Sofía Carlota de Hannover

Sofía Carlota de Hannover (en alemán, Sophie Charlotte von Hannover; Bad Iburg, Osnabrück, 30 de octubre de 1668-Hannover, 1 de febrero de 1705) fue la primera reina consorte de Prusia como la segunda esposa de Federico I de Prusia.

Datos rápidos Reina consorte de Prusia, Predecesora ...

Sofía Carlota de Hannover
Retrato de Sofía Carlota de Friedrich Wilhelm Weidemann (1705)
Reina consorte de Prusia
18 de enero de 1701-1 de febrero de 1705
Predecesora	Nueva creación
Sucesora	Sofía Luisa de Mecklemburgo-Schwerin
Electora consorte de Brandeburgo
29 de abril de 1688-18 de enero de 1701
Predecesora	Sofía Dorotea de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg
Sucesora	Título abolido
Información personal
Nombre en alemán	Sophie Charlotte von Hannover
Nacimiento	30 de octubre de 1668 Bad Iburg (Alemania)
Fallecimiento	1 de febrero de 1705 (36 años) Hannover (Electorado de Brunswick-Luneburgo)
Causa de muerte	Neumonía
Sepultura	Catedral de Berlín
Religión	Protestantismo
Familia
Familia	Casa de Hannover
Padres	Ernesto Augusto de Brunswick-Luneburgo Sofía del Palatinado
Cónyuge	Federico I de Prusia (desde 1684)
Hijos	Federico Guillermo I de Prusia
Información profesional
Ocupación	Coleccionista
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Era hija de Ernesto Augusto, elector de Hannover, y de Sofía de Wittelsbach. Su hermano mayor, Jorge Luis, accedió al trono británico en 1714 con el nombre de Jorge I.

Desde su niñez se le buscó un matrimonio acorde a su rango. Cuando era niña, Sofía Carlota visitó Francia con su madre con la esperanza de casarse con Luis de Francia, el Gran Delfín, heredero del trono francés. Pero este esposaría en su lugar a María Ana Victoria de Baviera. Sofía Carlota también fue propuesta como posible novia para el padre de Luis, el rey Luis XIV, después de haber perdido a su esposa en 1683, aunque este plan tampoco resultó. Fue por tanto arreglado su matrimonio con Federico, heredero del Electorado de Brandeburgo y el Ducado de Prusia. Él era once años mayor que ella.

El 8 de octubre de 1684 se casó con Federico I de Prusia,^[1] viudo desde hacía un año de Isabel Enriqueta de Hesse-Kassel.^[2] Aunque su matrimonio fue arreglado, su esposo la amaba intensamente y consintió en todos sus proyectos y sueños. Al casarse con Federico, se convirtió en electora de Brandeburgo en 1688, y después de la elevación de Brandeburgo-Prusia a reino en 1701, se convirtió en la primera reina de Prusia.

Su único hijo en alcanzar la madurez, fue el rey Federico Guillermo I de Prusia. Su esposo estaba tan enamorado de ella que, a pesar de tener una amante oficial en su palacio, imitando a Luis XIV, nunca hizo uso de sus servicios. Sin embargo, el sentimiento no era mutuo, probablemente por la gran diferencia de edades y sus personalidades diferentes.

Entre 1695 y 1699 fue levantado por el arquitecto Johann Arnold Nering, un castillo para ella que se dio a conocer con el nombre de Palacio de Lietzenburgo, y que luego de su fallecimiento en 1705, fue rebautizado por Federico I, en honor a su esposa, como Castillo de Charlottenburg.

Durante los 13 años posteriores a la boda, Sofía no pudo tener ninguna influencia en la política berlinesa. Pero, a partir de 1695, las cosas cambiaron con la llegada del ministro Dankelman, por lo que, la entonces princesa, comienza a tomar iniciativas propias.^[3]

Sus hijos fueron:

1. Federico Augusto de Brandeburgo (6 de octubre de 1685-31 de enero de 1686), murió en la infancia.
2. Federico Guillermo I de Prusia (14 de agosto de 1688-31 de mayo de 1740), se casó con Sofía Dorotea de Hannover y tuvieron 10 hijos.

A diferencia de su padre, Federico Guillermo instauró una corte austera y eficaz, centralizando la administración financiera. De esta manera logró mejorar la situación financiera de Prusia.

Sofía Carlota es recordada sobre todo por su amistad y correspondencia con el buen amigo de su madre y tutor Gottfried Leibniz,^[4] del que se convirtió en discípula,^[5] así como por ser extremadamente culta.

Además de alemán, hablaba francés, italiano e inglés. En 1696, hizo construir el Palacio de Charlottenburg (originalmente Palacio de Lützenburg), en Lützow, por Arnold Nehring. Ahí solicitó una habitación cuyas paredes fueron recubiertas con 6 toneladas de ámbar laminado semitransparente, un material mucho más valioso que el oro en aquel entonces.

En este palacio, disfrutaba de su vida de forma independiente de su esposo y de su propia corte. Su esposo solo podía acudir por expresa invitación, como ocurrió en 1699, cuando fue anfitrión de su fiesta de cumpleaños. Desde 1700, Sofía Carlota vivía allí regularmente en los meses de verano. Se rodeó de filósofos y científicos e inspiró la fundación de la Academia Prusiana de las Ciencias.^[6] Estaba interesada en la música, cantaba y tocaba el clavecín, hizo construir un teatro de ópera italiana y empleó a los músicos Attilio Ariosti y Giovanni Bononcini.^[7]

El compositor Arcangelo Corelli le hizo el honor de dedicarle su Op. 5 sonatas para violín solo (Roma, 1700). Esta última fue una de las publicaciones más importantes e influyentes de composiciones para violín en la historia de la música occidental. Sin embargo, la naturaleza de su relación con Corelli sigue siendo oscura.^[8]

Sofía Carlota era un personaje tan formidable, que cuando Pedro el Grande las conoció a ella y a su madre, Sofía, en su Gran Embajada en 1697, se sintió tan abrumado e intimidado que no pudo hablar. Las dos mujeres le calmaron, a lo que él correspondió con su humor natural y baúles llenos de brocados y pieles.

Sofía Carlota murió de neumonía el 1 de febrero de 1705, cuando tenía 36 años de edad. Al sentirse gravemente enferma, aceptó con firmeza su destino y ante el llanto de sus damas de honor dijo: "No lloréis, ahora puedo satisfacer mi curiosidad en cuanto a los principios de Leibniz acerca del espacio, el infinito, el ser y la nada".

3 años después Federico se casó en terceras nupcias el 28 de noviembre de 1708 con Sofía Luisa de Mecklemburgo-Schwerin, con la que no tuvo descendencia. Como la tercera esposa de Federico I, la joven reina siempre permaneció a la sombra de su predecesora. Sofía Luisa resignada, se retiró a su papel de fiel enfermera de su esposo.

Los restos de Sofía reposan hoy junto con los de su marido, en la cripta de la Catedral de Berlín, construida por el emperador Guillermo II de Alemania.^[9]

Charlottenburg, el estanque Charlottensee en su ciudad natal y la escuela Sophie-Charlotte-Oberschule en Berlín llevan ese nombre en su honor.