‘Boys Don't Cry’: una mirada impactante a la identidad de género y la lucha por la aceptación - Las Furias Magazine - Revista Cultural y Feminista
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‘Boys Don’t Cry’: una mirada impactante a la identidad de género y la lucha por la aceptación

Boys Don’t Cry (1999) es una impactante película dramática dirigida por Kimberly Peirce y protagonizada de forma excepcional por Hilary Swank y Chloë Sevigny.

Basada en la vida real de Brandon Teena, un hombre transgénero asesinado en 1993, la película se centra en su historia, sus relaciones y las dificultades que enfrentó en su búsqueda de aceptación y amor. En este artículo, exploraremos la trama, el enfoque cinematográfico, el impacto cultural de Boys Don’t Cry y cómo aborda temas de identidad de género, violencia y discriminación.

Póster de Boys Don’t Cry.

Boys Don’t Cry: la magia de Hilary Swank y el enfoque cinematográfico de Kimberly Peirce

La película sigue a Brandon Teena (interpretado por Hilary Swank), un joven transgénero que vive en un pequeño pueblo de Nebraska. Después de mudarse a Falls City, Brandon se enamora de Lana Tisdel (Chloë Sevigny) y comienza a construir una vida con ella y sus amigos. Sin embargo, las cosas dan un giro oscuro cuando la verdadera identidad de Brandon se revela, y sus amigos John Lotter (Peter Sarsgaard) y Tom Nissen (Brendan Sexton III) reaccionan con violencia y discriminación.

La interpretación de Hilary Swank en Boys Don’t Cry es considerada uno de los aspectos más destacados y memorables de la película. Su trabajo es profundamente emotivo y convincente, capturando la valentía, la vulnerabilidad y el conflicto interno de Brandon mientras navega por su identidad de género y enfrenta la discriminación y violencia.

Para prepararse para el papel, Swank realizó una extensa investigación sobre la vida de Brandon Teena y la experiencia transgénero en general. Pasó tiempo viviendo como hombre, cortándose el pelo, usando ropa masculina y adaptando su lenguaje corporal y voz para encarnar más auténticamente el personaje. Swank también se reunió con la madre y los amigos de Brandon para obtener una comprensión más profunda de su vida y personalidad.

Hilary Swank en Boys Don't Cry.
Hilary Swank en Boys Don’t Cry.

La dedicación y el compromiso de Swank con su papel en Boys Don’t Cry no solo fue un hito en su carrera, sino que también dejó una impresión duradera en la historia del cine y en la representación de personas transgénero en la pantalla.

La dirección de Kimberly Peirce en Boys Don’t Cry se centra en la intimidad y la autenticidad para retratar la vida de Brandon Teena. Utilizando primeros planos y escenas emocionalmente intensas, Peirce transmite el miedo, la esperanza y la vulnerabilidad de Brandon a lo largo de la película. Además, la película se desarrolla con un estilo de cine extremadamente realista, lo que permite una representación cruda y veraz de la vida en un pequeño pueblo de América.

Impacto cultural y temáticas de identidad de género

Boys Don’t Cry fue una de las primeras películas de gran éxito en abordar temas de identidad de género y violencia contra las personas transgénero. Aunque la película se estrenó hace más de dos décadas, sigue siendo un referente en la discusión sobre la discriminación y la aceptación de la comunidad transgénero.

Además, Boys Don’t Cry también ayudó a lanzar las carreras de sus dos protagonistas: Hilary Swank ganó el Óscar a la mejor actriz por su interpretación de Brandon Teena, mientras que Chloë Sevigny fue nominada al Óscar a la mejor actriz de reparto por su papel como Lana Tisdel.

La película destaca la lucha de Brandon por vivir su vida como un hombre, a pesar de las dificultades que enfrenta debido a su identidad de género. A través de su relación con Lana, la película muestra cómo el amor y la aceptación pueden ser poderosos agentes de cambio. Sin embargo, también retrata las duras realidades de la discriminación y la violencia que enfrentan las personas transgénero.

Chloë Sevigny y Hilary Swank en Boys Don't Cry.
Chloë Sevigny y Hilary Swank en Boys Don’t Cry.

La relevancia de Boys Don’t Cry en el siglo XXI

Boys Don’t Cry no elude la representación de la violencia y la discriminación que enfrentó Brandon Teena en su vida real. La película presenta escenas gráficas de asalto y agresión sexual, así como el asesinato de Brandon y su amiga, lo que subraya la brutalidad de la violencia de género y la transfobia.

Al hacerlo, Boys Don’t Cry transmite un mensaje poderoso sobre la importancia de la empatía y la comprensión en el camino hacia la igualdad y la justicia para las personas transgénero.

A pesar de que han pasado más de dos décadas desde su lanzamiento, Boys Don’t Cry sigue siendo relevante en la actualidad, ya que los problemas de discriminación, violencia y desigualdad que enfrenta la comunidad transgénero continúan siendo una preocupación en todo el mundo.

La película sigue siendo un recordatorio conmovedor de la importancia de la aceptación y el apoyo a las personas transgénero y de luchar contra la discriminación y el odio en todas sus formas.

Boys Don't Cry.
Boys Don’t Cry.

Legado e impacto en la representación transgénero en los medios

Desde su lanzamiento, Boys Don’t Cry ha dejado una marca indeleble en la representación de personas transgénero en los medios de comunicación. La película abrió un espacio para el diálogo y la discusión sobre la vida y las luchas de las personas transgénero, al tiempo que destacó la necesidad de una mayor representación y visibilidad en el cine y la televisión.

En los años posteriores al estreno de Boys Don’t Cry, ha habido un aumento en la cantidad de películas y programas de televisión que presentan personajes transgénero y temáticas relacionadas con la identidad de género. Algunos ejemplos notables incluyen Transparent (2014-2019), Orange is the New Black (2013-2019), Pose (2018-2021) y La chica danesa (2015). Estos proyectos han ayudado a aumentar la conciencia y el entendimiento de la comunidad transgénero, así como a desafiar los estereotipos y prejuicios que a menudo han sido perpetuados en los medios de comunicación.

Además, ha habido un aumento en la cantidad de actores y actrices transgénero que trabajan en la industria del entretenimiento, lo que ha permitido una representación más auténtica y precisa de las experiencias transgénero en la pantalla. Actores como Laverne Cox, Elliot Page, Hunter Schafer y Asia Kate Dillon han contribuido a la diversidad y visibilidad de la comunidad transgénero en el cine y la televisión.

Boys Don't Cry.
Boys Don’t Cry.

Conclusión: el papel de Boys Don’t Cry en la lucha por la igualdad transgénero

Boys Don’t Cry es una película fundamental en la historia de la representación transgénero en el cine, y su impacto y legado continúan influyendo en la forma en que se abordan y representan las experiencias y luchas de las personas transgénero en los medios de comunicación. La película destaca la importancia de la empatía, la comprensión y el apoyo para fomentar la igualdad y la justicia para las personas transgénero.

Por su dirección magistral y las maravillosas actuaciones de Hilary Swank y Chloë Sevigny, Boys Don’t Cry es una película que merece ser vista y discutida en el contexto de las luchas actuales por los derechos de la comunidad transgénero. La película sirvió como un punto de partida para un cambio en la conciencia y la representación de esta comunidad, lo que ha llevado a una mayor visibilidad y comprensión en la sociedad en general.

A medida que continuamos avanzando hacia la igualdad y la justicia para las personas transgénero, es importante recordar y reconocer el papel que Boys Don’t Cry ha desempeñado en este viaje.

Kimberly Peirce: conociendo a la directora

Kimberly Peirce es una directora, guionista y productora estadounidense conocida principalmente por su trabajo Boys Don’t Cry (1999). Nacida el 8 de septiembre de 1967 en Harrisburg, Pensilvania, Peirce creció en Miami, Florida, antes de mudarse a Nueva York para estudiar cine en la Universidad de Columbia. Más tarde, obtuvo una maestría en Bellas Artes en dirección de cine de la Universidad de Columbia en 1996.

Kimberly Peirce
Kimberly Peirce.

Su carrera cinematográfica comenzó con un cortometraje llamado The Last Good Breath en 1994. Sin embargo, fue Boys Don’t Cry la película que la llevó a la fama y le valió numerosos elogios por su dirección y escritura. La película se basó en la historia real de Brandon Teena, un hombre transgénero asesinado en Nebraska en 1993. La película tuvo un impacto significativo en la representación de las personas transgénero en el cine y la televisión, así como en el diálogo sobre la identidad de género y la discriminación.

Después del éxito de Boys Don’t Cry, Peirce dirigió Stop-Loss (2008), un drama sobre un soldado que regresa a casa después de servir en la guerra de Irak y enfrenta la realidad del trastorno de estrés postraumático (TEPT). En 2013, Peirce dirigió la adaptación de Carrie, basada en la novela de Stephen King, que se centra en una adolescente con poderes telequinéticos que busca venganza después de ser acosada en la escuela.

Julianne Moore y Chloë Grace Moretz en Carrie (2013), de Kimberly Peirce.

Además de su trabajo en el cine, Peirce ha trabajado en televisión, dirigiendo episodios de programas como The L Word, Six Feet Under, Halt and Catch Fire y I Love Dick. A lo largo de su carrera, Peirce ha sido una defensora activa de los derechos de las personas LGBTQ+ y ha utilizado su plataforma para llamar la atención sobre temas de identidad de género y discriminación.

El estilo cinematográfico de Kimberly Peirce se caracteriza por su enfoque en la autenticidad y la intimidad emocional. A menudo, se centra en personajes marginados y aborda temas sociales y políticos controvertidos. Su habilidad para explorar estos temas difíciles de manera compasiva y realista ha sido elogiada por la crítica y ha dejado una marca duradera en la industria del cine.

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