El espía que me plantópinterest
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Dirección: Susanna Fogel
Reparto: Mila Kunis, Kate McKinnon, Sam Heughan, Justin Theroux, Gillian Anderson, Ivanna Sakhno.
Título en V.O: The Spy Who Dumped Me
Nacionalidad: USA Año: 2018 Fecha de estreno: 17-08-2018 Duración: 116 Género: Comedia Color o en B/N: Color Guión: Susanna Fogel, David Iserson Fotografía: Barry Peterson
Sinopsis: Sin quererlo, Audrey (Mila Kunis) y Morgan (Kate McKinnon), dos amigas de Los Ángeles, se ven involucradas dentro de un asunto que les supera. De improvisto, el exnovio de Audrey aparecerá su apartamento huyendo de un grupo de asesinos que se encuentran persiguiéndole. Ante la situación a Audrey y a Morgan no les quedará más remedio que entrar en acción y verse envueltas en una gran conspiración internacional. Ellas deberán trazar un plan para salvar al mundo mientras emprenden una huida a europa escapando de asesinos de y de un misterioso y muy sospechoso agente británico.

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Lo mejor: Kunis y McKinnon revelando sus secretos a la villana.
Lo peor: lo blanditos que resultan los dos galanes de la película.


Durante el recorrido a través de Europa que emprenden estas dos espías aficionadas y atolondradas, hacen escala por algunos de los puntos más icónicos en el tour no oficial de ese género cosmopolita en el que brillaron héroes masculinos que respondían por James Bond, Ethan Hunt o Jason Bourne. Todo perfecto, claro, muy de homenaje e irrespetuoso respeto a la fórmula (trepidantes secuencias de persecuciones, sorpresas, conspiraciones y credibilidad suspendida en el trapecio del más difícil todavía), pero la cuestión no es esa.

Tras ese periplo por el Viejo Continente no se esconde Ian Fleming, sino el talante destructivo, grosero, cafre, inculto, estúpido, chovinista y absurdo de los Griswold.
El espía que me plantó no es ni más ni menos que la Misión: Imposible de Las vacaciones europeas de una chiflada familia americana (1985), no por nada dirigida, como esta adorable locura interpretada por una Mila Kunis muy Dean Martin y una Kate McKinnon muy Jerry Lewis, por una mujer: Amy Heckerling.

Dotada de un sentido del humor entre payaso y gamberro, donde los personajes masculinos van muriendo aparatosa y grotescamente o haciendo el ridículo de la forma más estrepitosa, la película arrasa con todos los tópicos imaginables, incendia la lucha de sexos y convierte a la vagina en una potencial arma de destrucción masiva y arca de la alianza perdida.