Remontan miles de años en el genona de la 'Yersinia pestis' en busca de los orígenes de la peste negra

Remontan miles de años en el genona de la 'Yersinia pestis' en busca de los orígenes de la peste negra

Archivo - Peste negra
Archivo - Peste negra - DUNCAN1890/ ISTOCK - Archivo
Publicado: lunes, 23 enero 2023 7:29

MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -

Con el fin de comprender mejor los orígenes y la propagación de la peste bubónica en la antigüedad y en la actualidad, investigadores de la Universidad McMaster, la Universidad de Sydney y la Universidad de Melbourne, en Australia, han llevado a cabo un minucioso examen granular de cientos de secuencias genómicas modernas y antiguas, creando el mayor análisis de este tipo remontándose miles de años en el genoma de la bacteria 'Yersinia pestis', según publican en la revista 'Communications Biology'.

Pese a los enormes avances de la tecnología y el análisis del ADN, el origen, la evolución y la propagación de la peste siguen siendo notoriamente difíciles de precisar. Esta enfermedad es responsable de las dos mayores y más mortíferas pandemias de la historia de la humanidad y, sin embargo, el flujo y reflujo de éstas, el por qué algunas se extinguen y otras persisten durante años ha confundido a los científicos.

Los investigadores de McMaster utilizaron datos y análisis exhaustivos para trazar lo que pueden sobre la complejísima historia de la 'Y. pestis', la bacteria causante de la peste. Así, la investigación presenta un análisis de más de 600 secuencias genómicas de todo el mundo, que abarcan desde la primera aparición de la peste en humanos hace 5.000 años, la peste de Justiniano, la peste negra medieval y la actual (o tercera) pandemia, que comenzó a principios del siglo XX.

"La peste fue la mayor pandemia y el mayor acontecimiento de mortalidad de la historia de la humanidad. Cuándo surgió y de qué huésped puede arrojar luz sobre su origen, por qué irrumpió continuamente a lo largo de cientos de años y se extinguió en algunos lugares pero persistió en otros. Y, en última instancia, por qué mató a tanta gente", explica el genetista evolutivo Hendrik Poinar, director del Centro de ADN Antiguo de McMaster e
investigador principal del Instituto Michael G. DeGroote de Investigación de Enfermedades Infecciosas y del Nexo Global para Pandemias y Amenazas Biológicas de McMaster.

El equipo estudió genomas de cepas de distribución mundial y de distintas edades y determinó que la 'Y. pestis' tiene un reloj molecular inestable. Esto hace especialmente difícil medir el ritmo al que se acumulan las mutaciones en su genoma a lo largo del tiempo, que luego se utilizan para calcular las fechas de aparición. Además, como evoluciona a un ritmo muy lento, es casi imposible determinar con exactitud dónde se originó.

Los humanos y los roedores han transportado el patógeno por todo el mundo a través de los viajes y el comercio, lo que ha permitido que se extienda más rápido de lo que ha evolucionado su genoma. Por ejemplo, las secuencias genómicas encontradas en Rusia, España, Inglaterra, Italia y Turquía, a pesar de estar separadas por años, son todas idénticas, lo que plantea enormes dificultades para determinar la vía de transmisión.

Para abordar el problema, los investigadores desarrollaron un nuevo método para distinguir poblaciones específicas de 'Y. pestis', lo que les permitió identificar y datar cinco poblaciones a lo largo de la historia, incluidos los linajes pandémicos antiguos más famosos, que ahora estiman que surgieron décadas o incluso siglos antes de que la pandemia se documentara históricamente en Europa.

"No se puede pensar en la peste como en una sola bacteria --apunta Poinar--. El contexto es enormemente importante, como demuestran nuestros datos y análisis". Para reconstruir adecuadamente las pandemias de nuestro pasado, presente y futuro, los contextos histórico, ecológico, medioambiental, social y cultural son igualmente significativos.

Explica que las pruebas genéticas por sí solas no bastan para reconstruir el calendario y la propagación de pandemias de peste a corto plazo, lo que tiene implicaciones para futuras investigaciones relacionadas con pandemias pasadas y la progresión de brotes en curso como el COVID-19.