El género femenino en la dirección de películas es una rareza en la industria cinematográfica; por eso, mujeres directoras de cine como Sofía Coppola se convierten en una invitación a no desfallecer en nuestros intentos de aumentar la presencia femenina en la dirección del séptimo arte. Sigue leyendo este artículo que he preparado sobre ella.

Sofía Coppola y sus inicios

Nacida en la ‘realeza’ del séptimo arte, al ser hija del director Francis Ford Coppola y la directora, escritora y artista Eleanor Coppola, muchos pensarán que Sofía Coppola la ha tenido fácil como directora de cine.

Pero ha sido ese desempeño desde sus inicios lo que desafió a más de un escéptico sobre cómo iba a desarrollar su carrera de cineasta.

Una serie de películas distintivas donde predomina la figura femenina y donde enmarca mujeres que son catalogadas por los críticos como “personajes complicados”.

Pero para Sofía Coppola no hay nada de complicado en los personajes que dirige.

Para ella, se trata de resaltar las características reales de las mujeres, orientando a las actrices de esa misma manera para no dejar por fuera ni un solo detalle en sus interpretaciones.

¿Mujeres directoras de cine?

Actualmente Sofía Coppola cuenta con siete largometrajes en su carrera, pero su llegada al cine no fue detrás de cámara, sino a través de la actuación, el modelaje y el diseño de moda.

Roles que en lugar de volverla ‘una más del montón’ y transformar sus esfuerzos para volverse una cineasta de géneros más comerciales, al contrario, fortalecieron esa visión feminista con la que siempre buscó caracterizarse desde sus comienzos.

Sofía Coppola

Y aunque Sofía Coppola se encuentra entre las mujeres directoras de cine que sigue siendo única en una industria cinematográfica, ella recalca que dicha inclinación “feminista” (ella no le gusta llamarlo así pero se alegra de que otros la vean de esa forma) en sus obras también se la debe a esa falta de apoyo que reciben las mujeres en la dirección de cine.

Adicional a esto, en varias entrevistas señala la influencia de su madre Eleanor y otras directoras francesas en su interés por demostrar su valía en terrenos masculinos como el cine y la dirección.

Sofia Coppola: Genial y estética

Muchas mujeres directoras de cine son catalogadas de una forma u otra por el gremio cinematográfico, ya sea de forma halagadora o peyorativa.

Por eso, no es de extrañar oír o leer comentarios sobre el rol de una mujer en un sector masculinizado arbitrariamente (y que a modo personal, insto que podemos ir cambiando las mujeres cineastas en Iberoamérica, desde la narrativa hasta la puesta en escena)

Y mucho menos extraña que Sofía Coppola sea llamada o considerada como ‘genial’ y ‘estética’ sobre su trabajo. De hecho, el protagonista de ‘Somewhere’, película de Coppola del 2010, Stephen Dorff, consideró que su genialidad es contagiosa y afirma que, dado la reputación de la directora, «cuando me eligió, todos pensaron que soy genial de nuevo, por trabajar con ella.»

Sofía Coppola: Una firma propia

La innegable estética prístina de Sofía Coppola se extiende más allá de la pantalla, combinándola con esa ‘genialidad’ que todos podemos apreciar constantemente en sus obras.

Esa sensación de melancolía magníficamente diseñada pero sinceramente soñadora que recorre sus películas es algo que anhelamos ver más seguido en la gran pantalla.

Esa forma que tiene Sofía Coppola de representar los corazones solitarios vagamente autobiográficos de Lost in Translation, hasta el arremolinado ensueño histórico de María Antonieta, o el temblor de juventud moralmente despiadado y doloroso de The Bling Ring, envuelve sus obras en un parecido común sin igual.

Y es algo que no hemos tenido oportunidad de ver en el cine y me gustaría poder cambiar con mis cursos de cine para mujeres. Siento que hay muchas niñas que pueden empezar a soñar con ser mujeres directoras de cine, así como también pretendo apoyar a muchas otras que deseen dejar su firma propia y fortalecer la imagen de la mujer y los grupos étnicos en esta industria.

Por ejemplo, en el caso de Coppola, vemos como ella fue creando su propia firma en sus obras. Por ejemplo, inicia con una imagen impecable en sus filmes, y a partir de allí, desarrolla un desenlace. Esa firma propia la vemos sellada en nuestra imaginación con la pensativa vagabunda de Tokio de Scarlett Johansson de Lost in Translation.

Desafíos a tomar en cuenta

Coppola es conocida por escribir y dirigir papeles ricos para mujeres, desde Kirsten Dunst como la adolescente rebelde en «The Virgin Suicide«, hasta Scarlett Johansson como la jóven de postgrado a la deriva en «Lost in Translation«, así como muchos otros.

Pero esa reputación no fue algo tan aceptado en sus inicios ni tampoco ganó respeto por ello. Y si a eso se le suma las trabas de su género en un gremio masculino que hasta la fecha, ella considera, sigue devaluando el punto de vista femenino, vemos que el panorama no parecía muy alentador.

Por ejemplo, ventiún años después del inicio de su carrera como directora mujer, Coppola ha resistido una serie de burlas sexistas contra su trabajo, descartando su estética como un brillo decorativo e insustancial. Sin embargo, ella personalmente se alegra de exaltar los aspectos «más femeninos» de su trabajo.

Además, como hija del titán de la industria que hizo las películas del Padrino (entre otras), Sofia Coppola ha sentido la discriminación de género, aunque admite que su posición privilegiada le ha evitado experimentarlo más que otras mujeres que intentan romper el techo de cristal de Hollywood.

Hace un tiempo afirmó que “Cuando comencé, la gente decía cosas como, ‘Oh, tu casting estuvo muy bien hecho. ¿Te ayudaron tu padre o tu marido? [En ese momento, ella estaba casada con el director S. Jonze.] Y eso fue realmente insultante, obviamente no le dirías eso a un director masculino «.

Como estos, otros comentarios como que todavía la llamen la hija de Francis Ford Coppola para no reconocer cómo ella se ha forjado su propia integridad, le molestan. Y no es que no esté orgullosa de ser su hija, todo lo contrario, lo considera un gran maestro.

Pero son estos roces con el sexismo de la industria cinematográfica una de las tantas razones por las que ella tiene una inclinación a seguir en la esfera independiente, donde la disparidad de género es menos pronunciada.

Además de haber notado en su experiencia que cuando se trata de películas de estudio de mayor presupuesto, hay menos libertad creativa, además de que “Definitivamente hay un sesgo: es más difícil para ellos contratar a una mujer”, afirma.

Y si hay algo que puedo rescatar de toda la experiencia de Sofía Coppola, es que sé que somos muy pocas las mujeres directoras de cine. He allí mi marcado interés en los cursos de cine para mujeres donde podamos cambiar la realidad que pensamos dejarle a nuestros hijos, donde transformemos la industria y establezcamos más la inclusión en todos los sectores del entretenimiento. ¡El cambio comienza por nosotras!

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