Lleva el nombre de su precursor, el arquitecto y diseñador de iteriores, Robert Adam. El estilo Adam es considerado como la primera fase del estilo neoclásico. Nació en Reino Unido en 1760 y se difundió rapidamente por Europa y después por el resto del mundo.
El escocés Robert Adam, arquitecto, hijo y hermano de arquitectos, impulsó el primer apogeo de lo que después sería el estilo neoclásico. Su estilo era ecléctico, combinaba su inspiración en los edificios de la antigua Roma y Pompeya, en los grabados del arquitecto italiano Piranesi y en los palacios renacentistas italianos.
Adam abogó por un estilo sencillo, preciso y delicado.Trató de un modo armonioso las proporciones, buscaba en el diseño la luminosidad, los amplios espacios, tanto en la arquitectura como en los muebles.
Adam buscaba la mezcla y combinación de motivos más clásicos de la arquitectura romana, en menor medida de egipcios y etruscos; y neogóticos como arabescos, esfinges, festones, grifos, guirnaldas, jarrones, medallones, pilastras, trípodes o volutas.
Entre los muebles diseñados por Robert Adam, se encuentran, especialmente, los de pared, como cómodas, entredoses o espejos.
Otro icono del estilo Adam es la silla del mismo nombre. Está caracterizada por presentar líneas y motivos tallados, como columnas. El respaldo suele tener una típica lira central y las patas, ligeramente cónicas, acaban en un pie bulboso.
Ya sabemos que los colores neoclásicos más comunes eran los tonos claros, y sobre todo, lilas, azules, verdes, rosas, y, a veces, el negro. Pero Robert Adam utilizó una paleta de colores más pálidos en una variación hacia la dulzura. Rosas, verdes, azules y dorados tenues fueron los adoptados por Adam, sobre todo, en paredes y puertas, acompañados casi siempre, de una delicada yesería en blanco. Adam también creo algunas tonalidades, hoy a él atribuidas, como el verde vegetal.
El mobiliario del estilo impulsado por el escocés se caracterizaba por lus líneas rectas y sencillas. Podía estar pintado o ser de madera exótica de las Indias orientales.
El atractivo y femenino estilo de Robert Adam cautivó a la sociedad inglesa de la época, haciendo sombra incluso al mismísimo Sir William Chambers. Un estilo del que hoy se recuperan ideas y claves para los actuales diseños.
Yo soy amante incondicional de este estilo, menos rococó, quizás, que su predecesor y no tan conocido como su sucesor, el gran neoclásico. ¿Tú con cúal te quedas?
