El estrafalario prisionero de Zenda (1979), de Richard Quine

Rudolf V, rey de Ruritania, muere en un accidente. Su frívolo heredero, cuya principal diversión son las mujeres y jugar en el casino, está a punto de ser coronado rey; pero su hermano conspira contra él. Por otro lado existe un cochero londinense, que no es consciente del increíble parecido físico que guarda con el futuro monarca; pero sí que lo son su fieles sirvientes, que contratarán sus servicios como hipotético conductor de carruajes, aunque en realidad lo que desean es despistar a los conspiradores.

Richard Quine aprovechó el talento cómico de Peter Sellers, que tiene un triple papel de los que tanto le gustan, en esta divertida parodia de la novela de aventuras de Anthony Hope. La confusión de identidades propicia gags muy divertidos.