El agitado pasado del padre de Sarah Ferguson: amantes, escándalos, y una proposición matrimonial a la madre de Diana (que ella rechazó)

Con motivo del Día del Padre en Reino Unido, Sarah Ferguson ha querido rendir homenaje a su progenitor, el ya fallecido Ronald Ferguson. Él siempre la defendió de las críticas de la prensa tras su divorcio del príncipe Andrés.

Sarah Ferguson y su padre, Ronald Ferguson, en el Guards Polo Club en 1988.

© Getty Images

El Día del Padre en Reino Unido se celebra el tercer domingo de junio, es decir, el pasado día 21. Con motivo de la festividad, Sarah Ferguson ha querido rendir homenaje a su padre, Ronald Ferguson, con una imagen de cuando era joven en la que se parece a su hija de forma asombrosa. Pero, ¿quién fue el padre de la duquesa de York? Hacemos un repaso de su vida.

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El padre de Sarah Ferguson falleció en 2003 a la edad de 71 años como consecuencia del enésimo ataque al corazón que sufrió, después de haber sido diagnosticado también de cáncer de próstata en 1996. La duquesa de York no se encontraba junto a su padre en el momento de la muerte debido a un viaje de trabajo que tuvo que realizar a Australia, pero se despidió de él antes de partir. “Está agradecida del tiempo que ha tenido para despedirse de su padre”, comentaba un portavoz de la familia.

La de Ronald Ferguson fue una vida marcada por los escándalos. El hombre que fue en el pasado entrenador de polo del príncipe Carlos, una serie de errores cometidos con el paso de los años hizo que se viera obligado a renunciar a varios cargos que tenía relacionados con la casa real británica.

Hijo del coronel Andrew Henry Ferguson y Marian Montagu Douglas Scott, –prima de la que se convertiría en duquesa de Gloucester y tía de la reina Isabel II por matrimonio, Alice–, Ronald estudió en la escuela a la que asisten los hijos de las familias de más alta alcurnia de Reino Unido, Eton, igual que lo hicieron los príncipes Harry y Guillermo o el mismo príncipe Andrés, quien se convertiría en yerno de Ronald Ferguson en el futuro.

Después de Eton llegó Sandhurst, la escuela militar real, de la que salió con una comisión en Household Cavalry, donde sirvió durante 19 años. En concreto pasó a formar parte de los Life Guards, que es la comisión senior de la armada británica que forma parte del Household Cavalry, donde su padre había sido coronel. Con el tiempo consiguió ascender hasta los puestos de teniente y después de capitán, para retirarse con honores en 1968 y recibir el rango de comandante. Durante años sirvió también a la reina Isabel II, formando parte del desfile Trooping the Colour.

Fue en el momento de su retirada cuando comenzó a dedicar su vida al polo y a entablar relaciones con la familia real británica. Se convirtió en el entrenador de polo del príncipe de Gales y en manager del Guards Polo Club. Durante esos años, Ferguson forjó relaciones con los Windsor, gracias a lo que consiguió propiciar el matrimonio de su hija Sarah con el príncipe Andrés de York. Sin embargo, perdió su puesto en el club tras saltar por los aires la noticia de que Ronald acudía con frecuencia a un centro de masajes de Londres. Se trataba del Wigmore Club, donde se ofrecían “servicios sexuales a la carta a sus miembros”, aunque Ronald siempre mantuvo que había acudido a recibir un masaje en el sentido estricto de la palabra.

En 1994 otro escándalo provocó que tuviera que dejar a un lado su papel como organizador de patrocinio en el exclusivo club de polo Royal County of Berkshire. Ronald también tenía fama de compartir su vida con varias amantes. Para su disgusto, una de ellas, Lesley Player, decidió confesarlo todo en sus memorias en 1994, en las que desvelaba lo que había sucedido entre los dos. Lo ocurrido fue demasiado para el príncipe Carlos y decidió prescindir de Ronald, aunque su matrimonio con su segunda mujer se mantuvo intacto. Por aquel entonces, los problemas económicos golpeaban a Ronald, se había visto obligado a vender algunas propiedades y la pérdida de su trabajo no le benefició en absoluto.

La vida amorosa de Ronald Ferguson lo llevó hacia dos Susan diferentes. Su primera mujer, Susan Wright –de apellido Barrantes tras su matrimonio con su segundo marido– fue la mujer con quien tuvo a Sarah Ferguson (1959) y a su hermana mayor, Jane (1957). Se casaron en 1956 y el matrimonio se rompió 18 años después, después de que Ronald tuviera un desliz y Susan buscara refugio en la estrella argentina de polo Héctor Barrantes, con quien se casó en 1975.

Durante el tiempo que estuvo buscando a su siguiente mujer, el padre de Sarah Ferguson le pidió matrimonio a la madre de la princesa Diana –gran amiga de Sarah Ferguson–, Frances Shand-Kydd, que declinó la oferta. Los otros tres hijos de Ronald y también hermanos pequeños de Sarah son fruto del matrimonio entre Ronald y Susan Deptford, con quien se casó en 1976. A pesar de todos los escándalos, el matrimonio se mantuvo irrompible y el día en el que Ferguson falleció seguían juntos. Sus tres hijos se llaman Andrew (1978) Alice (1980) y Eliza (1985).

Durante sus últimos años, Ronald tuvo un papel bastante mediático en comparación con el resto de su vida, que utilizó para defender a su hija Sarah de las críticas y los escándalos consecuencia de su divorcio con el príncipe Andrés. Pero también hizo alguna aparición mediática para concienciar sobre el cáncer de próstata. “El cáncer es algo que te golpea de inmediato, escuchamos tantos casos de personas que fallecen por culpa del cáncer que está inmediatamente relacionado con la muerte. Pero no tiene por qué ser así, ni mucho menos en mi caso. No tiene por qué”, lanzó como mensaje de esperanza tras ser diagnosticado de nuevo después de haberse curado. A pesar de su positividad y el apoyo de su familia, el deterioro que había sufrido con los años se lo llevaron para siempre.