SACRO IMPERIO: Los Luxemburgo, la Liga de Hansa y las Guerras Husitas - Historipedia

SACRO IMPERIO: Los Luxemburgo, la Liga de Hansa y las Guerras Husitas

La siguiente historia tiene lugar entre el año 1268 y el 1437

SACRO IMPERIO ROMANO GERÁMICO 5: Los Luxemburgo, la Liga de Hansa y las Guerras Husitas

Tras la muerte de Federico II, el Sacro Imperio acabó durante dos décadas en un periodo de luchas internas por el poder…  que fue conocido como el Gran Interregno. La cosa acabó en el año 1273 con la coronación de un nuevo rey: Rodolfo I de Habsburgo.  

PRIMEROS HABSBURGO Y NASSAU (1273-1308)

Los Habsburgo fueron una familia noble del Sacro Imperio originaria de la región de Argovia, lo que ahora es Suiza pero que entonces era Suabia. Allí tenían un pequeño castillito (el Castillo de Habsburgo), y realmente esta gente no fue muy importante hasta que se hicieron amiguitos de Federico II de Hohenstaufen, y éste les recompensó con muchas más tierras.

Con la desintegración de Suabia ganaron más poder, y Rodolfo I de Habsburgo fue elegido como rey de romanos en 1273, aunque renunció a la corona imperial y al control de gran parte de Italia. El único que protestó por esta elección fue el rey de Bohemia Otakar II, quien durante el interregno se había apoderado de Austria, Carintia, Estiria y otros territorios, y claro, ahora tenía que devolverlo todo. La cosa acabó en guerra, y tras la Batalla de Marchfeld de 1278, Rodolfo se cargó al rey checo, y se hizo duque de Austria. Y esto es importante porque Austria acabaría siendo el centro de poder de estos Habsburgo, a quienes, de hecho, se conoce también como Casa de Austria o simplemente los Austrias.

Tuvo tanto poder que, a su muerte en 1291, los duques electores, un poco acojonaos, coronaron rey a un tipo de otra casa más modesta, al conde Adolfo de Nassau. Siempre fue una marioneta, pero tan débil que al final sus partidarios decidieron coronar a Alberto I de Habsburgo, el hijo de Rodolfo. Como el de Nassau no se lo tomó bien, se levantó en armas y acabó muerto en la Batalla de Göllheim de 1298.

Entramos ya en el siglo XIV. Alberto I fue el nuevo rey de romanos, pero tampoco hizo mucha cosa importante. Lo más relevante es que durante esta época los cantones suizos se fueron uniendo para formar la Confederación Helvética. Con el Pacto Federal de 1291, tres cantones suizos, Uri, Schwyz y Unterwalden, se unieron como liga para facilitar la defensa mutua y el libre comercio. Con los años el pacto se extendió a Lucerna, Zúrich y Berna; y ya en 1309, los cantones suizos alcanzaron una gran autonomía dentro del Sacro Imperio. En este contexto tendría lugar la leyenda de Guillermo Tell, pero como es más un mito la dejo para mitología medieval. Otro territorio conflictivo fue Flandes, que peleócontra la Francia de Felipe el Hermoso en la Batalla de Courtrai de 1302. Como ya vimos en los vídeos de Francia, Flandes será muy importante para la historia de los Habsburgo. Ya lo veremos.

ENRIQUE VII, EL INICIO DE LOS LUXEMBURGO, Y LUIS IV DE WITTELSBACH (1308-1347)

Alberto I de Habsburgo fue asesinado por su sobrino Juan de Suabia en 1308, y entonces una nueva casa llegaría al poder del Sacro Imperio, la de los Luxemburgo, con Enrique VII a la cabeza. Gracias a la influencia del papa Clemente V fue incluso nombrado emperador, cargo vacante desde la muerte de Federico II. Por cierto, fue este papa quien trasladó la sede papal de Roma a Aviñón. Dijo que sólo de forma temporal, por temas de seguridad y tal, pero la medida acabó durando casi 70 años.

Enrique se casó con Margarita de Brabante y tendrían un hijo, Juan el Ciego, quien sería nombrado rey de Bohemia. El reinado de Enrique destacó por su infructuoso enfrentamiento con el papa Clemente V por intentar recuperar el poder perdido en Italia, combatiendo contra ciudades libres como Florencia, Génova o Milán. En esos años, el poeta italiano Dante Alighieri estaba escribiendo la Divina Comedia. Él era más pro-imperial que pro-papal, y en esa obra encontramos alguna referencia a estos acontecimientos y al propio Enrique.

En 1313, Enrique VII la palmó y, durante la siguiente década, asistimos a un combate por el poder entre Federico el Hermoso de los Habsburgo y Luis de Wittelsbach, apodado el Bávaro. Éste último salió victorioso en la Batalla de Mühldorf de 1322, pero hicieron las paces y gobernaron juntos hasta que Federico murió en 1330. Luis se centró más en la política italiana, y el resultado fue parecido al de sus antecesores: enfrentamiento con el papa Juan XXII, excomunión, elección del antipapa Nicolás V, coronación no-oficial de emperador en Roma, protestas por un tubo… Para el colmo, las milicias de la Confederación suiza derrotaron a pedradas, en la Batalla de Morgarten (1315), a los caballeros feudales de Leopoldo I de Austria, una victoria decisiva para su futura independencia. Resumen del reinado de Luisito: TODO MAL.

Viendo el desastre, algunos nobles y el papa Clemente VI eligieron nuevo rey en 1346. El elegido fue Carlos IV de Luxemburgo, quien fue coronado en Rhens. Justo ese año, su padre Juan el Ciego, que ya estaba el pobre haciendo honor a su apodo, la palmaba en la Batalla de Crecy apoyando a los franceses contra los ingleses en la recién comenzada Guerra de los 100 años. Su hijo salió vivo, pero herido, y claro, Luis IV le tenía unas ganas de aúpa.

Parecía que en el Sacro Imperio iba a haber una nueva guerra civil, pero por fortuna, Luis IV sufrió un ictus cazando osos y la palmó en 1347. Con el camino despejado, vamos ahora con Carlos IV, el monarca más importante de este episodio.

CARLOS IV DE LUXEMBURGO (1349-1378)

Carlos IV era hijo de Juan el Ciego, rey de Bohemia, y por tanto, nieto del rey Enrique VII. Su dinastía, la de los Luxemburgo, empezó controlando zonas de la actual Luxemburgo y de Brabante, hasta que Juan el Ciego fue nombrado rey de Bohemia por su matrimonio con Isabel de Bohemia, de la casa checa de los Premyslid, y pillaron todo ese territorio. Sus rivales por el poder fueron los Wittelsbach, que tenía control sobre Baviera, el Palatinado y zonas de Países Bajos; y los Habsburgo, quienes controlaban Austria, partes suizas de la antigua Suabia, Tirol, y algunas marcas del sur.

Aunque fue una época no muy buena para Europa, con la Guerra de los 100 años causando estragos en Francia, todo el asunto de la Peste Negra, plagas de langostas, y una pequeña edad de hielo que causó inundaciones en muchas ciudades alemanas, lo cierto es que Carlos IV logró traer cierta estabilidad a Alemania.

Como rey de Bohemia que era, se preocupó mucho por este territorio, que en el futuro sería llamado República Checa. Engrandeció su capital, Praga, todo lo que pudo, construyendo catedrales de estilo gótico como la de San Vito, y también el Castillo de Karlstejn, a 30 km de la capital checa. Además, en 1348 fundó la Universidad de Praga, la más antigua de Europa Central. Se ve que también le gustaba mucho la ciudad de Nüremberg, y allí construyó la Iglesia de Nuestra Señora de Nuremberg, de estilo gótico. La construyeron encima de la sinagoga, pues echaron la culpa de la peste negra a los judíos. Hubo persecuciones contra ellos, algunos fueron condenados a la hoguera y muchos acabaron huyendo a Polonia. (q miedo)

En 1355 llegó a Italia y fue coronado rey de los lombardos en Milán, y también emperador del Sacro Imperio en Roma. La ciudad de Montecarlo, en la Toscana, no la de Mónaco, la fundó él, y de ahí el nombre. Mantuvo buena relación con el humanista italiano Petrarca, quien tenía muchas ganas de que se dejase de bohemias y mierdas… y se mudase a Roma para refundar el Imperio Romano.

En 1356 Carlos IV redactó la Bula de Oro, una especie de constitución imperial muy importante, ya que establecía los requisitos y pasos necesarios para alcanzar la elección como rey de romanos, y que estaría en vigor durante el resto de la historia del Sacro Imperio. Se establecieron 7 príncipes electores: 3 eclesiásticos (los arzobispos de Maguncia, Colonia y Tréveris); y 4 laicos (el Rey de Bohemia, el conde del Palatinado del Rin, el Duque de Sajonia-Wittenberg y el Margrave de Brandeburgo). Estos principados electorales serían indivisibles. Además, se estableció por primera vez que con 4 votos ya era suficiente para aprobar un nuevo rey, que esa clase de desacuerdos siempre daban pie a conflictos y movidas.

El emperador se casó 4 veces, pero las esposas importantes fueron las dos últimas. Con Ana de Swidnica tuvo a su heredero Wenceslao, y con Isabel de Pomerania tuvo a su otro hijo Segismundo de Hungría. Los dos chavales acabarían siendo reyes de romanos.

Durante esta época, muchas ciudades imperiales libres de Alemania vieron peligrar su independencia debido a las ambiciones de los Luxemburgo y de otras casas, como los Habsburgo. Muchas se unieron en grandes ligas para defender sus derechos por la fuerza. La más conocida es sin duda la Liga Hanseática o Liga de Hansa, fundada en 1358.

Su sede estuvo en Lübeck y agrupó diversas ciudades norteñas, la mayoría portuarias y dedicadas al comercio, como Hamburgo, Bremen, Colonia, Dortmund… e incluían también ciudades holandesas, suecas, polacas y rusas. Este es un poco el germen de la burguesía empresarial y el libre comercio europeo, y el nivel de prosperidad que consiguieron estas ciudades fue brutal. También ciudades como Danzig se especializaron en la construcción de barcos, destacando las cocas hanseáticas, que fueron de las primeras embarcaciones que no necesitaban tener remeros ahí jodidos dándole a las palas.

Otra liga de la que hay que hablar es la Liga de Ciudades de Suabia, que existía desde hacía bastante tiempo pero que resurgió con fuerza hacia el 1376. Se levantaron en armas porque Carlos IV quería que su hijo Wenceslao fuera elegido rey a su muerte, y para ello decidió sobornar a algunos electores revocando privilegios a varias de estas ciudades imperiales libres.

En 1365, Carlos IV fue coronado rey de Borgoña, por lo que se convirtió en el gobernante de todos los reinos del Sacro Imperio Romano. El ducado de Austria se convirtió en un Archiducado gracias a un documento falsificado por Rodolfo IV de Austria, el Privilegium Maius. La cosa duró hasta que Carlos IV se coscó que el documento era falso unos años después.Aún así, Rodolfo convirtió Viena en el centro de su poder, fundando incluso una universidad en esa ciudad. Por otro lado, algunos trozos de Austria, junto con Estiria, Carintia y demás se convirtieron en Austria Interior y en el Condado de Tirol, entre otros. El Ducado de Baviera acabó también dividido en diferentes territorios, y lo mismo pasó con Brunswick. En 1373 Carlos compró al margrave Otón VII de Wittelsbach por 500.000 florines el Margraviato de Brandeburgo, y se lo cedió a su hijo Wenceslao, incluyendo el poder de elector que llevaba consigo el cargo. La residencia oficial en este lugar estaría en el Castillo de Tangermünde. Además, también cedió a su sobrino Carlos V príncipe de Francia la región del Delfinado (1350).

Carlos IV murió en el año 1378 en Praga. El año anterior el papa Gregorio XI volvió a fijar la residencia papal en Roma. Sin embargo, poco después un nuevo conflicto religioso comenzó: El Gran Cisma de Occidente (1378-1417). Básicamente todo empezó porque dos obispos se disputaron la autoridad pontificia. Urbano VI fue elegido papa en Roma y Clemente VII en Aviñón. Europa quedó dividida entre los que apoyaban a uno, a otro, y luego estaban los que cambiaban de bando a conveniencia, como fue el caso del Sacro Imperio.

WENCESLAO DE BOHEMIA (1378-1400)

El hijo de Carlos IV, Wenceslao de Luxemburgo, llegó al trono alemán, y el chaval debía de ser un vago de mucho cuidao. Su hermanastro de 10 años, Segismundo, fue nombrado Margrave de Brandeburgo, aunque fue enviado a Hungría a vivir en la corte del rey Luis I, quien, por cierto, le hizo heredero al trono húngaro tras casarle con su hija María. En 1388, Segismundo renunció a ser margrave de Brandeburgo a favor de su primo Jobst de Moravia. Este es el que salía al final de Kingdom Come Deliverance, pero bueno, será importante después.

Durante el reinado de Wenceslao, éste intentó poner freno a las continuas guerras entre las ligas de ciudades y los príncipes, que estaban llevando el imperio a la anarquía. Tras muchas batallas, al fin, en el año 1389, en la Dieta de Eger, parece que se llegó a un acuerdo y se acordó una paz general. Las ciudades imperiales alemanas se vieron obligadas a disolver sus ligas a cambio de autonomía. También por el Tratado de Zurich, los Habsburgo acabaron reconociendo la autonomía de la Confederación Helvética.

Tras eso, el rey Wenceslao se retiró a Praga porque estaba ya hasta la polla de todo. Comenzó a derrochar pasta por un tubo en Bohemia y a vivir la buena vida. Uno de sus protegidos en Praga sería el decano de la Facultad de Arte y Filosofía y reformador religioso a tiempo parcial: Jan Hus, que la Iglesia Católica declaró hereje. Básicamente lo que decía este tipo era que el jefe de la Iglesia debía ser Cristo y no el papa, y que tantos cismas eran causados por la corrupción de los religiosos y su acumulación de riquezas. Como Wenceslao pasó de condenarle, muchos alemanes de la Universidad de Praga se dieron el piro y fundaron la de Leipzig en 1409.

Los electores veían al rey como pésimo e incompetente, y empezaron a planear derrocarle. Y más tras el descalabro de la Cruzada de Nicópolis (1396), donde su hermano Segismundo dirigió un gran ejército a luchar contra el invasor turco a Bulgaria. Tuvieron el apoyo de franceses, húngaros, valaqueses, venecianos, genoveses y búlgaros, pero la campaña fue un desastre de principio a fin. Segismundo sobrevivió de milagro.

En 1396, Wenceslao regresó a Alemania para nombrar regente a su hermano pequeño Segismundo, y luego marchó a Francia para resolver el tema del cisma papal. Este momento fue aprovechado por 4 príncipes electores para rebelarse durante la Dieta de Oberlahnstein. En 1400, en la Fortaleza de Lahneck, fue elegido nuevo rey de romanos Roberto del Palatinado, de los Wittelsbach.

Este Roberto III gobernó 10 años. Trató de ir a Roma a ser coronado, pero por el camino se metió de leches contra el Ducado de Milán de Gian Galeazzo Visconti, y acabó teniendo que darse media vuelta el pobre. Intentó poner paz y orden tanto en el Imperio como en el papado, sin mucho éxito. Roberto III acabó palmando en 1410, y ahora a ver a quién se elegía como rey.

SEGISMUNDO DE HUNGRÍA Y LAS GUERRAS HUSITAS (1410-1437)

En 1410 Segismundo de Hungría, hijo de Carlos IV de Luxemburgo, fue elegido rey de romanos. Hubo dos miembros de su familia que se opusieron a su coronación. Su primo Jobst de Moravia, pero murió, y su hermano Wenceslao, que seguía vivo como rey de Bohemia. A pesar de un breve rifirrafe, Wenceslao acabó cediendo el cargo de rey de romanos a su hermanito, pero él conservó el trono bohemio.

Cuando fue elegido rey de Alemania, Segismundo ya era también rey de Hungría y Croacia, y también Margrave de Brandeburgo, pero cedió este importante cargo con poder elector a su aliado Federico I de Nuremberg, de la casa de los Hohenzollern, familia que se convertiría en la más poderosa de Alemania tiempo después gracias a esto.

El Segismundo este sentía Hungría como su casa, y la mayor parte de su vida dirigió el imperio desde Buda, actual Budapest, la capital húngara. Allí levantó un gran palacio que fue convertido en su Sede Real. Se casó con una noble húngara, Bárbara de Celje, y por 1408 fundó la enigmática Orden del Dragón, con el objetivo de defender el cristianismo de los invasores musulmanes. Uno de los miembros de esta orden fue Vlad II Dracul, apodado así por esta orden, y su hijo sería el famoso Vlad el Empalador. De Dracul vendría Drácula, obviamente.

En 1414 se convocó el Concilio de Constanza, presidido por Segismundo y el antipapa Juan XXIII. El objetivo era acabar con el Cisma de Occidente, y se logró, llegando al acuerdo de nombrar papa oficial a Martín V. Pero en el concilio también se hablaron de otras cosas, como herejías. Desde hacía tiempo, había peña decidida a levantar la voz contra los abusos de la Iglesia, y uno de ellos fue el predicador checo Jan Hus. Le invitaron a Constanza a discutir sus ideas, pero… IT’S A TRAP. Él y su discípulo, Jerónimo de Praga, fueron condenados a morir en la hoguera en 1415.

Eso cabreó un montón a muchos bohemios, y la cosa se iba a poner más caliente. Su hermano Wenceslao murió en 1419 de un infarto durante una cacería de osos. Ya van dos muertos cazando osos, yo me dedicaría a juegos de mesa y esas cosas, pero bueno. El sucesor en el trono bohemio, lógicamente, iba a ser Segismundo. Sin embargo, los bohemios le responsabilizaron de la muerte de su querido Hus, y se le echaron al cuello. Y de esta forma comenzaron las Guerras Husitas (1419-1434), un conflicto que duraría 15 años.

Todo empieza con la primera defenestración de Praga (1419), donde unos seguidores radicales de Hus tiraron por la ventana a 7 miembros del Consejo Municipal. Ya veremos que los bohemios fueron muy propensos a esto de tirar a la peña por las ventanas.

A partir de aquí los husitas se dividieron en dos corrientes: los utraquistas fueron los moderados, mientras que los taboritas, quienes fundaron la ciudad de Tábor, fueron muy extremistas. Estos últimos, dirigidos por Jan Zizka derrotaron a Segismundo en la Batalla de Sudomer y en muchas otras refriegas. Fue este general checo quien desarrolló los Vagones de Guerra, unos carros reforzados que servían de parapeto. Además, durante estas guerras ya se empezó a usar de forma efectiva en Europa las armas portátiles de fuego, como cañones de mano o arcabuces rudimentarios.

Las atrocidades cometidas por los taboritas hicieron que los utraquistas se separaran y comenzaran una guerra entre ellos a partir de 1423. En esos años Zizka murió y fue sucedido por Procopio el Calvo. En 1431, los taboritas obtuvieron una gran victoria contra los imperiales en la Batalla de Domazlice.

Sin embargo, la cosa se iba a torcer para los radicales. Los moderados llegaron a un acuerdo con Segis, le reconocieron como rey en la Compactata de Praga, y derrotaron a los taboritas en la Batalla de Lipany de 1434. Dos años después Segismundo entraba triunfante en la capital checa. Los últimos husitas acabaron atrincherados en el Castillo de Sion cerca de Kutná Hora, y liderados por Jan Rohác resistieron hasta 1437, pero le pillaron y le ejecutaron.

Un noble que ayudó a Segismundo en la lucha contra los husitas fue el conde Juan Hunyadi, padre del futuro rey húngaro Matías Corvino. Y también destacó Stibor de Stiboricz comandante polaco de la Orden del Dragón que acabó gobernando Transilvania.

En el año 1437, Segismundo falleció, y al no tener hijos, nombró heredero a Alberto II de Habsburgo, quien estaba casado con su hija Isabel de Luxemburgo. Los Habsburgo volverían al poder del Sacro Imperio y no se separarían de él hasta la desintegración de éste en el año 1806.