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El show de Truman
La manipulaci�n de la
realidad y el enga�o para conseguir espect�culo y audiencia
�Enrique
Mart�nez-Salanova S�nchez
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El
puntero de don Honorato/Bibliograf�a/Lecturas
de cine
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El espect�culo/reality show
para conseguir determinados prop�sitos
Truman es un hombre atrapado por una
realidad impuesta, ficticia, creada por una gran cadena de televisi�n
para servir de espect�culo a las masas, en un reality show total,
para aumentar la audiencia. Como en el mito de la
caverna de Plat�n, en el que unos
individuos est�n encadenados desde su nacimiento en una cueva y
solamente pueden ver las sombras que les llegan desde el exterior. La
liberaci�n se hace posible cuando uno de ellos se escapa y vuelve para
contar a los prisioneros lo que sucede en el exterior, lo que les incita
a escapar, despu�s de haberlo tomado por loco y mofarse de sus cuentos.
Tambi�n en el
siglo XVII
Calder�n de la Barca hizo dudar a su personaje Segismundo si la vida no
ser�a un sue�o.
Truman ha nacido y se ha criado en un inmenso set
de cinematograf�a, manejado desde afuera por los directivos de la cadena
y el productor. Al igual que en la Caverna de Plat�n, Truman solamente
conoce lo que ve, su realidad. Cuando alguien que viene del mundo real
le dice que todo, su familia, su trabajo, sus amistades, es un
simulacro,, se niega a creerles. En un momento dado, Truman decide dudar
de todo. es el momento en que comienza su liberaci�n de las cadenas y el
conocimiento de lo que existe fuera de aquel mundo falso.
Cuando todo se
deshace, cuando Truman logra terminar con aquel show que ha durado m�s
de 30 a�os, los espectadores alaban la decisi�n de Truman de abandonar
la ciudad pero inmediatamente despu�s se olvidan de todo y cambian de
canal en busca de otro programa que les entretenga.
��Qu� m�s ponen?� pregunta uno los
espectadores. Las cosas s�lo duran mientras existen en televisi�n.
La pel�cula es
una alegor�a de una sociedad que depende de la realidad medi�tica, de la
ambici�n de los medios que realizan cualquier cosa por obtener beneficio
econ�mico, de la incapacidad para buscar otros caminos diferentes al del
espect�culo.
Existen antecedentes en la
literatura, el cine y la TV de realidades simuladas. La novela de Orwell
1984 (escrita en 1949) nos sumerge
en un mundo en el que una entidad superior lo controla todo, El Gran
hermano. En 1959,
Philip K. Dick escribi� la
novela
Time Out of Joint,
en la que un personaje vive en un
1959 alternativo, id�lico y eterno, donde el entorno que lo rodea es
simulado para proveerle una estabilidad emocional y aislarlo de la
verdadera realidad.
Dentro del campo de la ciencia ficci�n, es preciso mencionar tambi�n la
novela Starship de Brian Aldiss, en
el que dentro de una nave espacial gigante miembros de una tribu viven
en un mundo cerrado en un t�nel. Este t�nel est� aislado del resto de la
nave por abundante vegetaci�n y la tribu permanece ignorante de la
existencia de un universo m�s all� de los l�mites del t�nel; finalmente,
unos ni�os cruzan los arbustos y llegan al mundo exterior, poblado por
otras tribus. Una pel�cula de George Seaton,
36 Horas, rodada a principios de los sesenta y que
narra la historia de un oficial del ej�rcito americano (James Garner),
que conoce los planes del D�a D para invasi�n de Normand�a, es apresado
accidentalmente por los alemanes unos d�as antes de que se lleve a cabo
la operaci�n. Los alemanes, aprovechando que Garner est� inconsciente
desde su apresamiento a causa de una explosi�n, construyen r�pidamente
una r�plica de un peque�o hospital americano, y tratan de convencerlo de
que ahora vive en 1950, que Am�rica gan� la guerra y que ha perdido la
memoria durante los �ltimos seis a�os. Todo ello con la intenci�n de que
�l les revele los planes de invasi�n con el fin de prepararse.
En la serie de TV
The Twilight Zone en su episodio de
1960, A World of Diference,
trata sobre un individuo que comienza a descubrir que su vida se trata
de una historia armada y transcurrida en un set de televisi�n.
Felipe Jim�nez Luna, un director
espa�ol, hab�a realizado en 1.996 un cortometraje,
Te lo mereces, de 18 minutos, que cuenta una
historia similar, la de un joven (interpretado por Carlos Iglesias) que
desde su nacimiento ha vivido para un programa de televisi�n. Cuando
descubre que todo ha sido falso, esta vez en el mismo plat�, sus padres,
sus novias, su mujer y sus hijos son actores, el mundo se le cae encima,
pues ha quedado sin trabajo y sin familia. |
El show de Truman.
La pel�cula
El show de Truman. Una vida en directo. The Truman Show
1998. EEUU. 102 min.
Director: Peter Weir
Gui�n: Andrew Niccol
M�sica:
Burkhard Dallwitz
Fotograf�a:
Peter Biziou
Reparto: Jim Carrey (Truman Burbank), Ed Harris (Christof),
Laura Linney (Meryl Burbank/Helen Gill), Noah Emmerich (Marlon/Louis
Coltrane), Natascha McElhone (Lauren Garland/Sylvia)
Sinopsis:
Truman Burbank es un hombre corriente y algo inocente que vive en una
id�lica poblaci�n donde todo es perfecto. Lleva toda la vida all�, y
nunca ha salido m�s all� de los l�mites del pueblo.
Acepta la visi�n
de lo que le rodea y cree que el mundo es lo que ve.
En su vida no hay problemas pero, a lo largo de los �ltimos d�as,
extra�os sucesos le hacen sospechar de que algo extra�o ocurre. La
situaci�n, sin embargo, tiene peque�os desajustes que amenazan su
estabilidad.
Algunos extra�os
sucesos comienzan a alertar a Truman sobre el universo que lo rodea, en
especial cuando conoce a la extra�a Lauren Garland, una actriz llamada
Sylvia, de la cual se enamora, pero es apresada por su padre y alejada
de su compa��a. Lauren, antes de ser llevada, le advierte de que el
mundo que lo rodea es artificial y que se trata de un show de televisi�n
visto a nivel mundial.
Su gran
paso es el de subirse a un velero y a sus miedos al agua y desafiar al
horizonte para descubrir el enga�o, desafiar ala direcci�n del
programa y encontrar a la mujer que ama.
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Peter Weir. El
director
Peter Weir (Sidney, 1944)
Tras viajar por Europa, el
australiano empez� a trabajar en TV en 1967 realizando numerosos
documentales y cortos. Debut� en el cine en 1974, destacando entre sus
primeros films La �ltima ola (1977)
que trataba el enfrentamiento entre la cultura aborigen y occidental en
su pa�s. Consigui� sus primeros �xitos internacionales con
Gallipoli (1981) y
El a�o que vivimos peligrosamente
(1982), dos pel�culas que sirvieron para lanzar al cine australiano y a
su protagonista Mel Gibson. Reclamado por Hollywood, su producci�n
posterior destaca por la variedad de sus temas:
�nico testigo (1985),
La costa de los mosquitos (1986),
El club de los poetas muertos
(1989), Matrimonio de conveniencia
(1990), Sin miedo a la vida (1993).
Tras varios a�os sin dirigir present� El show
de Truman (1998). |
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Truman, el personaje que quiere escapar
Aunque vive en su mundo, sin dudar de
su realidad, la idea de Truman es viajar. Sin embargo, ya se han ocupado
los directores del show de meterle miedo al mar, a los aviones para que
no se le ocurra salir de aquel peque�o mundo
y viajar a las islas Fidji..
Hay peque�os incidentes que le extra�an, un foco que cae del cielo, y
otros detalles, como el sentirse observado cuando sale de las rutinas
marcadas, sobre todo cuando Silvia, la muchacha/actriz de la televisi�n
de la que se ha enamorado, en un momento le revela que todo es falso, un
montaje, un decorado de TV y le pide que escape de all� cuanto antes.
A partir de ah� Truman va
planificando su fuga y la intenta sin conseguirlo, hasta que decide
salir al mar con una barca, a�n d�ndose cuenta de que pod�a morir en el
intento. De pronto la proa del barco rompe el decorado, es el primer
contacto con la terrible realidad de que su vida es totalmente falsa.
descubre una escalera e intenta salir. es cuando se oye la voz de
Christof creador/productor/dios, que el dice desde el cielo:
�Soy el creador
del programa de televisi�n que llena de ilusi�n a miles de personas.
Eres el protagonista. Ah� fuera no hay m�s verdad que el mundo que he
creado para ti, las mismas mentiras, (�) pero en mi mundo no tienes nada
que temer. Te conozco mejor que tu mismo, tienes miedo por eso no puedes
marcharte (�)�.
Pero el deseo de Truman de escapar
es una obsesi�n por encontrar su libertad y a Sylvia, la joven de la que
se ha enamorado. |
De una entrevista
que en la pel�cula se hace a Christof, creador y productor del programa
Periodista: (Sobre el programa
�Ha nacido una estrella�) 1.7 billones de personas vieron el programa
cuando naci�, 220 pa�ses sintonizaron sus primeros pasos. El mundo qued�
silencioso para ese beso robado, y creci� junto con la tecnolog�a. Toda
una vida humana grabada en una intrincada red de c�maras ocultas y
difundido en vivo y sin correcciones 24 horas diarias, siete d�as a la
semana, a un p�blico de todo el mundo; desde Seaheaven Island, en el
estudio m�s grande que se haya construido jam�s... y ahora en sus 38
a�os...��el show de Truman!!. Es el primer hijo legalmente adoptado por
una corporaci�n. El espect�culo ha ganado inmensos ingresos, iguales al
PBI de un pa�s peque�o. Todo lo que aparece en el programa se puede
comprar, ya que todo el pa�s debe contribuir al espect�culo. �Por qu�
cre� que Truman nunca lleg� a descubrir hasta hoy la verdadera
naturaleza del espect�culo?
Director: aceptamos la
realidad del mundo que nos presentan, eso es todo...
Periodista: espere que entra
una llamada... (la llamada es de Laurenn/Sylvia, la chica de la cual
Truman se ha enamorado)
Laurenn:
Es usted un mentiroso y un manipulador, y lo que ha hecho con Truman es
enfermizo. �Qu� derecho tiene usted a disponer de un reci�n nacido y
convertir su vida en una especie de broma. �No se siente culpable?
Director: (mueve la cabeza
diciendo que no) Le di a Truman la oportunidad de vivir una vida normal,
el mundo en el que usted vive es un lugar enfermizo, Seaheaven es como
deber�a ser el mundo.
Laurenn:
�No es un actor! �Es un prisionero! �mire lo que ha hecho!
Director: Truman puede irse
cuando quiera, si tuviera algo m�s que una vaga ambici�n, si estuviera
decido a saber la verdad no podr�amos imped�rselo de ning�n modo. Creo
que lo que la angustia en �ltima instancia es que Truman prefiere su
celda, como lo llama usted.
Laurenn:
Ah� es donde se equivoca, y �l probar� que usted est� equivocado. (corta
el tel�fono).
Periodista: Adem�s de
comentarios iracundos de una minor�a vocal ha sido un experimento
abrumadoramente positivo.
Director: S�, para Truman y el
p�blico televidente. |
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El di�logo final
de la pel�cula
Cuando Truman choca con su velero en
el decorado, encuentra la puerta del set de televisi�n y va a
salir, se produce este dialogo entre Truman y el director, que le habla
desde el cielo.:
Director: Truman...
Truman: �Qui�n eres?
Director: El creador de un
programa de TV. que da esperanza, dicha e inspiraci�n a millones de
personas.
Truman: (por un instante se
queda pensativo) �Qui�n soy yo?
Director: La estrella.
Truman: �Nada de esto fue
real? (se da la vuelta como para salir)
Director: Esc�chame, Truman,
ya no hay m�s verdad ah� que el mundo que yo cree para ti. Las mismas
mentiras, el mismo enga�o pero en un mundo donde no tienes nada que
temer. Te conozco m�s de lo que tu te conoces a ti mismo...
Truman: �Nunca pusiste una
c�mara dentro de mi cabeza!
Director: Tienes miedo por eso
no puedes irte. Esta bien. Comprendo. Te he observado toda tu vida,
cuando naciste, cuando diste tu primer paso, tu primer d�a de escuela,
cuando perdiste tu primer diente; no puedes irte, t� perteneces aqu�.
(Truman permanece en silencio y de
espaldas mirando hacia la salida)
Director: �H�blame, di algo,
est�s en TV., todo el mundo te ve en vivo y en directo!
Truman: ( pasan unos segundos,
se da vuelta sonriente, hace una genuflexi�n) En caso de que no los vea:
�Buenos D�as, Buenas Tardes, y Buenas Noches! (ese era su usual saludo
de todas las ma�anas, durante 38 a�os, frente a sus mismos vecinos. Gira
hacia la puerta de salida y se va). |
La muerte en directo.
Mort en direct
1979. Francia. 128 min.
Director:
Bertrand Tavernier
Gui�n:
Bertrand Tavernier & David Rayfield a partir de la novela
�The Continuous Katherine Mortenhoe� de David
Compton
M�sica:
Antoine Duhamel
Fotograf�a:
Pierre-William Glenn
Reparto:
Romy Schneider, Harvey Keitel, Harry Dean Stanton, Max Von Sydow,
Th�r�se Liotard, William Russel, Carolyn Langrishe
Sinopsis:
Una dura cr�tica al poder y mal uso de los medios de comunicaci�n hacia
los que se encamina nuestra sociedad.
Vincent Ferriman es un director de televisi�n, orgulloso de su programa
�La muerte en directo� de gran �xito.
Cuando va a comenzar el programa de filmaci�n de los �ltimos momentos de
una mujer con una enfermedad terminal, con la
ciudad plagada de carteles
publicitarios que anuncian el programa y la mujer se hace famosa, ella
reh�sa. Se implanta entonces a
un hombre en su cerebro una c�mara, para que, tras ganar su amistad y
sin conocimiento de la mujer, filme en directo las �ltimas semanas de su
agon�a. |
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El dilema. Quiz Show
1994. EEUU. 130 min.
Director:
Robert Redford
Gui�n:
Paul Attanasio
M�sica:
Mark Isham
Fotograf�a:
Michael Ballhaus
Reparto:
Ralph Fiennes, Rob Morrow, John Turturro, Paul Scofield, Mira Sorvino,
Allan Rich, David Paymer, Hank Azaria, Christopher McDonald, Johann
Carlo, Elizabeth Wilson, George Martin, Paul Guilfoyle
Sinopsis:
Entre 1956 y 1959, Charles Van Doren, hijo de prestigiosos literatos y
profesor de ingl�s de la universidad de Columbia, se convirti� en uno de
los personajes m�s populares de Estados Unidos gracias al programa de
televisi�n �Twenty One�. Semana tras semana particip� en este concurso
contestando y acertando siempre las m�s variadas y dif�ciles preguntas.
Con todo Estados Unidos rendido a este personaje, el esc�ndalo salt� a
primera plana cuando su principal contrincante denunci� que el concurso
estaba ama�ado. |
Slumdog
millionaire
2008. R.U. 120 min.
Direcci�n:
Danny Boyle
Interpretaci�n:
Dev Patel (Jamal Malik), Freida Pinto (Latika), Madhur Mittal (Salim),
Anil Kapoor (Prem Kumar), Irrfan Khan (inspector de polic�a).
Gui�n:
Simon Beaufoy; basado en la novela �Q & A� de Vikas Swarup.
Producci�n:
Christian Colson.
M�sica:
A.R. Rahman.
Fotograf�a:
Anthony Dod Mantle.
Montaje:
Chris Dickens.
Sinopsis:
Jamal Malik (Dev
Patel), un joven hu�rfano que vive en una barriada pobre de Bombay,
decide presentarse a la versi�n india del concurso: ��Qui�n quiere ser
millonario?�. Ante la sorpresa de todos, Jamal responde correctamente a
todas y cada una de las preguntas. �C�mo es posible que un chico como �l
sea capaz de conocer todas las respuestas? Cuando Jamal est� a punto de
responder a la �ltima pregunta, la que le har� ganar 20 millones de
rupias, la polic�a lo detiene y se lo lleva para interrogarle. Jamal
deber� explicar por qu� conoc�a las respuestas, teniendo que recurrir
para ello a relatar diferentes momentos de su vida, que adem�s ayudar�n
a desvelar la verdadera raz�n de su participaci�n en el concurso.
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La realidad tras la ficci�n
(Informaci�n El Pa�s 04/03/2009)
Mientras la pel�cula
Slumdog Millionaire arrasa en
las taquillas de todo el mundo, sus protagonistas se enfrentan a
su peor enemigo: la realidad. Los ni�os Azharuddin Ismail y
Rubina Ali, 10 y 9 a�os respectivamente, regresaron a Bombay
como h�roes despu�s del triunfo de la pel�cula en la Gala de los
Oscars del 23 de febrero. Pero el entusiasmo de los primeros
d�as dej� paso a problemas de adaptaci�n e, incluso, acusaciones
de malos tratos.
�No quiero vivir nunca en
este barrio. No quiero dormir en el suelo. Quiero una cama y
vivir en un lugar que no huela a excrementos�. Las declaraciones
son de Rubina. Tanto la ni�a como Azhar mencionan en sus
declaraciones p�blicas lo dif�cil que les resulta adaptarse a su
hogar despu�s de haber volado en avi�n, dormir en una cama y
vivir en un hotel de cinco estrellas.
Unas declaraciones que le han
valido al padre de Azhar acusaciones de malos tratos. El pasado
viernes el diario The Sun recog�a las im�genes de una
supuesta paliza que le hab�a propinado a su hijo al negarse a
realizar declaraciones a un periodista por encontrarse agotado.
Un estado f�sico que seg�n los m�dicos le ha provocado en los
�ltimos d�as v�mitos y fiebre muy alta.
El padre de Rubina ha
declarado: �Volver a acostumbrarse a la vida en este barrio est�
resultando dif�cil para mi hija y desde que regres� no ha
querido ver a sus amigos. S�lo tiene ganas de pasar el tiempo
lejos del suburbio. Espero que el piso que se nos prometi�
finalmente lo tengamos�. De momento ni el Departamento de la
Vivienda de Bombay, ni Christian Colson, productor de la
pel�cula, les ha dicho nada. |
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Telerrealidad/reality
shows
La informaci�n de este cuadro la he
extra�do de Wikipedia, la enciclopedia libre. El enlace en el que podr�s
encontrar una mayor informaci�n es:
https://es.wikipedia.org/wiki/Telerrealidad
La Telerrealidad o los reality shows,
son un g�nero televisivo en el cual se muestra lo que le ocurre a
personas reales, en contraposici�n con las emisiones de ficci�n donde se
muestra lo que le ocurre a personajes ficticios (personajes
interpretados por actores, de ah�, su efecto de realidad.
Existen tres tipos principales de
telerrealidad:
1. Observador pasivo: la c�mara
observa pasivamente las actitudes de una persona o de un grupo de
personas.
2. Observador o C�mara escondida: la
c�mara observa a personas que ignoran que son filmadas. Suele utilizarse
en programas que hacen bromas o enfrentan a la gente a situaciones
inveros�miles, y filman sus reacciones para entretener a su audiencia.
3. Concurso de telerrealidad: en este
tipo de emisiones un grupo de personas en un ambiente cerrado compiten
por un premio, mientras son observados de forma continua por las
c�maras.
De esta forma, hay que destacar tres
caracter�sticas de la telerrealidad:
-
La que muestra una serie de
hechos que, estrictamente, no pueden incluirse dentro de las
categor�as de realidad y ficci�n, sino que son la manifestaci�n de
una nueva forma de ser: la hiperrealidad televisiva.
-
La que se basa en las acciones de
los personajes invitados que muestran p�blicamente hechos
relacionados con su vida privada.
-
La que exige la colaboraci�n de
personas no profesionales del medio. El objetivo puede ser reforzar
la interactividad entre la televisi�n y el espectador.
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MANIFIESTO CONTRA LA
TELEBASURA
1. El termino �telebasura� viene dando nombre,
desde la pasada d�cada, a una forma de hacer televisi�n caracterizada
por explotar el morbo, el sensacionalismo y el esc�ndalo como palancas
de atracci�n de la audiencia.
La telebasura se define por los asuntos que
aborda, por los personajes que exhibe y coloca en primer plano, y, sobre
todo, por el enfoque distorsionado al que recurre para tratar dichos
asuntos y personajes.
2. Los promotores de la telebasura, en su b�squeda
de un �m�nimo com�n denominador� capaz de concitar grandes masas de
espectadores ante la pantalla, utilizan cualquier tema de inter�s
humano, cualquier acontecimiento pol�tico o social como mera excusa para
desplegar lo que consideran elementos b�sicos de atracci�n de la
audiencia: sexo, violencia, sensibler�a, humor grueso, superstici�n, en
muchos casos de forma sucesiva y recurrente dentro del mismo programa.
Bajo una apariencia hip�crita de preocupaci�n y
denuncia, los programas de telebasura se regodean con el sufrimiento;
con la muestra mas s�rdida de la condici�n humana; con la exhibici�n
gratuita de sentimientos y comportamientos �ntimos. Desencadenan una
din�mica en la que el circense "mas dif�cil todav�a" anuncia una espiral
sin fin para sorprender al espectador.
3. La telebasura, cuenta, tambi�n, con una serie
de ingredientes b�sicos que la convierten en un factor de aculturizaci�n
y desinformaci�n, as� como en un obst�culo para el desarrollo de una
opini�n publica libre y fundamentada:
- El reduccionismo, con explicaciones simplistas
de los asuntos mas complejos, f�cilmente comprensibles, pero parciales o
interesadas. Una variante de este reduccionismo es el gusto por las
teor�as conspiratorias de no se sabe qu� poderes ocultos, que en muchos
casos sirven de coartada a determinados personajes y grupos de presi�n
en su labor de intoxicaci�n.
- La demagogia, que suele presentar todas las
opiniones como equivalentes por si mismas, independientemente de los
conocimientos sobre los que se sustentan o de sus fundamentos �ticos. A
ello contribuye la realizaci�n de supuestos debates y encuestas, que no
son sino simulacros de los verdaderos debates y encuestas, y que lejos
de arrojar luz sobre los problemas contribuyen a consolidar la idea del
"todo vale".
Tambi�n la demagogia cuenta con una variante: el
despliegue de mensajes esot�ricos, milagreros y paranormales,
presentados de forma acr�tica y en el mismo plano de realidad que los
argumentos cient�ficos.
- El desprecio por derechos fundamentales como
el honor, la intimidad, el respeto, la veracidad o la presunci�n de
inocencia, cuya conculcaci�n no puede defenderse en ning�n caso apelando
a la libertad de expresi�n.
Este desprecio desemboca en la realizaci�n de
"juicios paralelos"; en el abuso del amarillismo y el esc�ndalo: en la
presentaci�n de testimonios supuestamente verdaderos pero que en
realidad provienen de "invitados profesionales". Y, por supuesto, en el
apoteosis de una televisi�n de la trivialidad, basada en el protagonismo
de los personajes del mundo rosa y gualda, cuyas nimiedades y
conflictos sentimentales, tratados desde el mas descarado amarillismo,
son otro de los ingredientes de esta infecta salsa. El problema es
todav�a mas sangrante cuando este tipo de contenidos se difunden a
trav�s de las televisiones publicas, cuya obligaci�n moral y legal es
suministrar productos, �tica y culturalmente, solventes.
4. La telebasura no ha inventado nada: el halago
f�cil al espectador, el gusto por el sensacionalismo, vienen de muy
antiguo. Pero en la actualidad, la enorme influencia social de los
medios de comunicaci�n de masas agranda de forma exponencial los efectos
negativos de este tipo de mensajes.
-La telebasura se encuentra hoy en un momento
ascendente de su ciclo vital. Es como un c�ncer, cuya met�stasis tiende
a invadirlo todo, o quiz�s como un virus inform�tico que, contamina lo
que toca y acaba por impedir el mantenimiento o la aparici�n en las
parrillas de otros modelos de informaci�n mas respetuosos con la verdad
y con el inter�s social.
5. Ha llegado el momento de que todos los agentes
implicados en la actividad televisiva tomen conciencia de su
responsabilidad ante la telebasura, que por supuesto varia en
importancia seg�n la capacidad de cada uno de condicionar las reglas del
mercado.
Responsabilidad, por tanto de los Poderes
P�blicos, de las cadenas, de los anunciantes. Responsabilidad de los
programadores y de los profesionales. Y responsabilidad, tambi�n, del
ciudadano, que aun sin dejarse enga�ar por la falacia del "espectador
soberano" que por su mero dominio del mando tiene la capacidad de
modelar la oferta, debe saber que su decisi�n de ver un programa no esta
exenta de consecuencias, ni para su propia dignidad ni para el propio
mercado televisivo.
En la televisi�n nos enfrentamos con un fen�meno
social complejo articulado en grandes compa��as de cuya objetividad es
licito discrepar. Detr�s de los medios de comunicaci�n existen
intereses, poderes y modelos sociales e ideol�gicos. por tanto,
cuestionar su objetividad y preguntarse el porque de determinadas
insistencias en un tema mientras se ignoran otros, es una forma de
empezar a comprender cr�ticamente los mensajes televisivos.
6. Por todo lo anterior, los abajo firmantes
queremos manifestar nuestro rechazo y preocupaci�n ante la telebasura y
exigimos, como garant�a de control social en una sociedad democr�tica,
tanto la elaboraci�n de un c�digo �tico de regulaci�n de los contenidos
televisivos como la constituci�n de un Consejo Superior de los Medios
Audiovisuales, en los t�rminos en los que fue aprobado por la mayor�a de
los grupos parlamentarios en la anterior legislatura.
Si estas de acuerdo con este manifiesto, puedes enviar tu firma de
apoyo, indicando nombre completo, profesi�n y DNI a:
PLATAFORMA POR UNA TELEVISI�N DE CALIDAD
Asociaci�n de Usuarios de la Comunicaci�n, Uni�n
General de Trabajadores, Comisiones Obreras, Confederaci�n Espa�ola de
Madres y Padres de Alumnos, Uni�n de Consumidores de Espa�a,
Confederaci�n de Asociaciones de Vecinos de Espa�a |
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La responsabilidad de
los medios en la educaci�n
Segmento de un art�culo publicado
por el autor de este sitio. El art�culo completo est� en:
MART�NEZ-SALANOVA S�NCHEZ, E. (2008):
�Sociedad
responsable, medios responsables�
en Revista Sphera P�blica n� 8. 103-116. Murcia.
La responsabilidad de
los medios de comunicaci�n en la socializaci�n, sobre todo de los que se
dejan acompa�ar por las nuevas tecnolog�as, y sobre todo la televisi�n,
es inmensa. Nadie duda de las responsabilidades legales, amparadas por
legislaciones internacionales y de los pa�ses, que tiene que ver con la
publicidad, con los derechos humanos, en ocasiones con los horarios de
difusi�n y con los contenidos. Poco se habla de las responsabilidades
socializadoras.
Al ser productos
fabricados por la especie humana, se da por supuesto que los medios de
comunicaci�n est�n al servicio de la mejora de la sociedad y de su
cultura. Los medios de comunicaci�n, tienen la obligaci�n social de
ejercer la defensa del inter�s p�blico, y proteger a los ciudadanos,
especialmente a los menores. Se hace necesario que la responsabilidad
socializadora, que la tiene, se haga consciente en quienes detentan el
poder de los medios, quienes definen programas y contenidos y quienes
tienen capacidad de decisi�n en las formas de presentaci�n de sus
mensajes. Los medios de comunicaci�n de masas son los grandes
productores de significaci�n y sentido en las sociedades de masas y, por
tanto, los grandes mediadores en la percepci�n e interpretaci�n de la
realidad. Aparecen como altavoces de la realidad social y son
intermediarios/mediadores en la comprensi�n e interpretaci�n de la
misma.
Las empresas que
poseen las cadenas de televisi�n se rigen por los mismos patrones de
rentabilidad econ�mica que el resto de las industrias del pa�s,
detentando un poder importante en el espacio individual, familiar y
social capaz de intervenciones decisivas en la vida pol�tica y
econ�mica, aunque s�lo sea como control del resto de los poderes, de
forma parcialmente diferenciada en algunos medios. La prensa, por
ejemplo, es m�s bien mediador pol�tico, creador de opini�n p�blica
ciudadana, elemento decisivo en la pr�ctica pol�tica, planteando
cr�ticas hacia los poderes y demandas de decisiones p�blicas de los
gobernantes. El resto de los medios canalizan y crean fundamentalmente
la opini�n p�blica cultural. La televisi�n es, fundamentalmente,
instrumento de cultura, trasmisora de modas y comportamientos, de
prejuicios y de valores. Al mismo tiempo que es uno de los principales
soportes de transmisi�n y difusi�n de obras y productos culturales es
creadora de tendencias y de pautas culturales, modeladora de costumbres,
difusora de ideas y opiniones y promotora de conductas sociales y
privadas.
Si las empresas
televisivas son como cualquier otra organizaci�n, debieran tener en
cuenta aspectos comerciales y sociales m�s simples, reglamentados con
frecuencia por los estados o por organismos internacionales. Quien
fabrica lavadoras, por ejemplo, elabora un producto del que se intenta
vender el mayor n�mero posible de unidades, sabe que su venta est�
relacionada con su popularidad, que depende de su calidad, de su
servicio post venta, del entorno en el que se vende, etc. La empresa
cuida adem�s que los artefactos se utilicen con cuidado, da
instrucciones para que se cumpla la normativa de seguridad, da garant�a
de que el producto es de calidad y ante cualquier reclamaci�n, al igual
que los consumidores, es amparada por la ley. Las empresas televisivas,
sin embargo, que tanto influyen en la cultura, en los valores y en los
comportamientos de los ciudadanos, que producen entretenimiento,
informaci�n y cultura, buscan exclusivamente la popularidad y por ende
el cuanto m�s se vean sus programas, mejor, olvida el servicio post
venta, los posibles da�os colaterales que puede producir y el producto
emitido solamente es cuantificable en su valoraci�n por los �ndices de
audiencia, sin apenas control moral o social por parte de la
administraci�n o de los consumidores.
Por todo ello, por su
importancia, las cadenas de televisi�n deben asumir sus propias
responsabilidades. Los modelos familiares, �ticos, sociales y culturales
que la televisi�n aporta, est�n muy lejos de lo que es la familia en
nuestra sociedad. Se consumen otros estilos de vida y de costumbres; se
integran diferentes y multiformes relaciones familiares, �ticas y
sexuales. Las series que la televisi�n presenta, reproducen situaciones
por lo general estereotipadas, o muy lejanas a la realidad, por lo que
la juventud vive y reproduce la fascinaci�n por lo desconocido.
Los medios de
comunicaci�n, para contribuir a la responsabilidad socializadora
compartida, deben aumentar sus relaciones con los diversos sectores de
la sociedad, con una diversificaci�n de la oferta, cuidando tanto a los
ni�os como a los adultos en su programaci�n y en sus horarios de
emisi�n. Se confunde en ocasiones horario de adulto con un espacio en el
que cualquier cosa vale y, si bien es cierto que el adulto tiene
capacidad de discriminaci�n y puede elegir programas, cierto es tambi�n
que los miembros de la Especie Humana, todos, somos individuos en
constante y permanente formaci�n, necesitados en todas las etapas de la
vida de elementos que nos permitan estar en constante maduraci�n y
aprendizaje. |
�Enrique
Mart�nez-Salanova S�nchez |
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