Hoy se cumplen 30 años del fatídico día en el que Stefano Casiraghi perdió la vida en un accidente náutico. El marido de Carolina defendía su título de campeón del mundo de offshore cuando una ola volcó la embarcación cuando iba a más de 150 kilómetros por hora.
El empresario italiano Stefano Casiraghi murió con 30 años acabados de cumplir (el 8 de septiembre). Carolina tenía 33 y sus tres hijos, 6 (Andrea), 4 (Carlota) y 3 (Pierre). Los niños eran muy pequeños pero conservan el recuerdo de su padre. Este año, sin duda, el trágico aniversario lo vivirán de forma especial, ya que los tres hijos Casiraghi tienen edades similares a las que tenían sus padres en 1990, y sus hijos tienen más o menos los mismos años que tenían ellos cuando se quedaron huérfanos.
Beatrice Borromeo con su hijo Francesco y Pierre Casiraghi con Stefano, en brazos, en el Día Nacional Mónaco, en noviembre del 2018
Pierre (33), el pequeño, había cumplido 3 años, tres días antes de que su padre cumpliera los 30. Su nombre completo es Pierre Rainiero Stefano, y es el único de los tres hermanos, que le ha puesto el nombre de su padre al mayor de sus hijos, que tiene 3 años. Físicamente es el que más se parece a su padre, e igual que él, es aficionado a las competiciones náuticas: ha participado en la Copa del Rey, de vela, en Mallorca y en su barco ecológico ha acompañado a Greta Thunberg, en su travesía atlántica. Para más paralelismos con sus progenitores, Pierre está casado con una italiana, Beatrice Borromeo, aristócrata, y, dos años mayor que él. Aunque su relación no fue tan rápida como la de sus padres, que se conocieron en 1982 y se casaron en 1983, con Carolina embarazada de Andrea. Pierre y Beatrice se comprometieron en el 2009 y se casaron en el 2015. Tienen otro hijo, Francesco, de dos años.
Andrea Casiraghi y Tatiana SantoDomingo, con sus hijos Sasha e India en el Gran Prix Montecarlo 2017
Andrea (36) lleva el nombre del mejor amigo de la infancia de su padre. Tenía seis años cuando se quedó huérfano. Para superar la pérdida necesitó ayuda psicológica. Sus hijos tienen edades parecidas a las que tenían él y sus hermanos cuando murió Stefano: Sacha (7), India (5) y Max (2). Andrea vive en Londres con su esposa la millonaria Tatiana Santo Domingo.
Carlota Casiraghi con su marido Dimitri Rassam in, en junio del 2018, cuando estaba embarazada de su primer hijo en común
Carlota (34) tiene dos hijos: Raphael (6) de su relación con el actor Gad Elmaleh, y Baltazhar, a punto de cumplir dos años, con Dimitri Rassam, con quien se casó el año pasado en Saint-Rémy-de-Provence. La pequeña localidad francesa en la que la familia encontró refugio tras el fallecimiento de su padre. Carlota, por su parte, estudió Filosofía, quizás buscando respuestas acerca de la vida y la muerte. Y su primer ensayo Archipiélago de pasiones, publicado el año pasado estaba dedicado precisamente a su padre.
De pastorcilla en la Provenza a princesa de Hannover
La vida de Carolina de Mónaco dio un vuelco tras la muerte de Stéfano. Acompañada de sus tres hijos, Andrea, Carlota y Pierre se instaló en Saint Rémy, un pueblo de la Provenza francesa, ubicado a 250 kilómetros del principado. Allí intentó supera el duelo llevando una vida sencilla y campestre. Icono de moda, incluso de luto, la princesa puso de moda los vestidos provenzales y poco a poco se fue rehaciendo.
Le ayudó Vincent Lindon, un actor francés que también frecuentaba la zona y con el que convivió desde 1992 a 1995, hasta que Carolina quiso, o tuvo, que volver a Mónaco. El actor no quiso ser el marido de una princesa y, con esa negativa, abrió el camino a Ernesto de Hannover, que acababa de divorciarse de Chantal Hochuli. una de las amiga íntimas de Carolina. Saint Rémy fue el refugio de Carolina hasta que, en 1995, su padre, Rainiero, le pidió que volviera a ejercer de primera dama del Principado. Los escándalos de Estefanía de Mónaco y la soltería de Alberto, habían agotado lo que quedaba del glamour monegasco.
Carolina de Maónaco con su hija Alejandra de Hannover, el pasado mes de enero , en París
Carolina, que en 1995, sufrió un episodio de estrés que la dejó calva, empezó en 1996 una relación sentimental con el príncipe de Hannover, se quedó embarazada y, el 23 de enero de 1999, el mismo día que cumplía 42 años, se casó con Ernesto y, con el entró en el círculo de la auténtica realeza. De alteza serenísima pasó a alteza real y en julio de ese mismo año fue madre de Alejandra. Tras diez años, en los que no faltaron algunos escándalos por el irascible carácter de Ernesto, la pareja se separó de hecho, aunque siguen casados. A quien fue considerada la princesa más deseada de Europa no se le conoce ninguna relación sentimental. Con el estilo y la belleza de siempre, Carolina dedica su tiempo a la filantropía cultural y disfruta de sus siete nietos.