Isabel II, 70 años de reinado

Elisabeth Alexandra Mary (Isabel II del Reino Unido) nació el 21 de abril de 1926 en Londres. Era la tercera persona en la línea de sucesión al trono del Reino Unido (por detrás de su tío Eduardo VII y de su padre). Sin embargo, llegó rápidamente a la corona inglesa.

Cuando Isabel tenía 10 años, murió su abuelo, el rey Jorge V. Su tío Eduardo VIII heredó el trono británico, pero no fue bien recibido y abdicó ese mismo año. El trono recayó entonces en el hermano de Eduardo, su padre, que reinó con el nombre de Jorge VI, así que Isabel pasó a ser la heredera de la corona. Ya entonces fue consciente de su papel y empezó a asumir a la perfección sus responsabilidades y obligaciones de princesa heredera. El 6 de febrero de 1952, mientras Isabel estaba en Kenia en un viaje oficial, su padre murió de cáncer de pulmón. Después de un año de luto, el 2 de junio de 1953, con 26 años, Isabel fue coronada reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en la antigua abadía de Westminster y soberana de 14 Estados independientes (Islas Bahamas, Jamaica, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, …). También fue nombrada gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra y mantuvo una excelente relación y un gran compromiso con su Iglesia y la de Escocia.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el papel político de la monarquía británica se vio reducido. Sin embargo, Isabel II siempre intentó continuar con la unión de la Corona y la Commonwealth (organización formada por las naciones en las que se disgregó el Imperio: 54 países libres e independientes con antiguos lazos de unión con Reino Unido que, de manera voluntaria y sin someterse a la monarquía británica, comparten objetivos, como la cooperación económica y política internacional y la promoción de la paz y la prosperidad para todos sus habitantes). Para ello, hizo viajes por todo el mundo, durante seis meses, como ningún anterior monarca había hecho, afianzando la relación con diversas culturas, creencias, razas, …Por ejemplo, en Australia, Isabel II se paseaba por las calles sin seguir el protocolo para saludar a la gente de la calle y conocer sus costumbres y opiniones. Fue un ejemplo de unidad de los británicos y la mejor representante de Reino Unido ante todo el mundo. Empezaba de esta manera la “Era Isabelina”. A pesar de ello, algunos de sus reinos obtuvieron su independencia y se convirtieron en repúblicas, como Sudáfrica, Pakistán y Sri Lanka.

Se convirtió en un símbolo de renovación y rejuvenecimiento de Reino Unido por su gran trabajo de intentar acercar la corona a sus súbditos. Sin olvidar nunca el estricto protocolo británico, fue capaz de “modernizar” su figura a los nuevos tiempos, llegando incluso a usar redes sociales. Sin embargo, rara vez concedía entrevistas y poco se sabe de sus opiniones personales: nunca hablaba de sus opiniones políticas en público. Será siempre recordada por su sentido del deber y la tradición, por ser ordenada y práctica, por su gusto por los juegos de salón y rompecabezas, por su pasión por los caballos y los perros, así como por su vestuario: siempre con sus abrigos de colores y sombreros decorativos, elegidos para ser vista entre la multitud rápidamente. Comprometida con las causas sociales y el medio ambiente, fue coordinadora de más de 600 organizaciones benéficas.

Desde el primer momento, Isabel II demostró su gran capacidad para el trabajo. Cada mañana leía todas las noticias internacionales importantes, especialmente las noticias sobre su país. Una vez a la semana se reunía con el primer ministro y estaba siempre interesada y preocupada sobre la evolución de los temas que trataban.

Se casó con el príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca (Felipe de Edimburgo) en 1947 y tuvieron 4 hijos: Carlos (actual rey de Inglaterra), Ana, Andrés y Eduardo. La vida personal y laboral de sus hijos provocaron un bajón en la popularidad de Isabel II, aunque poco a poco supo recuperarla, buscando nuevos caminos para acercarse al pueblo, ofreciendo una imagen menos fría y protocolaria de la corona, dando mayor calidez y familiaridad a las celebraciones, visitando a las víctimas de terrorismo, … Gestos que poco a poco dieron sus frutos, haciendo casi olvidar los malos años.

Cuando Isabel II murió el 8 de septiembre de 2022, a los 96 años, en su residencia de verano en Balmoral, la única reina que han conocido la mayoría de sus súbditos ha sido ella. Ha sido la protagonista de un reinado de 70 años, el más largo de la historia de su país (superando incluso a su tatarabuela, la reina Victoria I que reinó casi 64 años).

“La reina murió pacíficamente en Balmoral esta tarde” decía el comunicado de la Casa Real, anunciado a las 18:30 horas. Horas antes, la Casa Real realizó un anuncio informando de la preocupación de los médicos por la salud de Isabel II. Incluso el cambio de guardia en el Palacio de Buckingham fue anulado ese día. La reina siempre disfrutó de muy buena salud. No obstante, la muerte de su marido el año pasado y su contagio por Covid en febrero de este año fueron debilitando su salud. En su certificado de defunción consta como causa de la muerte su avanzada edad.

Tras su muerte, se activó la operación “London Bridge”, protocolo a seguir cada día por cada uno de los integrantes de la corona, y la operación “Unicornio”, plan minucioso para llevar el cuerpo de la reina desde Escocia a Londres, y desde el Palacio de Buckingham hasta la Abadía de Westminster, donde estuvo cuatro días. Por último, lo trasladaron a la Capilla de San Jorge, dentro del Castillo de Windsor, donde descansan también su marido, sus padres y su hermana.

En Escocia, Irlanda del Norte, Gales e Inglaterra, se organizaron recorridos y procesiones, en honor a Isabel II, los cuales terminaron con el funeral, el 19 de septiembre a las 11:00 horas. La ceremonia, presidida por el arzobispo de Canterbury contó con la presencia de 500 delegados extranjeros (jefes de estado, jefes de gobierno, ministros, embajadores o representantes diplomáticos).

En mi opinión, Isabel II ha hecho historia en Reino Unido y en el mundo. No solo por la duración de su reinado, sino también por los logros tan importantes que consiguió, tanto para la corona como para el pueblo (con un 76% de satisfacción con su reinado), por su discreción y profesionalidad, convirtiéndose así en un ejemplo de liderazgo para otros gobernantes.

Fuentes consultadas: