por Powell y Pressburger, en Inglaterra ya estaban completamente olvidados. Con motivo de un premio que recibi� en Edimburgo por Alicia ya no vive aqu�, la organizaci�n del festival le pregunt� a Marty que qui�n quer�a que se lo entregara. Y �l no dudo. ten�a que ser el director de Las zapatillas rojas. La respuesta de la organizaci�n fue: "�Pero qui�n es ese?". Lo encontraron, tomaron una copa y Marty se enamor� de �l antes de que lo hiciera yo. A partir de ese momento, Michael sali� del ostracismo y el silencio, e inici� una nueva vida llena de proyectos�.
Cuenta que la forma de retratar la violencia ha cambiado en el cine de Scorsese desde el impresionismo de planos cortos a la amplitud de tomas largas. A�ade que cuando acaban una pel�cula, se sienta con su director y la ven hasta 12 veces seguidas. Y para el final deja su concepci�n del montaje como una tarea invisible. �Me fascina el momento de Coronel Blimp en el que en la despedida, ella se da cuenta de que �l est� enamorado. Es transparente, sutil. El mejor montaje siempre es el m�s sencillo, el que no se ve�. �Y de sus trabajos? �Me molesta hablar de mis pel�culas, pero el montaje de Toro salvaje es �nico�. Y m�tico como la propia Thelma Schoonmaker cabr�a a�adir.