Ricardo I, el León asesinado por la Hormiga
La muerte de Ricardo Corazón de León a manos de un niño ballestero sucedió en el castillo francés de Châlus-Chabrol en 1199.
Ricardo I de Inglaterra (1157-1199) es un personaje cuya fama rivaliza con la del mismísimo rey Arturo; no en vano, Ricardo se consideraba heredero legítimo del monarca de la Mesa Redonda. No obstante, esta idea de un parentesco entre ambos respondía más a un interés político –la unificación de britanos, normandos y sajones– que a la realidad histórica, puesto que poco se sabe de Arturo más allá del mito caballeresco. También en el caso de Ricardo Corazón de León es difícil separar los hechos de la leyenda, ya que él mismo la alimentó a lo largo de su vida.
Hijo de Enrique II Plantagenet y de Leonor de Aquitania y hermano de Juan sin Tierra, pasó la mayor parte del tiempo fuera de su país embarcado en lances y aventuras (tomó parte en la Tercera Cruzada). Precisamente fue en una de estas aventuras cuando halló la muerte. En guerra contra el rey francés Felipe II por las pretensiones de éste sobre sus posesiones en Francia, Ricardo utilizó toda su experiencia militar y vastos recursos y logró sonadas victorias sobre el galo. En una de ellas, conquistó sin esfuerzo el mal defendido castillo de Châlus-Chabrol.
Al atardecer del 25 de marzo de 1199, Ricardo inspeccionaba el castillo sin su cota de malla cuando un ballestero le lanzó una flecha que lo hirió en el hombro izquierdo cerca del cuello. La extracción se complicó por la falta de asepsia y le produjo al rey una gangrena que iba a resultar mortal. Antes de expirar, el 6 de abril, hizo traer ante él al ballestero, que había sido capturado, y resultó ser un niño que alegó que había vengado así a su padre y a dos de sus hermanos. Ricardo le perdonó la vida y ordenó que lo liberasen (orden que no se respetó). Y las crónicas refirieron la muerte como "el León que fue asesinado por la Hormiga".