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En lengua gallega, y en otras romances, Ponte significa "puente". M�s de un puente tuvo que tender Jos� Manuel Ponte (82), un periodista del todo gallego y nada mon�rquico, el d�a en que su hija, la modelo Laura Ponte (50), se cas� con el arist�crata Beltr�n G�mez-Acebo, hijo de la infanta Pilar de Borb�n y primo del hoy Rey Felipe VI. Era el a�o 2004 y Don Juan Carlos a�n reinaba.
En la boda de su hija estuvo a punto de reinar el caos, pero aquel republicano aguant� estoicamente toda clase de infortunios. "Me empec� a encontrar mal y sab�a que me estaba dando un ictus porque soy hipertenso, mi padre hipertenso, mi t�o es hipertenso...", cuenta a LOC Jos� Manuel Ponte. Su primer libro, Intrigas provincianas y otros entretenimientos (Sial Pigmali�n, 2024), describe, entre otras an�cdotas, el d�a en que sin quererlo se hizo famoso por accidente (cerebrovascular).
Desde la casa de la modelo gallega m�s internacional, padre e hija rememoran entre risas una situaci�n que podr�a haber sido un titular funesto en este mismo peri�dico en lugar de este reportaje. "Sent� que me mor�a.Marichalar me mir� de arriba abajo y mi consuegra me pregunt� qu� me pasaba, yo dije que me hab�a torcido un tobillo", recuerda. "Los Reyes estaban en primera fila y Juan Carlos me dijo que ten�a a mi disposici�n su UVI m�vil militar. Le dije que prefer�a la Seguridad Social".
As� se aguant� toda la ceremonia religiosa y el banquete. "Por lo visto, por protocolo no puede estar vac�o el sitio al lado de la Reina, as� que me qued�. En un momento no pod�a m�s. Tuve que estirar las piernas y le di ala baronesa Thyssen. Le dije:'�No creer� que me estoy insinuando'", contin�a. Tita le convenci� de fuese a urgencias. "Con lo que costaba aquella boda no pude ni beber un Felipe II, que es un co�ac fant�stico".
Jos� Manuel Ponte fue noticia aquel d�a por un ingreso hospitalario del que hasta ahora no hab�an trascendido los motivos. "Al llegar a urgencias, la gente del centro de Segovia me gritaba desde los bares:�Viva la Rep�blica!'. Estuve ingresado tres d�as y nadie se enter� por qu� era".
M�s acostumbrado a la pluma que a los focos, Ponte hace en sus memorias un repaso por las distintas etapas de Espa�a. Desde el franquismo a la Transici�n, pasando por la Ley Fraga de prensa de 1966. "Fraga Iribarne, que era el aperturista del r�gimen, suspendi� la censura previa. Aunque la posterior segu�a existiendo y era incluso m�s dura", opina.
"Era licenciado en Derecho y tuve que hacer pr�cticas en La Voz de Galicia para que me dieran el t�tulo de periodista", describe sobre sus comienzos. "Qued� muy mal impresionado por la primera visita que hice a un peri�dico, porque hab�a mucha precariedad econ�mica. La gente ten�a dos trabajos, entre ellos el del periodismo, y encima estaban sojuzgados por el franquismo", lamenta.
Ponte debut� en el diario con una columna de opini�n que no sol�a pasar los escrutinios franquistas. "Eran mis di�logos con un elefante. Un elefante culto, divertido y malicioso que aparec�a dibujado en papel en distintas posturas. Tuvo much�simo �xito", explica. Sin embargo, tras varios textos censurados por el propio Fraga fich� por otro peri�dico, El Ideal Gallego, con id�ntico resultado.
El gigantesco paquidermo fue cambiado por un animal m�s peque�o, pero no menos torpe en aquella cacharrer�a medi�tica. "Hice otra secci�n a la que llam� Matar al pato por la expresi�n francesa de Tuer le canard, que significa disparar contra los bulos. Les pareci� una insidia porque algunos entend�an que significaba 'Matar al Paco', por el dictador", explica.
Una peque�a dramatizaci�n literaria de, quiz�s, doble sentido donde aparec�a un trasunto de Santiago Bernab�u le volvi� a llevar al despacho del director. �ste personaje aparec�a homenajeado por forofos futboleros "con chaquetas blancas y camisas azules" al grito de "�Eres el m�s grande!". Fraga entendi� que se trataba de Franco. "Le entregaron mi texto en Barajas. Lo ley� con esa capacidad de opositor que �l ten�a y le dijo al director del peri�dico que lo iba a meter en la c�rcel. Me echaron sin derecho a reclamaci�n".
Una vez muerto el pato en su cama, afront� la Transici�n sin mirar hacia atr�s, ni siquiera el 23-F. "Cuando Tejero apareci� en el Congreso, yo era redactor jefe de La Nueva Espa�a y presidente del Comit� Intercentros de la Prensa del Estado. Antes del mensaje del Rey hubo solo silencio, pero yo decid� dar un comunicado diciendo que el comit� de Trabajadores de La Nueva Espa�a reiteraba su adhesi�n a la democracia. Ese d�a solo hubo tres comunicados".
Un d�a de septiembre, 23 a�os despu�s, coincidi� en aquella sonada boda de su hija con el emisor de otro de los comunicados. El m�s relevante. No obstante, cuando el columnista habla sobre el Rey Juan Carlos vuelve a ponerse delante de su elefante. Es cr�tico, aunque le guarda gran afecto a la que siempre ser� su familia.
"Pilar de Borb�n erauna se�ora elegante, dadivosa, simp�tica", destaca sobre la que fue su consuegra, fallecida en 2020. "Al principio contempl� horrorizado la relaci�n de mi hija con Beltr�n, porque somos de familia republicana, luego me pareci� un hombre excelente". Hoy tiene dos nietos con sangre real, fruto de aquel amor tambi�n real que dur� hasta 2011. Se profesan cari�o y respeto, sin hacer malas lecturas del pasado.