Sarah Ferguson: la mamá de la princesa Eugenia y su historia con Argentina

Sarah Margaret Ferguson, más conocida como "Fergie", nació el 15 de octubre de 1959 en Londres, en el seno de una familia cercana a la nobleza. Pero no eran royals, ni ricos. Sus padres eran Susan Wright y el mayor Ronald Ferguson, quien fue instructor de polo del príncipe Carlos, casado con Lady Di. De hecho, fue ella quien le presentó al príncipe Andrés, en las carreras de Ascot.

Esa historia es muy similar a la que se concretó este viernes en la boda entre la princesa Eugenia -hija de Fergie- y Jack Brooksband en el Castillo de Windsor. El príncipe Harry, el hijo menor de Diana, le presentó ese camarero de Londres a su prima. 

Pero volvamos a los padres de la novia. Sarah y Andrés anunciaron su compromiso el 17 de marzo de 1986 y celebraron su boda el 23 de julio en la Abadía de Westminster. Minutos antes de la ceremonia, la reina Isabel les concedió el título de Duques de York.

El matrimonio tuvo dos hijas, la princesa Beatriz, nacida el 8 de agosto de 1988, y la princesa Eugenia -la novia de este viernes- que nació el 23 de marzo de 1990.

Sarah Ferguson fue el "patito feo" de la familia real. Por una razón bastante simple. Andrew era el hijo favorito de la reina, pero no necesariamente el hermano favorito del palacio.

Cayó en desgracia porque tuvo un conflicto con Lady Di. La "princesa del pueblo" consideró que Fergie no había sido lo suficientemente leal a su amistad durante el divorcio de los dos. Paradójicamente, el príncipe Carlos consideró que tampoco había sido lo suficientemente leal a la Corona.

El duque de Edimburgo, el marido de la reina, tampoco la perdonó por el escándalo en el que se vio al asesor financiero John Bryan chupándole el dedo gordo del pie en un verano de Francia, fotos que fueron publicadas en el Daily Mirror.

Tras el divorcio, Sarah Ferguson se fue de la familia real sólo con 350 mil libras esterlinas. Sin una casa, cuando la familia real podía otorgarle cualquiera de sus cientos de títulos de propiedad. Después de eso, comenzó a trabajar en libros para niños y se fue a vivir a Estados Unidos, donde la estafaron.  

Con lo que le quedó de dinero logró comprarse una casa en el campo, que luego se incendió.

Ahí fue cuando Fergie volvió a la casa del príncipe Andrew y, al morir la reina madre, se mudó al Royal Lodge del Castillo de Windsor. Desde entonces, viven juntos.

Las hijas los adoran por la relación trasparente que que lograron tener. Los dos tuvieron parejas, los dos tuvieron amantes. Y siguieron como amigos. No sorprendería que se vuelvan a casar. Si no lo hacen, aseguran los ingleses, es porque aún vive el esposo de la reina Isabel.

La madre de Fergie, que murió en 1998 en un accidente en la ruta 23, cerca de la localidad bonaerense de Tres Lomas, también fue odiada por la familia real.

¿El motivo? Engañó a su marido con el polista argentino Héctor Barrantes. Los dos vivían en una estancia en Carlos Casares. Y eso fue lo que trajo a la madre de la princesa Eugenia a Argentina. Pasó dos años en nuestros campos.

Fergie recibió la noticia de la muerte de su madre a las 4 de la mañana en la villa del conde Gaddo Della Gherardesca, cerca de Pisa. Estaba con la princesa Eugenia, que tenía 8 años. Inmediatamente, volvió a Buenos Aires en un vuelo comercial de British Airways.

Quienes la conocieron en su paso por nuestras tierras aseguran que Sarah Ferguson "se crió sin amor", en un colegio pupilo, porque su madre se mudó a Argentina de muy joven. 

Con su madre eran íntimas amigas. Una afirmación en la que coinciden las amigas argentinas de Susan y la biógrafa de la duquesa y directora de la revista Majesty, Ingrid Seward. Posiblemente, para no repetir la historia, Fergie se convirtió en la "madre más sobreprotectora de la Corona" con la princesa Eugenia y la princesa Beatriz.

Fue unos meses antes de la boda del príncipe Harry con Meghan Markle cuando obtuvo el "perdón" público de la reina Isabel. Las dos coincidieron en las carreras de Ascot y se las vio en una charla animada.

Luego, la buena relación con la familia real se reafirmó cuando fue una más en la boda del hijo de Lady Di: estuvo entre los invitados como un auténtico miembro de la familia. 

En tanto, este viernes Sarah Ferguson también fue una "reina". Pero el príncipe Carlos sólo fue a la ceremonia religiosa, en la Capilla St George. Una foto de los dos cerca les hubiese robado el protagonismo a los novios.

En este panorama de celebración, los medios ingleses recordaron que el único que realmente perdonó a Sarah Ferguson fue su marido, Andrew.

El príncipe era un marino que la dejaba en tierra sola "demasiado tiempo". Exactamente, sólo pasaban juntos unos 40 días por año. En una de esas ausencias un paparazzi registró la escena del fetiche con su pie.

Entre las causas que los llevaron al divorcio, la más fuerte fue la presión de los cortesanos. Es que, como dicen en Inglaterra, lo más difícil de ser un royal es tener parientes.