Si hay un cineasta que divide a los espectadores entre aquellos que le aman y los que no le soportan, ese es Terrence Malick el creador de ‘El árbol de la vida’. Pertenezcas a un grupo a otro, es innegable que Malick es un cineasta imprescindible, pura historia del cine cuya filmografía es necesario, al menos, intentar ver. Para que no te pierdas en esta difícil tarea, aquí está todo lo que debes saber para comenzar a descubrirle.

youtubeView full post on Youtube

FICHA BÁSICA

¿Quién es?: Nacido en Waco en 1943, los que critican a este granjero (en su juventud), que acabó sus estudios en el American Film Institute, de filosofo barato suelen olvidar que se licenció summa cum laude en Filosofía por la Universidad de Harvard. De genialidad evidente desde su época de estudiante, ejerció de freelance para publicaciones como New Yorker o Life hasta graduarse en sus estudios fílmicos. Se dedicó a la corrección de guiones (entre ellos, cuentan, el de ‘Harry el sucio’) hasta que consiguió levantar su primera película. ‘Malas tierras’, de 1973, le hizo conocido entre la crítica pero fue ‘Días del cielo’ (1978) la que comenzó una leyenda que solo se agrandó durante las dos décadas siguientes. No volvió a dirigir hasta 1998 con ‘La delgada línea roja’, un regreso triunfal que hizo que muchos calificasen de fracaso su siguiente obra, ‘Un nuevo mundo’. De nuevo, resurgió por todo lo alto en 2011 con ‘El árbol de la vida’, la película que le otorgó una Palma de Oro y dividió definitivamente a su público entre los que le aman y le odian. De fuertes convicciones religiosas y misteriosa vida privada, sin dar entrevistas ni dejar que le fotografíen, su cine ha aumentado su frecuencia pero también su eclecticismo.

Filosofía: Se ha criticado mucho el trabajo de Terrence Malick con los actores. Los personajes en el último tramo de su cine parecen no ser el centro de las imágenes, sino una parte más de ellas. Sus diálogos suelen oírse en off mientras que las imágenes las ocupan sus movimientos, con la misma importancia que los rayos de luz que atraviesan el encuadre. El guion parece deshacerse, convirtiéndose en estrofas sueltas con un leve hilo conductor, siempre dando la impresión de que el montaje esconde tras de sí mucho más. Malíck ha ido evolucionando poco a poco su filmografía hacia las imágenes, que parecen ocupar todo en un sentido mucho más rítmico y visual que narrativo. Algunos lo tildan de pretencioso, otros lo llaman poeta, pero si hay algo seguro es que Terrence Malick no es un simple contador de historias. De hecho, cualquiera diría que las destruye. Su cine, complejo y confuso, pretende ser un fresco emocional y poético donde la historia es solo la base, como si fuese la letra de una canción que no hace falta entender para poder disfrutar.

Una frase célebre: Terrence Malick no concede entrevistas ni hace apariciones públicas por lo que no existen más frases de él que las escritas para los personajes de sus películas.

Una frase para decir delante de cinéfilos: A Malick, como a todo gran cineasta, hay que sentirlo más que entenderlo.

Una frase que NO puedes decir delante de cinéfilos: Fui de los que se fueron del cine al principio de ‘El árbol de la vida’ para que me devolviesen el dinero de la entrada.

Una escena memorable:‘El árbol de la vida’ sorprendió a todos pero no apareció de repente. En la última escena de ‘El nuevo mundo’, adaptación muy personal de la historia de Pocahontas, Malick cierra con una secuencia que parece aunar todo su cine, desde sus inicios hasta sus últimas películas. Y es que en ‘El nuevo mundo’ la narrativa convencional parece irse perdiendo en la naturaleza, como su protagonista. Al final vemos a la protagonista y a su hijo jugar como si siguiesen en la selva, pese a que ya están en plena civilización. Vemos la muerte pero también la vida y la naturaleza. La cámara de Malick comienza a volar, a hacer alusiones y a ir de un lado a otro buscando los sentimientos que expresan las pocas voces en off que suenan. Si eres fan del Terrence Malick de ‘La delgada línea roja’ pero no le soportas a partir de ‘El árbol de la vida’, lamentamos decirte que la culpable es esta escena final.

TRES PELÍCULAS PARA EL APROBADO

- ‘Malas tierras’ (1973):Hasta esta película Malick era un simple corrector de guiones, Sissy Spacek una promesa televisiva y Martin Sheen un actor que ya empezaba a ser demasiado viejo para no haber despuntado. Con solo 300.000 dólares de presupuesto, Malick logró algo más que llevar a buen puerto esta road movie sobre el asesino real Kit Carruthers, que mató a la familia de su novia adolescente y se fugó con ella, dejando una decena de cadáveres más por el camino. Sheen ha contado que nunca en su vida ha tenido la impresión, desde un primer momento, de estar ante la presencia de un genio. Confianza ciega, improvisación y talento, todo eso formó esta road movie asesina única, en la que la narración ni juzga ni explota la violencia. “Tu pistola es cómo una varita mágica, la usas y puff” cuenta Sheen que Malick le dijo sobre los asesinatos de su personaje. Con evidente tono europeo pero fuerte asentamiento paisajístico en la América más profunda, ‘Malas tierras’ es un gran ejemplo de cómo cambió el cine americano en los años 70. Además de la genial banda sonora de George Tipton, la película cuenta con un pequeño cameo del propio director sustituyendo a un actor, una de las escasas ocasiones en las que podemos llegar a ver su rostro y oírle hablar, aunque solo sea una frase.

terrence malick y martin sheen en 'malas tierras'
Sunset Boulevard//Getty Images
Malick con Martin Sheen durante su cameo en ’Malas tierras’

- ‘La delgada línea roja’ (1998): 20 años sin noticias del que, con solo dos películas, ya tenía la etiqueta de genio del cine. Malick regresó con este relato bélico con uno de los repartos más estelares que se recuerdan: Sean Penn, Nick Nolte, John Cusack, Adrien Brody, John C. Reilly, Woody Harrelson, Jared Leto, John Travolta, George Clooney… Todos querían estar en la vuelta de Malick. El resultado no fue otro que el de una de las películas bélicas más aclamadas de la historia del cine. Sin un protagonista claro, cuenta las desventuras de una compañía por tomar una colina de vital importancia, durante la Segunda Guerra Mundial, contra el ejército japonés. Pero Malick no visitó el género bélico para filmar la guerra como todos los demás. Aquí los soldados no son valientes ni patriotas, las muertes llegan rápido y sin discursito sentimental, las batallas no tienen un ritmo artificial y orquestado para resultar interesantes por sí solas, etc. ‘La delgada línea roja’ es una de las pocas películas bélicas que, de verdad, parece rechazar la guerra en todo momento, aquí la guerra no entretiene pero, si sabes mirar, todo lo demás sí que lo hace.

el arbol de la vida
Tripictures
’El árbol de la vida’

- ‘El árbol de la vida’ (2011): Reconocida por muchos como una de las películas más importantes de este siglo, ‘El árbol de la vida’ fue todo un acontecimiento desde su estreno pero también dividió para siempre a crítica y público con un Malick que, decididamente, había tomado un nuevo camino (por ahora sin retorno) en su cine. Como antes Almendros, no podemos prescindir del nombre de Emmanuel Lubezki a la hora de hablar de la película y de sus poderosas imágenes ¿Se puede retratar la humanidad y su historia en una película? Malick creyó que sí y para muchos lo consiguió. La película sobrevuela desde la misma creación del mundo hasta la extinción de los dinosaurios para llegar al individuo en toda su singularidad. Él es Sean Penn pero a Malick le importa más su yo infantil, ese que recibió la dulzura, sensibilidad y amor de su madre (Jessica Chastain) y la violencia, la presión y el odio de su padre (Brad Pitt). Para quien quiere y consigue entrar, ‘El árbol de la vida’ es un viaje sideral que logra atrapar lo extraordinario, y no solo por los planetas y los dinosaurios, sino porque los filma de la misma forma y con el mismo asombro que a una madre jugando, riendo y mirando a su hijo. Tanto en unos como en otros está la humanidad (y el milagro que representa) al completo, solo hay que saber mirarla. Malick, y Lubezki, son nuestra mejor opción para conseguirlo.

DOS PELÍCULAS PARA SUBIR NOTA

- ‘Días del cielo’ (1978):Esta segunda película de Malick perfeccionó todos los aspectos de su rompedora ópera prima. Por lo visto, también lo vació tanto que tardó dos décadas en volver al cine. El barcelonés Néstor Almendros se llevó el Oscar a Mejor Fotografía por un trabajo absolutamente desarmante. Cuenta la historia de una pareja que consigue trabajo en una finca debido a que el dueño se ha enamorado de la chica. El hombre, Richard Gere, finge que son hermanos para quedarse. Lógicamente, la relación entre patrón y sierva se va estrechando hasta hacer peligrar el acuerdo prostituyente de ambos protagonistas. Pero Malick es un cineasta que no se puede desprender de sus imágenes ni para explicar sus historias. Aquí, junto con Almendros, rodea la casa de algo más que trigo. El aura mágica y oscura crea una apariencia de thriller que choca con la tranquilidad de la narración. Como su principal referente pictórico, “Christina's World”, de Andrew Wyeth, la sencilla historia de amor y traición coge peso y potencia a través de la enrarecida atmósfera. Una especie de presencia espiritual que se hace evidente en la escena del incendio, secuencia que siempre hará que nos preguntemos si es ‘Días del cielo’, y no otra, la película de más bellas imágenes de la historia del cine.

dias del cielo fotografia
Paramount Pictures

- ‘Song to Song’ (2017): El cine comercial suele emular la narrativa novelesca de la literatura. ‘Song to Song’ se acera mucho más a la forma de contar historias de las letras de una canción o los versos de un poema. Podríamos decir que todo el disco cuenta la turbulenta historia de amor entre Rooney Mara y Ryan Gosling, pero lo hace volando de un sitio a otro, uniéndose, reflexionando y dejando muchas cosas en el aire. Por ahí pasan los rencores, los celos, las rupturas y los amores físicos y sexuales de segunda clase. Para ilustrarlos, aparecen, entre otros, Michael Fassbender, Natalie Portman o Cate Blanchett. ‘Song to Song’ cae en todos aquellos tópicos que los menos reflexivos achacan al cine “presuntuoso” cuando no quieren reconocer una obra que busca, sincera y directamente, otra forma de contar las historias. No solo lo hace mediante la música, sino como la música. Llegará a las salas españolas el 25 de septiembre de 2020.

terrence malick y rooney mara en el rodaje de 'song to song'
Rick Kern//Getty Images
Terrence Malick y Rooney Mara en el rodaje de ’Song to Song’
Headshot of Rafael Sánchez Casademont
Rafael Sánchez Casademont

Rafael es experto en cine, series y videojuegos. Lo suyo es el cine clásico y de autor, aunque no se pierda una de Marvel o el éxito del momento en Netflix por deformación profesional. También tiene su lado friki, como prueba su especialización en el anime, el k-pop y todo lo relacionado con la cultura asiática.

Por generación, a veces le toca escribir de éxitos musicales del momento, desde Bizarrap hasta Blackpink. Incluso tiene su lado erótico, pero limitado, lamentablemente, a seleccionarnos lo mejor de series y películas eróticas. Pero no se limita ahí, ya que también le gusta escribir de gastronomía, viajes, humor y memes.

Tras 5 años escribiendo en Fotogramas y Esquire lo cierto es que ya ha hecho un poco de todo, desde entrevistas a estrellas internacionales hasta presentaciones de móviles o catas de aceite, insectos y, sí, con suerte, vino. 

Se formó en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Murcia. Después siguió en la Universidad Carlos III de Madrid con un Máster en Investigación en Medios de Comunicación. Además de comenzar un doctorado sobre la representación sexual en el cine de autor (que nunca acabó), también estudió un Master en crítica de cine, tanto en la ECAM como en la Escuela de Escritores. Antes, se curtió escribiendo en el blog Cinealacarbonara, siguió en medios como Amanecemetropolis, Culturamas o Revista Magnolia, y le dedicó todos sus esfuerzos a Revista Mutaciones desde su fundación. 

Llegó a Hearst en 2018 años y logró hacerse un hueco en las redacciones de Fotogramas y Esquire, con las que sigue escribiendo de todo lo que le gusta y le mandan (a menudo coincide). Su buen o mal gusto (según se mire) le llevó también a meterse en el mundo de la gastronomía y los videojuegos. Vamos, que le gusta entretenerse.