¿Qué fue el siglo XIX en España?
El siglo XIX en España fue un período de cambios no solo culturales y económicos, sino en todos los ámbitos. Fue la época de las revoluciones y de las guerras independentistas, lo que implicó una nueva forma de ver el mundo.
Con el siglo XIX se introdujo en España la industrialización, lo que permitió el crecimiento económico, la utilización de nuevos métodos de agricultura y el desarrollo de la burguesía. El absolutismo monárquico fue sustituido por una monarquía constitucional y de carácter parlamentario.
Algunas organizaciones e instituciones eclesiásticas —como la Inquisición— fueron clausuradas. También desaparecieron los derechos señoriales, lo que llevó al declive de la sociedad feudal y permitió la gestación de una sociedad dividida en clases sociales, compuestas principalmente por obreros y burgueses.
Sin embargo, la industrialización en España no se desarrolló como en otros países del continente, como Inglaterra o Francia, porque la agricultura mantuvo un peso fundamental en la economía de la península.
Quizá uno de los hechos fundamentales de la historia española en el siglo XIX fue la invasión napoleónica, punto detonante para los cambios más drásticos que sucedieron en el país: fomentó la idea de libertad en las colonias (que aprovecharon para independizarse), se eliminó la Constitución de Cádiz (más progresista) y se volvió al absolutismo, con la reentronización de Fernando VII.
En las primeras décadas del siglo XIX, hubo enfrentamientos entre liberales burgueses y absolutistas, lo que condujo a guerras civiles, contrarrevoluciones absolutistas y desacuerdos entre los burgueses. Esto implicó la caída oficial de la monarquía y el nacimiento de la Primera República.
El nuevo régimen parlamentario español no pudo estabilizarse igual que en otros países europeos porque la burguesía española no tenía tanto poder en las decisiones políticas. No obstante, con el paso de las décadas, y gracias a la influencia extranjera, el país logró modernizarse y entrar en la Edad Contemporánea.
En materia económica, España logró desarrollarse y modernizarse más contundentemente a finales del siglo, especialmente en las áreas textil y siderúrgica encabezadas por Cataluña y Euzkadi. Además, las minas españolas tuvieron un auge notable durante este periodo por las comunicaciones ferroviarias y las empresas extranjeras. No obstante, la pobreza y el analfabetismo tenían índices altísimos entre la población.
Situación política de España en el siglo XIX
Primeras décadas (1800-1830)
Estas primeras décadas estuvieron marcadas por dos acontecimientos principales: la guerra de independencia contra Napoleón Bonaparte y la promulgación de la primera Constitución española.
En 1808, Napoleón había decidido aprovecharse de la debilidad política española para invadir el territorio español. Después de una conquista exitosa, nombró rey a su hermano José para gobernar España.
Sin embargo, la mayor parte de la población española no lo aceptó, por lo que el 2 de mayo se produjo un levantamiento general en muchas regiones del país. Gracias a la resistencia de los pueblos y a la ayuda extranjera, España expulsó a las fuerzas invasoras.
En cuanto a la primera Constitución española, fue establecida en 1812 y supuso un avance notable en la modernización del Estado. Sin embargo, las prácticas absolutistas del rey Fernando VII la anularon.
Mediados de siglo (1840-1860)
En este periodo lograron entrar al poder los partidos liberales y progresistas, quienes se valieron de su posición para atacar el reinado de Isabel II, y terminar definitivamente con la monarquía.
Tras esto sucedió la Revolución democrática de septiembre (1868), conocida como La Gloriosa, donde se destronó a Isabel II.
Un año después, se promulgó una nueva Constitución en la que se estableció que la monarquía podía mantenerse como forma de Estado. Sin embargo, se instauraron el sufragio universal, la libertad de culto, la libertad de enseñanza y las libertades individuales.
Finales de siglo (1870-1900)
En 1876 Cánovas del Castillo promulgó una nueva Constitución en la que se restablecía la monarquía parlamentaria respetando las inclinaciones liberales de las instituciones.
Esta decisión permitió que en años posteriores se fundaran algunos partidos importantes, como el Partido Socialista Obrero Español (1879) y el Partido Nacionalista Vasco (1887).
Finalmente, en 1895 Cuba consiguió su independencia, lo que produjo la guerra hispano-estadounidense en 1898.
Para solventar estos conflictos bélicos y políticos se llevó a cabo el Tratado de París, en el que se estableció que Cuba quedaba libre mientras que Puerto Rico y Filipinas quedarían bajo los Estados Unidos.
Situación económica de España en el siglo XIX
Atraso industrial
La situación económica en España se caracterizó principalmente por el desarrollo —lento y difícil— de los procesos industrializadores.
En el último período del siglo XVIII, Inglaterra ya había conseguido liberar la mano de obra del sector agrícola para distribuirla en las nuevas actividades productivas, lo que contribuyó a la mejora de las rentas agrarias y facilitó el movimiento del mercado interior para desarrollar la producción industrial propia.
En España, durante el siglo XVIII y principios del XIX, la economía estaba representada por un orden mercantilista en el que no se localizaban los mecanismos de acumulación y apropiación pertenecientes al modelo capitalista ya implementado.
Factores que contribuyeron al retraso económico e industrial
Mercado fragmentado
El mercado nacional estaba fragmentado y reducido. Según algunos historiadores, el mercado español era un conjunto de células asiladas y rurales con un tráfico intrascendente entre ellas. Dicha situación ocurría por el déficit de los medios de transporte, inadecuados para conectar los mercados locales.
Además, el nivel de demanda era muy bajo debido a la escasa densidad de población, en comparación con las regiones vecinas. También existía poco nivel de renta, lo que reflejaba una gran pobreza.
Agricultura tradicional
Otro de los factores del atraso industrial fue la agricultura tradicional, que mantenía un fuerte autoconsumo que solo permitía ciertos intercambios de productos entre las pequeñas industrias artesanales locales.
Bajo presupuesto del Estado español
El Estado español tenía un déficit presupuestario permanente gracias a la independencia americana.
En consecuencia, la política económica forzaba la emisión de la deuda pública y se agravaba el sistema tributario. Todos estos elementos asfixiaban la economía privada, impidiendo el surgimiento de nuevos proyectos.
Ausencia de instituciones financieras
Uno de los factores más importantes fue la falta de instituciones financieras dedicadas a impulsar la industrialización. A esto se le sumaba la falta de tecnologías y de educación en España, donde en 1874 el 54% de la población era analfabeta.
La industrialización
Con la llegada al trono en 1833 de Isabel II, el proceso de industrialización se aceleró porque comenzó a suplirse la falta del capital interno con la inversión extranjera.
Por esta razón, la economía española del siglo XIX estuvo protagonizada por la financiación exterior, ya que proporcionó no solo recursos financieros sino avances técnicos.
Asimismo, con este capital se pudo construir el sistema de ferrocarriles, lo que impulsó la explotación de la minería y de los servicios públicos de carácter urbano.
Situación social de España en el siglo XIX
La sociedad española en el siglo XIX se enfrentó a varios cambios importantes, especialmente en cuanto al orden de las clases y a las posibilidades laborales y económicas.
De estamentos cerrados a clases sociales abiertas
Gracias a la revolución liberal-burguesa, la sociedad española —antes estamental— se convirtió en una sociedad de clases.
En consecuencia, ya no se dividía en estamentos cerrados y definidos jurídicamente, sino que comenzó a expandirse el principio liberal que establecía que todo ciudadano era igual ante la ley.
Lo que definió a las clases sociales españolas fue el nivel económico. Este contexto introdujo los estamentos de clase alta, media o baja. También se estableció una división en cuanto a los procesos de producción, recalcando la diferencia entre el proletariado y la burguesía.
Las clases sociales eran abiertas, por lo que podía producirse un descenso o ascenso social, fenómeno conocido como la movida vertical. No obstante, la extendida pobreza y el analfabetismo impedían ese ascenso vertical. Había mucha riqueza en pocas manos.
Acontecimientos importantes en España en el siglo XIX
A continuación se presentan de manera cronológica los acontecimientos más importantes ocurridos en España durante el siglo XIX:
- En 1808 ocurrió la invasión napoleónica y comenzó la guerra de Independencia española.
- En 1812 se instauró la primera Constitución española, lo que implicó un cambio drástico del sistema del Estado español.
- En 1833 asumió el trono Isabel II.
- En 1836 ocurrió la llamada desamortización de Mendizábal, que consistió en la venta de propiedades privadas—especialmente aquellas pertenecientes a la Iglesia— para recuperar las finanzas del Estado.
- En 1837 ocurrió la Primera Guerra Carlista.
- En 1871 asumió el gobierno Amadeo I de Saboya.
- En 1873 se instauró la Primera República española.
- En 1868 ocurrió el Sexenio Revolucionario.
- En 1898 sucedió la guerra con Cuba, en la que el país latinoamericano consiguió su independencia.
Referencias
- Contreras, E. La sociedad española del siglo XIX. Recuperado de losojosdehipatia.com.
- Rosado, J. 10 acontecimientos más importantes de España en el siglo XIX. Recuperado de timetoast.com.
- Cronología del siglo XIX en España. Recuperado de asmadrid.org.
- Historia de España: siglo XIX. Recuperado de websaber.es.
- Historia económica de España. Recuperado de es.wikipedia.org.