Philippe Cousteau y Ashland Gorse Cousteau. Cortesía
Philippe Cousteau y Ashland Gorse Cousteau. Foto: Cortesía

Philippe Cousteau, nieto del aclamado explorador, conservacionista y defensor de los océanos, Jacques Cousteau, visitó reciente Chile y la Antártida junto a su esposa, la reconocida periodista y activista medioambiental Ashlan Gorse Cousteau, como parte de una campaña global para crear y establecer tres nuevas áreas marinas protegidas en esta región del planeta, iniciativas que son impulsadas activamente por los gobiernos de Chile y Argentina, y que son esenciales para el manejo y mitigación del impacto y las consecuencias del cambio climático, pero también para salvaguardar la vida y enorme biodiversidad marina en esta parte del mundo.

En lo que fue su primer viaje a la Antártida, su periplo inició por vía aérea desde la ciudad chilena de Punta Arenas hasta la Isla 25 de mayo, en las Islas Shetland del Sur. Su esposa, Ashlan Gorse Cousteau, periodista y reportera que ha trabajado para Discovery Channel y Travel Channel, había ya  visitado esta zona en 2016 como parte de una gira en la que también dio una charla TED sobre la importancia de esta región del planeta. Desde allí, ambos tuvieron la oportunidad de navegar las aguas que bañan la Península Antártica, entre  glaciares colgantes y icebergs, y así visitar numerosas colonias de pingüinos.

En esta generosa entrevista con Ladera Sur, concedida en inglés —habla también francés— desde su hogar en la ciudad de Los Ángeles, California (EE. UU.), Cousteau conversa sobre la importancia de estos ecosistemas y cómo pueden construirse consensos amplios que contribuyan a lograr estos objetivos, pese al veto que actualmente enfrentan estas iniciativas por parte de países como Rusia y China. Así mismo, comenta in extenso sobre el protagonismo e influencia que cada vez más tienen las generaciones jóvenes sobre las decisiones políticas y económicas que se toman en torno al cambio climático, sobre las expectativas que despierta el nuevo gobierno recientemente electo en Chile, sobre el legado de su abuelo, de su padre y demás miembros de su familia y —finalmente— sobre la importancia de la educación, la esperanza y la resiliencia de la naturaleza.

—Usted visitó recientemente la Antártida y —según he leído— estuvo allí cinco días recorriendo la zona y explorando como parte de una campaña que busca concientizar y reunir apoyos en torno a la necesidad de proteger y crear tres nuevas áreas marinas de conservación alrededor del llamado continente blanco, pero también para documentar el impacto que el cambio climático está teniendo en esta región: ¿Qué cree que fue lo más significativo que encontró en este viaje en particular?

—Mi esposa, Ashlan Gorse Cousteau, había estado allí en 2016, dando un discurso en la base de Nueva Zelanda, la Base Scott en la Antártica. Entonces, este fue mi primer viaje y ha sido muy importante para mí. Personalmente, porque mi padre y mi abuelo pasaron cinco meses explorando la Antártida en la década de 1970, y mi abuelo estuvo muy involucrado en el establecimiento y la protección de los océanos y de estas áreas del mundo y dedicó gran parte de su vida a este esfuerzo, por lo que ser parte de esto significa mucho para mí.

Vinimos como parte de una campaña dirigida por una organización y un nutrido grupo de líderes ambientales, personalidades políticas, llamada Antarctica 2020, y esta es una campaña para establecer tres nuevas áreas marinas protegidas alrededor de la Antártida. Estas propuestas están siendo patrocinadas e impulsadas predominantemente por los gobiernos de Chile y Argentina. Así que estábamos muy emocionados de poder bajar el Mar de Weddel. Desafortunadamente, los dos países que bloquean y se oponen al establecimiento de estas áreas son China y Rusia.

Y, por supuesto, desde nuestra visita, el desafío de Rusia se ha vuelto más serio con los horribles eventos que están ocurriendo en Ucrania. Pero continuamos  trabajando duro para luchar porque creo que, a pesar de todos estos problemas políticos, gran parte de la Antártida fue protegida en el punto álgido de la Guerra Fría [con la firma del Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente, el 4 octubre de 1991], cuando Rusia y los Estados Unidos, en particular, se unieron y ayudaron a designar a la Antártida como el único lugar en la tierra dedicado a la paz y la ciencia. Y como un lugar que ninguna nación individual posee. Y ese es un símbolo muy importante y quizás aún más importante hoy.

Antártica. Crédito: Cortesía.
Antártida. Crédito: Cortesía.

—Muchas gracias. ¿Qué encontró sobre el estado de los ecosistemas o la biodiversidad en esta área? ¿Qué podemos contarle a la gente sobre el estado de estas áreas que están siendo afectadas por el cambio climático y sobre la evaluación de las condiciones que actualmente están ejerciendo presión sobre estos ecosistemas y la biodiversidad?

—Siempre me gusta recordarle a la gente que la Antártida es una parte esencial de todo el sistema oceánico mundial. Y si bien está cerca de ustedes en Chile, también está lejos de muchas personas en el mundo y muchas veces pienso que es precisamente porque está tan lejos que es también un lugar en el que no pensamos mucho y muchas personas no entienden lo importante que es para regular el clima global, porque el cambio climático es un problema de los océanos. Y el Ártico y la Antártida, tanto en el Polo Norte como en el Polo Sur, son muy críticos para la regulación y transferencia de calor desde los trópicos a los polos y viceversa. Y eso crea un clima más estable.

Por tanto, la Antártida juega un papel fundamental en ese proceso, que nos afecta a todos y también a la producción de nutrientes y fitoplancton y krill que son críticos para todo el sistema de vida oceánica y para los millones de personas que dependen de los productos del mar y otros tantos millones de personas que viven en las zonas costeras. Así que no podremos resolver el problema del cambio climático sin proteger el océano. Entonces, es mucho lo que está en juego. Durante mi visita pudimos presenciar colonias enteras de animales con poblaciones que han disminuido en las últimas décadas, pudimos ver glaciares que han retrocedido cientos de metros, solo en los últimos años.

La Antártida es un lugar donde hay una enorme cantidad de hielo. La Antártica, Groenlandia e Islandia tienen una enorme cantidad de hielo. Y ese hielo se está derritiendo en el océano. Así que estamos viendo un aumento del nivel del mar que supera las predicciones de cualquier informe científico. Y estábamos presenciando glaciares que se están derritiendo y eso representa un gran problema.

 

—Quería consultarle sobre el trabajo que los medios de comunicación, las instituciones educativas y los investigadores podrían hacer mejor para crear conciencia sobre esto. La gente, por lo general, cuando escucha sobre el cambio climático suele pensar en las sequías, en la deforestación, la extinción de especies y en la reducción o desaparición de hábitats y disminución de biodiversidad. Por supuesto, piensan y conocen también sobre el derretimiento de los glaciares, pero hay fenómenos y mecanismos que actualmente están ejerciendo presión y están impactando la Antártica que, como bien dice Usted, porque parece tan lejana y probablemente aislada, asumen que no está tan llena de vida como una selva tropical. Entonces, ¿Qué podemos hacer como medios de comunicación, como instituciones, como universidades e investigadores, y como personas que actualmente están haciendo activismo para crear conciencia sobre la importancia de proteger estas áreas?

—La Antártica es un lugar extraordinario, como sabes, y aunque es blanca, fría, helada y nevada, creo que eso le da a la gente una impresión falsa, como has señalado, de que no está llena de vida, de que no es tan diversa como quizás una selva tropical. Y de que no cumple una función importante. Y, sin embargo, existe esta extraordinaria diversidad de vida en esta parte del océano, y también, resolver la amenaza que enfrenta la Antártica es tan fundamental para que el sistema pueda ayudar a manejar todo el clima, que me atrevería a decir que es más importante aún que incluso una selva tropical. Me refiero al plancton, por ejemplo, a las algas diminutas que flotan en el océano, pero que se encuentran en muy alta concentración. En el fitoplancton, que aporta más del 50% del oxígeno del planeta. La selva tropical y la Amazonía, por ejemplo, producen cerca del 20%. Y estas funciones son muy importantes porque juegan un papel tan importante por medio de la fotosíntesis, lo que significa que absorben carbono, y luego tenemos estos pequeños crustáceos llamados krill que, a medida que descienden durante el día para esconderse en la oscuridad de las profundidades del océano —vuelven a subir por la noche— liberan ese carbono en las profundidades del océano. Entonces, la función del Océano Austral en el ciclo del carbono en este planeta es más importante que cualquier selva tropical.

—¿Podríamos decir que cumple una función vital? ¿Esencial? ¿Fundamental?

—Sí, una función clave, central, absolutamente. Mucha gente no se da cuenta de que es tan importante hoy en día, ya que es algo que nos cuesta ver como seres humanos: Somos especies terrestres, así que siempre tendemos a ser egoístas y egocéntricos y pensamos que las soluciones están en tierra, en nuestro mundo. Ese no es el caso. Es realmente en el océano el que guarda las soluciones para encontrar el proceso para resolver estos grandes problemas. Proteger estas áreas es absolutamente beneficioso. Porque lo que ya estamos viendo es una gran cantidad de pesca. Se está pescando en cantidades que no son tolerables. Y se está extrayendo gran cantidad de este plancton y de otros organismos como el krill para obtener de él proteínas y nutrientes como el Omega-3 y emplearlo en alimento de animales, de perros y de gatos y para suplementos alimenticios que perfectamente pueden obtenerse por otras vías y procesos. Así que esencialmente lo que estamos haciendo es destruir los océanos y su capacidad de combatir el cambio climático para alimentar a nuestras mascotas. Wow, eso es loco. Si lo pensamos bien, es absolutamente ridículo. Y entonces les restamos vitaminas y nutrientes al océano que podemos obtener por nuestro otro lado. Es, nuevamente, un gran ejemplo de la miopía de la humanidad, su estupidez, de la disposición que hay para destruir la función de un ecosistema crítico, para alcanzar otros objetivos.

Philippe Cousteau y su esposa, la periodista Ashlan Gorse Cousteau. Crèdito: Cortesía.
Philippe Cousteau y su esposa, la periodista Ashlan Gorse Cousteau. Crèdito: Cortesía.

—Quería preguntarle sobre la conciencia mundial sobre el cambio climático. El tema ahora está constantemente en las noticias, recibiendo mucha atención y cobertura de organizaciones, de medios e instituciones educativas de todo el mundo. También ha ocupado un lugar en el escenario mundial y en el diálogo entre los países en cada continente. Uno puede pensar que esto está propulsando cambios y las medidas políticas y el fortalecimiento del activismo climático. Aún queda mucho por lograr: ¿Cuáles cree que son los temas centrales o las áreas en las que todos debemos lograr un progreso real y acelerado?

—Esto me lleva de vuelta a tu pregunta anterior: ¿Qué podemos hacer todos? Creo que nos hemos descuidado al continuamente subestimar la importancia del océano en el escenario global. En la reciente conferencia por el clima en Glasgow hubo una enorme cantidad de discusiones sobre la selva tropical. Nuevamente, ya sabes, soluciones basadas en la tierra para la crisis climática.

Seguimos ignorando la importancia del océano para la solución de este problema. Entonces, como comunicadores y activistas necesitamos ayudar a las personas a comprender que el océano es fundamental para atender esta crisis. No puedes resolver el problema del cambio climático a menos que se restaure y proteja el océano. Tan sencillo como eso. Solo alrededor del uno y medio por ciento del océano está totalmente protegido y alrededor del siete a casi el 8% está ‘parcialmente protegido’. Por otro lado, en la tierra, ya sabes, alrededor del 20% está protegida. Y sí, hemos hechos progresos en esa parte. Pero este es un recordatorio del otro costo de nuestra dependencia de los combustibles fósiles que aún continúa financiando al gobierno ruso y su invasión en Ucrania, del petróleo y del gas, y del costo de los combustibles fósiles para nuestro medio ambiente y nuestra salud.

Entonces creo que la gente y que los gobiernos están comenzando a reconocer la responsabilidad del petróleo y el gas en esta situación crítica. Y esa es una buena noticia. Hay un incremento en la inversión en energías renovables y las ventas de autos eléctricos en los Estados Unidos están aumentando. Tuvimos un aumento del 20 por ciento en la inversión eólica aquí en los Estados Unidos. Pero considero que nos falta entender cuán importante es el océano. Y acelerar la protección del océano en particular y acelerar la protección de estos ecosistemas. En eso todavía queda mucho por hacer.

—Usted mencionó antes el rol de Rusia y China, que han bloqueado esta propuesta de establecer estas áreas protegidas en el mar de la Antártica, pero quería preguntarle sobre el papel del ciudadano común y cómo puede tener un rol más activo, no dejando toda la responsabilidad sobre estos temas a los gobiernos y las instituciones. Y quería mencionar como ejemplo, el cómo los ciudadanos, la sociedad civil y las ONG en Argentina se reunieron y organizaron para evitar que la industria del salmón se estableciera en aguas del sur de Argentina, lo que fue finalmente un gran logro que contó con el trabajo del ciudadano común, de la sociedad civil que se expresó en la calle de diversas maneras, tanto espontáneas, como creativas y organizadas ¿Qué puede hacer ser un ciudadano o las ONG y los activistas para no dejar  toda la responsabilidad de estos temas en manos de otros?

Bien, hay dos ejemplos sobre esto, porque las soluciones a estos problemas requieren un consenso amplio. Existe un dicho en los Estados Unidos que asegura que el único trabajo de un político es conseguir la reelección. Ese es su único trabajo. Pero, como hemos visto en Chile con la elección del presidente entrante, Gabriel Boric, la posición que se tenga sobre el medio ambiente y sobre el cambio climático es muy importante. Y lo es —también— para las nuevas generaciones, para los más jóvenes.

En los Estados Unidos, uno de los temas definitorios, uno los tres temas principales en las últimas elecciones presidenciales fue el cambio climático. Y la postura del presidente Biden durante la campaña fue determinante, porque eso fue fundamental para movilizar a los votantes jóvenes. Entonces, este es un reconocimiento de que la política y la gente tienen un papel y un activismo que tiene enorme peso. Y lo que eso significa es que necesitamos redoblar nuestra sociedad civil en su conocimiento sobre estos temas. 

Los jóvenes tienen cada vez un rol más protagonista en la política, en las decisiones y en la elección de los líderes, como hemos visto en Chile. Y lo que vemos también es que existe esta enorme masa o una nueva generación, más activa política y económicamente para exigir a las empresas, a los negocios, para que cambien sus formas y métodos, pero también para moldear los comportamientos y tener influencia. Pero no se trata solo de elegir presidentes, de senados y de congresos. La política local es a veces más importante que la política federal. Porque son los políticos locales, en comunidades pequeñas, los que muchas veces tendrán impacto determinante sobre las decisiones críticas. Entonces, hay presionar e involucrarse, pensar en las empresas con las que trabajamos, en los productos que compramos y consumimos.

 

—¿Cómo cree que pueda persuadirse a países como China y Rusia de finalmente aceptar estas propuestas y acceder a la creación de estas áreas protegidas en torno a la Antártica?

—¿Alguien sabe lo que está pasando en Rusia en este momento? No lo sé con certeza. Pero sé que mucha gente no está de acuerdo con lo que está pasando. Ahora, en China creo que hay oportunidad. China ha hecho declaraciones recientes sobre la biodiversidad y del cambio climático y estoy seguro de que le importa la opinión pública y se preocupan por los asuntos públicas o no controlarían las redes sociales ni impondrían tanta censura tanto como lo hacen. Entonces creo que nuevamente la Antártida representa una oportunidad para que los países se unan y se construya otra vez un consenso en torno a esta región. Creo que estas naciones pueden tener liderazgo en estos temas y esta representa también una gran oportunidad para demostrar al mundo su liderazgo en el clima y la biodiversidad protegiendo Antártida.

—Ya que ha mencionado sobre Chile, hemos sabido que sostuvo reuniones con funcionarios chilenos. Quería que preguntarle sobre esto, sobre los temas que trataron, sobre los obstáculos que han enfrentado Chile y Argentina en estas iniciativas. ¿Podría contarnos sobre esto?

Las reuniones fueron maravillosas. Estábamos muy, muy esperanzados con la recepción. Ciertamente, Chile es un patrocinador de la protección de estas áreas. Entonces, Chile tiene un tremendo liderazgo en estos temas. Y debemos continuar instando a la administración a que continúe brindando respaldo a estos temas. Y para mejorar su esfuerzo, también les recordamos eso y fue una conversación tremenda sobre cómo lograr que la gente entienda sobre la importancia de los jóvenes tanto políticamente en Chile y Argentina, como en todo el mundo, económica y socialmente, y reconocer realmente que la estrategia política ganadora es involucrar a los jóvenes del electorado con un enfoque en el medio ambiente. En el reconocimiento de que cuando protegemos el medio ambiente estamos protegiendo nuestra salud, estamos protegiendo a nuestras familias. Nos estamos protegiendo de las migraciones masivas de personas por el cambio climático, estamos protegiendo nuestras fuentes de alimentos. Todavía lucho con una generación anterior a veces, porque muchos piensan todavía que proteger el medio ambiente se trata de proteger árboles, hojas, peces y pájaros. Y no, es un lujo agradable, pero necesito alimentar a mi familia y necesito ser yo mismo. Y sí, lo haces. Los jóvenes reconocen esos temas: Que cuando tenemos este cambio climático masivo, cuando vemos una disminución de la biodiversidad, eso afecta nuestra capacidad de alimentarnos, eso afecta la estabilidad, eso afecta nuestra seguridad.

—Usted es parte de un linaje de figura muy respetada y venerada en el movimiento ambientalista y conservacionista, gracias al trabajo de su abuelo, de su padre y demás miembros de su familia que trabajan para promover estos valores y educar: ¿Qué es lo más gratificante de su trabajo y de llevar su nombre?

—Por mi parte, estoy orgulloso del trabajo de mi familia. Estoy orgulloso de ese legado y estoy orgulloso del hecho de que no hay muchos nombres y familias que sean reconocibles de ese modo cuando los escuchas. Entonces, mi trabajo y mi enfoque, y el mi hermana, y de todos nosotros es honrar ese legado y continuar brindando esperanza a las personas. Hablamos de áreas protegidas porque funcionan. Porque la naturaleza tiene una resiliencia extraordinaria. Hemos visto cómo en lugares como las Islas Marshall en el Pacífico. Eso fue devastado por las pruebas nucleares, las pruebas de bombas nucleares en las décadas de 1950 y 1960 que esencialmente se cerraron. Nadie fue allí a causa de la radiación y 60 años después, después de haber sido completamente destruido, montaron algunos tiburones y peces instantáneos o humanos. Entonces, hemos visto esto en la pared. Cuando le das una oportunidad a la naturaleza, la naturaleza es resistente y se puede restaurar. Creo en el poder de la educación. Y creo que mi papel es transmitir esa inspiración y brindar a otros esperanza, la misma que yo tuve cuando era un niño pequeño, a una nueva generación y si puedo inspirar a otros, misión cumplida.

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