María de Rumanía (1870-1874)

María
	Princesa de Rumania
	; Con su nana y un lacayo.
Información personal
Otros títulos	Princesa de Hohenzollern-Sigmaringen
Nacimiento	8 de septiembre de 1870; Bucarest, ; Principado de Rumanía
Fallecimiento	9 de abril de 1874 ; (3 años); Castillo Peleș, Sinaia,; Muntenia, ; Principado de Rumanía
Sepultura	Catedral de Curtea de Arges
Religión	Iglesia ortodoxa rumana
Familia
Casa real	Hohenzollern-Sigmaringen
Padre	Carlos I de Rumania
Madre	Isabel de Wied
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María de Rumania (Bucarest, 8 de septiembre de 1870 - Sinaia, 9 de abril de 1874) fue una princesa de Rumania, dado que era la única hija de Carlos I de Rumania y su esposa, la reina Isabel.^[1]

Vida[editar]

La princesa María nació en Bucarest como la primera princesa de Rumania. Un mes después de su nacimiento fue bautizada en el monasterio ortodoxo rumano de Cotroceni (cerca de la sede del palacio Cotroceni).

Llamada familiarmente Itty,^[2] los que conocieron a María la describieron como una niña joven, bella y precoz, ya que se decía que al mirar los mapas identificaba los diferentes países para su propia diversión, a la edad de dos años y medio. María no tenía posibilidades de heredar el trono de su padre, pues la Constitución de 1866 limitaba la sucesión a los varones.

Muerte[editar]

El 5 de abril de 1874, la joven princesa se enfermó de escarlatina, una epidemia que asolaba la capital en el momento. Ella inmediatamente fue trasladada al castillo de Peleş y tratada con mucho cuidado por los médicos, pero la joven princesa falleció el 9 de abril de 1874 y fue enterrada en el monasterio de Cotroceni. A petición de su madre, en la tumba de María se escribió el versículo de la Biblia, Lucas 08:52

No lloréis; no está muerta, sino que duerme.

El funeral tuvo lugar en la Iglesia de Cotroceni dentro de los terrenos del Palacio Real de Cotroceni. El féretro fue cubierto con satén blanco, atravesado con adornos de encaje de plata y era tan grande como para un adulto, por ese motivo el cuerpo de la princesa fue encerrado en varios ataúdes de tamaño decreciente colocados uno dentro de otro. Después del servicio religioso en el rito ortodoxo rumano, el cortejo se dirigió a través de los jardines del palacio a la tumba al lado de la iglesia. Estos jardines fueron los lugares de juego favoritos para la joven princesa, donde hacía unos días antes había jugado con su enfermera.

Actualmente, descansa en la misma tumba que su madre.^[3]