The Good Mother: la mitigación del duelo en un mundo corrompido
Dirección: Miles Joris-Peyrafitte.
Guion: Madison Harrison, Miles Joris-Peyrafitte.
Elenco: Hilary Swank, Olivia Cooke, Jack Reynor, Dilone, Norm Lewis, Madison Harrison, Hooper Penn, Karen Aldridge, Jay Giampietro, Majestic Tillman, Cliff Ware, Larry Fessenden.
País: Estados Unidos.
Palomómetro:
Más información de la película: https://www.imdb.com/title/tt21222462/
La epidemia de opioides es una de las peores crisis de salud pública y económicas de los últimos años. Entre 1999 y 2019, casi 500,000 personas murieron en Estados Unidos a causa de una sobredosis relacionada con algún opioide, ya sea ilegal o con prescripción médica. Documentales como All the Beauty and the Bloodshed (Laura Poitras, 2022) presentan los complicados matices del problema, yendo más allá de los patrones de adicción y las sobredosis al explorar la corrupción del sistema de salud y político, así como las mafias que se establecen en torno al narcotráfico.
The Good Mother es una película que revela sus capas con cautela para hacer lo que parecería una historia común sobre una tragedia relacionada con el tráfico y las adicciones algo más complejo e inquietante: una exposición de la decadencia social, las estructuras de poder y el prejuicio hacia los adictos. El duelo de dos mujeres que comparten el dolor de no encontrar justicia es lo que se pasea entre estos temas como si fuesen estaciones.
Marissa (Hilary Swank) es una escritora retirada de Nueva York con dos hijos, Toby (Jack Reynor), oficial de policía, y Michael (Madison Harrison), por quien ha agotado sus recursos para ayudarlo a lidiar con su adicción a los opioides. La tragedia golpea la vida de Marissa cuando Michael es asesinado. El día del funeral, se reencuentra con Paige (Olivia Cook), novia de Michael y a quien culpa del patrón de adicciones de su hijo.
Luego de descargar su furia con una Paige embarazada, Marissa escucha su versión de los hechos esperando información que ayude a resolver el asesinato de Michael. Mientras la relación de las mujeres se estrecha, conectando a través de una pérdida en común, los elementos alrededor del caso se desvelan con inquietud, incrementando la tensión y llegando a un punto de no retorno.
Al igual que en As You Are (2016), su fascinante debut cinematográfico, Miles Joris-Peyrafitte presenta un estudio de personajes sentenciados por sus secretos girando sobre una trama de asesinato. Hay un mundo oculto detrás de las miradas de los personajes que Joris-Peyrafitte construye, intentando subsanar las heridas pasadas, las tensiones en sus vínculos y los horrores que acechan en su microcosmos amenazando en destruir su monotonía imperfecta.
Aunque el director y guionista se mantiene consistente en su estilo de cine independiente sobrio que no martiriza ni endiosa a sus personajes, The Good Mother lidia con problemas que le cohíben su potencial como thriller dramático. Encasilla a sus personajes en una narrativa monótona que no hace una reflexión profunda sobre el duelo, las adicciones y/o la corrupción del sistema. El guion se detiene para comentar sobre problemas obvios, pero titubea sin ir a la yugular.
A través de la ferocidad usual de Swank, la represión del duelo es el único tema que se plasma con ligera astucia. Los momentos más brillantes, tanto narrativos como actorales, llegan cuando Marissa medita en un grupo de apoyo sobre las dificultades de tener un hijo adicto. Los diálogos son agudos e incómodos, pero profundamente realistas. Es virtuoso observar matices de la vivencia del duelo, evitando la idealización y apremiando la crudeza de las emociones.
El duelo de Marissa es complicado por el agotamiento físico, emocional y financiero que conlleva ser padre de una persona lidiando con una adicción. Joris-Peyrafitte otorga el don de la empatía a sus personajes al no emitir juicios. Es particularmente satisfactorio ver la humanización del duelo en la que se puede hablar del fallecido de manera compleja y no desde la glorificación y la victimización, mostrando facetas de la maternidad que suelen ser reprochadas por la sociedad.
Swank desarrolla su personaje como una madre compleja, atrapada entre el amor por sus hijos, sus propios sentimientos y deseos, y el miedo a las consecuencias de sus acciones. Olivia Cook destaca en un personaje aun más cohibido que arroja luz sobre la común problemática de las adicciones y la ilusa creencia de que una pareja o un ser querido puede “salvar” a otros.
El énfasis principal que se hace en The Good Mother no es simplemente el dolor que deja una pérdida, sino los factores que rodean a la misma y las condiciones sociopolíticas que complican la vivencia del duelo. La negligencia de los investigadores, la corrupción policial y el prejuicio social que ve a los adictos como ciudadanos desechables, son temas que se asoman para dar a entender que el duelo en sí no es el protagonista de la cinta, sino lo que rodea a éste y lo hace más doloroso para los familiares.
Los intentos de Marissa y Paige por encontrar justicia y respuestas a su manera desembocan en un tercer acto tenso y precipitado que reluce las habilidades del director para manejar suspenso, revelando cómo la realidad siempre es más tórrida de lo que imaginamos y que la decadencia social viene de la mano de las mafias y las estructuras políticas que aterrorizan con su poder.
Con toques de cine negro, The Good Mother va de la contención a la tensión en un relato de personajes que buscan conciliar su dolor, pero están atrapados en un mundo sin valores ni moralidad. Tiene un carácter previsible y problemas de ritmo que socavan su alcance, pero la propuesta de Joris-Peyrafitte es consistentemente compasiva con sus personajes, manteniendo un foco tan miserable como realista sobre una sociedad gobernada por los abusos de poder y la indiferencia a las crisis humanitarias.
Psicólogo desde 2018, cinéfilo de toda la vida. Se graduó en 2018 en Maracaibo, Venezuela. Tiene 24 años. Apasionado por el cine independiente y los documentales. Entre sus cineastas favoritos se encuentran Richard Linklater, Ken Loach, Kelly Reichardt, Michael Haneke y Céline Sciamma, los cuáles aprecia por su sinceridad y humanismo al entender a las personas con sus complejidades.
La película Boyhood (2014) le hizo darse cuenta de la capacidad de belleza que tiene el cine, aunque su fascinación por escribir y leer historias que le transporten a otros lugares viene desde su infancia. Le gustaría conocer cine de todas partes del mundo y especializarse en psicología clínica infantil, y quizá, algún día, escribir un guion inspirándose en sus ídolos del séptimo arte.