Ricci, Sebastiano

Sebastiano Ricci fue el verdadero renovador de la pintura veneciana entre el siglo XVII y el XVIII. Discípulo de Sebastiano Mazzoni, Ricci viajó profusamente en sus años juveniles. Está documentado en Bolonia, hacia 1680, y en Parma, en 1685, ciudades de gran tradición pictórica, donde entró en contacto, por un lado, con la pintura del clasicismo boloñés del siglo XVII, y, por otro, con la figura de Correggio. Viajó más tarde, a finales del siglo, por Lombardía y Milán, y ya en el siglo XVIII se encuentra en Belluno y Venecia. Después de un período de decidido clasicismo, visible en los lienzos de tema clásico, realizados para la Universidad de Parma, en las obras de Belluno y de su primera estancia en Venecia, se ve un paso hacia un colorismo claro y luminoso. De 1706-1707 son los frescos del Palacio Marucelli en Florencia, en los que aparece un indudable recuerdo de Veronés, que en Ricci es el camino de su evolución hacia el rococó. Entre 1712 y 1716, Ricci trabaja en Inglaterra, en donde entra en contacto con las obras de Rubens y Van Dyck, presentes en las colecciones de ese país, y de importancia para el desarrollo de su pintura en el sentido grandioso, que alcanzará en su período de madurez. Los grandes lienzos para el hospital de Chelsea o en Burlington House evidencian su nuevo estilo. En 1716 se encuentra en Paris, y poco después regresa a Venecia, donde se instala definitivamente. Del período tardío de su producción destacan los lienzos pintados en 1724, para el rey de Cerdeña, hoy en la Galería Sabauda, y los grandes cuadros de la iglesia veneciana de San Rocco (1732-1734), claro antecedente de las obras de Tiepolo.
(Mena Marques, M. En: Museo del Prado Catálogo de dibujos. Vol. VII Dibujos italianos del s.XVIII.,1990, p. 126)