El secreto de Convict Lake (1951), de Michael Gordon

Un preso se escapa de una cárcel de Nevada, donde se encontraba por un crimen que no cometió. Va a un lugar en busca del verdadero culpable, y con él van varios peligrosos criminales que también han escapado. Sin embargo, al llegar a su destino, supuestamente por el azar de una tormenta de nieve, encuentran sólo a un grupo de aguerridas mujeres, que aguardan el regreso de sus hombres. Y se encuentra con el dilema de si deberá buscar a su enemigo o preteger a las féminas de sus depravados compañeros.

Potente western rodado en perfecto blanco y negro, y protagonizado con gran convicción por Glenn Ford (Rapto), quien está secundado por la bella Gene Tierney, la mítica protagonista de Laura. Llama la atención el abundante protagonismo femenino, donde aparte de Tierney brillan Ethel Barrymore, la abuela matriarca, y Ann Dvorak, con todo un personaje de mujer frustrada y resentida, que nunca ha estado con un hombre.

Hay momentos memorables, como la magia, ¿un posible acercamiento entre las mujeres y los criminales?, que sigue a un incendio donde ambos bandos deben arrimar el hombro.