(Ojo, spóilers de 'La reina Carlota: una historia de Los Bridgerton)

Las líneas argumentales de 'La reina Carlota: una historia de Los Bridgerton' son varias y se entrecruzan entre sí: la relación amorosa entre Carlota y Jorge, la inclusión de las personas de otras etnias a través del Gran Experimento, la frágil relación con las colonias americanas... y, por supuesto, la mella que hace la enfermedad mental (supuestamente una porfiria, aunque algunos dicen que podría ser un trastorno bipolar) de Jorge III en la relación de la pareja y en toda la corte.

Sin embargo, la serie de Netflix no cuenta lo peor de las alucinaciones que, en realidad, padecía el monarca que es interpretado por Corey Mylchreest de joven y James Fleet de anciano. Al final de la serie, la reina Charlotte (India Amarteifio y Golda Rosheuvel) es plenamente consciente de la enfermedad mental de su marido y de cómo este ha intentado mantenerse alejado de ella para no hacerle daño.

Pero quizás para equilibrar todas las narrativas y que la serie no se volviera demasiado siniestra, Shonda Rhimes y su equipo decidieron eliminar algunos de los síntomas más dolorosos de la enfermedad del rey para centrarse en otros más 'livianos' que suelen tener de fondo su obsesión por la ciencia y la astronomía, como cuando ve a Venus en los jardines de palacio.

En la vida real, el rey Jorge sufría graves cambios de humor y hablaba solo constantemente, a veces incluso con muertos. En ocasiones era él quien pensaba que había muerto y hablaba con supuestos ángeles. En todas estas visiones, sobresale las que el monarca tenía con sus hijos muertos, con los que interactuaba.

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Al parecer, durante una de sus crisis, el rey Jorge describió el funeral de su hija favorita, la princesa Amelia, la menor de sus hijos y la sexta chica; murió en 1810, a los 27 años. Su temprana muerte y el dolor que le causó al rey hacen que esta visión sea una de las más trágicas de las que experimentara en su vida.

En 'La reina Charlotte: una historia de Bridgerton' no presentan explícitamente esta alucinación ni la de los muertos, pero sí hace referencia a cuánto significó para el rey la pérdida de su hija Amelia. Una escena muestra al rey Jorge preguntando por su hija y negándose a creer a la reina Carlota cuando ésta le recuerda amablemente que ha fallecido.

El verdadero rey Jorge III, que gobernó entre 1760 y 1820, era un hombre de familia, muy culto, que vio su vida mermada como consecuencia de sus recurrentes episodios de graves enfermedades mentales y físicas. En 1811 fue incapacitado para gobernar y fue sustituido en el trono por su hijo, el Príncipe Regente. Su enfermedad desconcertó a los médicos de si tiempo y continúa fascinando a los investigadores modernos.

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