Lady Sarah Chatto, la hija de la princesa Margarita que también dijo adiós a la realeza británica

Lady Sarah Chatto, la hija de la princesa Margarita que también dijo adiós a la realeza británica

Lady Sarah Chatto, en 2008.
Lady Sarah Chatto, en 2008.
©KORPA / GTRES
Lady Sarah Chatto, en 2008.

No mucho antes del Sussexit que protagonizaron Meghan Markle y el príncipe Harry otra  persona que solía estar en los actos de la familia real británica decidió que aquella no era la vida que deseaba llevar y decidió independizarse y no volver la vista atrás. Hablamos de Lady Sarah Chatto.

Recientemente fue noticia su hijo, Arthur Chatto, un musculado joven de 21 años que ocupa el puesto número 26 en la línea de sucesión al trono pero al que no le llama nada el Palacio de Buckingham porque él lo que quiere ser es entrenador personal en un gimnasio de Edimburgo, la capital de Escocia, donde ha encontrado trabajo mientras finaliza sus estudios de Geografía.

Pero ahora es de su madre Sarah, la hija menor de la princesa Margarita, en quien hemos de centrarnos por cómo supo desligarse de su estricta educación protocolaria -basada en los modales perfectos que se le presupone a la realeza- para dar el salto a su verdadera pasión: las artes.

Cuando era joven, esta sobrina de la reina Isabel II nacida el 1 de mayo de 1964 solía vivir en el Palacio de Kensington donde era cuidada por una niñera profesional, cargo que tendría más o menos las mismas funciones que la última oferta de trabajo que hicieron pública los duques de Cambridge.

Sin embargo, lo que de verdad le llamaba la atención era lo que solía enseñarle su padre, Antony Armstrong-Jones, un fotógrafo y cineasta británico que estuvo casado con la princesa Margarita entre 1960 y 1978 -aunque con multitud de problemas y altibajos-, y que introdujo a su hija en las artes plásticas.

Es importante saber que hasta el nacimiento del príncipe Guillermo (en 1982), ella era la séptima en la línea de sucesión, por lo que tiene más o menos sentido toda la rectitud con la que fue educada. Sin embargo, cuando llegó al mundo el heredero de Carlos de Inglaterra, lejos de tomárselo mal, fue un punto de inflexión para Sarah Chatto.

Es por ello que decidió estudiar primero en el Camberwell College of Arts (lo que aquí sería un Bachillerato de Artes) y, una vez cumplidos los 19, decidió tomarse un par de años sabáticos con su padre recorriendo India y ayudándole incluso en su trabajo.

De hecho, el conde de Snowdon (un título que se creó ad hoc para él) participó en el rodaje de Pasaje a la India, de David Lean, encargándose de la foto fija, mientras que su hija obtuvo un puesto de meritoria en el departamento de vestuario.

Los sets de rodaje, los focos y el grito de "¡Acción!" no eran sin embargo nuevos para ella, que ya había participado en la película Oriente y Occidente, de James Ivory, un año antes, y donde conoció a Daniel Chatto, quien años más tarde se convertiría en su esposo, pero con quien no formalizó su amor hasta 1987.

Fue precisamente en aquel año en el que decidió alejarse de sus obligaciones reales para centrarse en sus quehaceres artísticos, una decisión que aceptó toda su familia, si bien es cierto que en parte ocurrió porque no se desligó del todo, al establecerse poco después en un departamento del Palacio de Kensington.

Esto ocurrió algunos meses después de su boda, en la iglesia de St Stephen Walbrook en 1994, y para la que usó una tiara que fue un regalo precisamente de su padre a su madre. El 28 de julio de 1996 nacería Samuel y, casi tres años más tarde (el 5 de febrero de 1999), en el hospital Portland de Londres como su hermano mayor, dio a luz a Arthur.

Tras la muerte de su madre en 2002, Lady Sarah Chatto ha mantenido una cercana relación con su tía, la reina Isabel II, llegando en algunas ocasiones a realizar viajes juntos a los refugios favoritos escoceses de la monarca. Hay que añadir que, aunque no forma parte de la realeza, ella y su familia sí que asisten y son muy tenidos en cuenta en el organigrama de la casa real británica, como demostró al fungir como madrina de bodas en la unión entre los duques de Sussex que, quizá premonitoriamente, seguirían poco después sus pasos y se desligarían de sus funciones.

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