Emily Vaquero, la niña de dos años desaparecida el 19 de mayo en Zaragoza, está en Ucrania. "La policía ha podido hablar con su madre y se encuentra bien", asegura su padre que ya ha iniciado los trámites para su restitución. "Esto puede llevar meses", lamenta, "teniendo cuenta que es un país en guerra".
El 24 de mayo, cuando el juzgado de Primera Instancia de Zaragoza adoptó medidas cautelares urgentes "en protección de la menor" ante el riesgo de sustracción parental, la pequeña ya había cruzado la frontera y había llegado al país natal de su progenitora. La policía ha constatado que lo hizo el día 22, tres días después de que su madre se la llevara.
Iryna Palli lo tenía todo planeado. Recogió a la bebé en casa de sus abuelos paternos para llevarla a un cumpleaños e inició el viaje sin dar oportunidad de reacción al que fuera su pareja, Alejandro Vaquero. Cuando él llegó a casa, se encontró con que "faltaba una maleta enorme con un montón de enseres personales" y que su mujer -con la que estaba en trámites de divorcio- se había "ido para no volver".
Su teléfono móvil no está operativo desde entonces y tampoco se ha puesta en contacto con el padre de la pequeña en ningún momento. Su temor siempre fue que la madre abandonara España y se fuese "a un país que ponga problemas para su devolución", como teme ahora.
Lamentablemente, las medidas llegaron tarde. Hace unos días, el presidente de la asociación SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, ya advertía de la necesidad de que "tanto el Ministerio de Justicia como el de Exteriores tomen cartas en el asunto". "No puede ser que constantemente haya menores sufriendo este tipo de sustracción", añadió.
"Lo que temíamos se ha hecho realidad", ha señalado Amills tras conocer que la niña se encuentra con su padre en Ucrania. Como ya nos ha transmitido en otras ocasiones, son muchos los países que "muestran total pasividad a la hora de cumplir el convenio de La Haya y que incluso retrasan o ponen palos en la rueda a los procedimientos para la devolución de los menores".