Spread financiero: qué es y cuáles son sus tipos

Spread financiero: qué es y cuáles son sus tipos

Monedas y billetes. Foto: Freepik.

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En el ámbito financiero, son muchos los anglicismos que, a pesar de no tener una traducción concreta al castellano, juegan un papel muy importante en todo lo relativo al diccionario económico. Es el caso del término spread, que a muy grandes rasgos y en resumidas cuentas, consiste en la diferencia entre el precio de la oferta y la demanda para un mismo valor.

A nivel aún más global, este término hace referencia a la diferencia entre dos precios o tasas. Pero el término financiero hace referencia a lo ya mencionado respecto a la oferta o la demanda. Y en este ámbito, es fundamental a la hora de actuar como el indicador de la liquidez de un valor concreto, aunque, como es lógico, también son muchos otros factores los que entran en juego.

La importancia del término spread en las finanzas y los distintos tipos

Pero, a la hora de la verdad, ¿cuál es la importancia real del término spread en el ámbito financiero? Es fundamental a todos los niveles, ya que es un aspecto imprescindible para conocer la rentabilidad de una operación financiera, sea del tipo que sea. Y es que para un comprador es fundamental conocer este término antes de invertir.

Si un comprador adquiere un activo financiero al precio de compra, y lo vende al precio de venta, obtendrá un beneficio si el spread es positivo, y ocurre lo contrario si es negativo. Pero antes de llegar a este punto, es también fundamental conocer todos los tipos de spread con los que podemos toparnos en el ámbito financiero. Y en total, distinguimos cuatro tipos.

En primer lugar, el spread de compra-venta consiste en la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta de un activo financiero, ya sea una divisa, un bono… Y se trata, como es lógico, del spread más común. Pero también podemos encontrarnos con el spread de puja-oferta, en el que entran en juego muchos más factores, ya que establece la diferencia entre el precio de puja más alto que alguien está dispuesto a pagar, y el precio de oferta más bajo que un vendedor está dispuesto a aceptar.

También podemos encontrarnos con el spread de crédito, que consiste en la diferencia entre la tasa de interés que un prestatario con un buen crédito paga por un préstamo, y la tasa de interés que un prestatario con mal crédito paga por ese mismo préstamo. Y, por último, nos topamos con el spread de tipos de interés, que gira en torno a la diferencia entre la tasa de interés a corto plazo y la tasa de interés a largo plazo.

Pero más allá de sus funciones básicas y los tipos de spread, también es un valor fundamental para comparar el riesgo de distintos activos financieros, ya que aquellos con un spread de compra-venta alto, elevado, siempre serán más arriesgados que los que tengan un spread de compra venta-bajo, y siempre, sin excepción, con establecidos por los intermediarios financieros, de los que ya hablamos previamente, ya sean los propios bancos, las sociedades de valores, o los brokers.

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Diego Sánchez Aguado

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