La fascinante vida de Lady Pamela Hicks, la última Mountbatten

La hija del último virrey de India es una de las pocas amigas de su edad que le quedan a Isabel II. Por una casualidad, nació en un hotel de Barcelona. Ha sido de las primeras 'royals' en ponerse la vacuna.

Lady Pamela Hicks en 2012

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No sale en The Crown, pero como consejera de los guionistas de la serie lady Pamela Hicks no tendría precio. A sus 90 años, la aristócrata, hija de lord Mountbatten y prima carnal del duque de Edimburgo, ha sido testigo de los episodios más importantes de la vida de Isabel II y es una de las pocas amigas de su generación que le quedan a la reina, a la que acompaña desde que era princesa. Su propia vida, por otro lado, es lo bastante interesante como para merecer un spin off. Comenzaría en Barcelona, donde lady Pamela Hicks -de soltera Mountbatten- nació el 19 de abril de 1929, e incluiría un cameo de la familia real española.

Según contó en un podcast de radio, el día que nació, sus padres, Louis y Edwina Mountbatten, se encontraban hospedados en el hotel Ritz de Barcelona y solamente consiguieron contactar a un otorrinolaringólogo para que asistiera a la madre en el parto. No fiándose mucho de él, lord Mountbatten decidió entonces llamar a su prima, la reina consorte Victoria Eugenia de Battenberg, descendiente como él de la reina Victoria, para que les ayudara a encontrar uno. Sin embargo, la reina no se encontraba en ese momento en palacio y fue el propio Alfonso XIII quien atendió la llamada.

Según lady Pamela, el rey de España - que “era muy mujeriego”, dice en el podcast- pensó en un primer momento que lord Mountbatten le estaba pidiendo ayuda para ocultar el secreto de un hijo bastardo. “No, no, díselo a todo el mundo, ¡es Edwina la que está teniendo el bebé!”, le aclaró este al monarca. El rey Alfonso XIII dio entonces la orden de que se localizara a un obstetra en Barcelona para que asistiera el parto, aunque de nuevo la mala suerte se cruzó en el camino de los Mountbatten: la guardia real detuvo al doctor en el hotel sospechando de la enorme bolsa en la que llevaba su material médico y lady Pamela Mountbatten nació finalmente sin asistencia médica. Alfonso XIII , eso sí, quiso ser su padrino de bautismo para compensarlo.

Su madrina también fue española: la duquesa de Peñaranda; una buena amiga de Edwina Mountbatten a la que lady Pamela debe su segundo nombre, Carmen, pero a la que no llegó a conocer nunca, ya que poco después de nacer la aristócrata se fugó con un torero y los Mountbatten nunca más volvieron a verla.

Nacida en un hotel extranjero, lady Pamela parecía destinada a llevar una vida algo errabunda, y sus primeros años los pasó entre Nueva York, donde estudiaba, y Reino Unido, donde pasaba los veranos junto a su abuela como alumna de la Escuela de Hewitt, y Reino Unido, donde pasaba los veranos junto a su abuela, la marquesa de Milford Haven. En 1947, después de que su padre se convirtiera en virrey de la India, lady Mountbatten empezó a vivir con su familia en la Casa del Gobernador en Nueva Delhi, aunque ese mismo año regresaría a Inglaterra para participar como dama de honor en una boda que marcaría un antes y un después en su vida: la de su primo, el príncipe Felipe de Dinamarca y Grecia, con la futura reina Isabel II, de quien luego sería su dama de compañía.

Lady Pamela Mountbatten se acostumbró a hacer la maleta. En 1952, acompañó a su primo y a la entonces princesa Isabel al famoso tour por Australia, Nueva Zelanda y Kenia en el que la princesa heredera se enteró de que su padre, el rey Jorge VI, acababa de fallecer y era ella la nueva monarca de Reino Unido.

“'Pobre chica, su padre ha muerto', pensé. Así que fui hacia ella y le di un abrazo. Pero entonces me dije: 'Dios mío, es la reina', así que le hice una reverencia”, contó en el mismo programa de radio.

Como es lógico, la reina Isabel II no se había llevado ropa negra a Kenia, así que hubo que esperar en su avión de regreso a Londres a que le trajeran prendas apropiadas para su luto antes de bajar de la nave. “Un vestido negro fue introducido rápidamente a bordo del avión, porque no teníamos ninguno. La reina tuvo que cambiarse deprisa”, explicó también lady Pamela en el podcast.

En 1960, se casó con David Nightingale Hicks, un importante diseñador de interiores que llegaría a tener tienda en quince países y que también dejaría su huella en la familia real británica, diseñando unas alfombras para el castillo de Windsor y decorando los primeros aposentos que tuvo el joven príncipe Carlos en Buckingham. Con él tendría tres hijos: Edwina, el también decorador Ashley, e India, bautizada así en honor de su abuelo y niña de arras en la boda de los príncipes Carlos y Diana -la princesa Ana de Inglaterra lo había sido en la de los Hicks-.

No todas las vivencias de lady Pamela han sigo agradables. El 27 de agosto de 1979, acompañó a su padre y al resto de la familia Mountbatten a las vacaciones en la costa de Mullaghmore, Irlanda. Ese día, como le gustaba hacer todos los veranos al antiguo virrey de la India, lord Mountbatten salió a pescar, llevándose en el barco con él a su otra hija, Patricia, al marido de esta, lord Brabourne, a su consuegra y a sus dos nietos gemelos. Solo lord y lady Brabourne sobrevivieron: la noche anterior, un terrorista del IRA había colocado una bomba y la explosión mató a los demás. Por suerte, ese día lady Pamela se quedó en la orilla, aunque fue testigo del atentado y tuvo que identificar el cuerpo de su padre.

Gracias a las enseñanzas de Gandhi, al que conoció mientras vivía en la India, lady Pamela consiguió pasar página e incluso perdonar al asesino de su familia. También se inspiró para ello en su abuela, la princesa Victoria de Hesse, que vio morir en la revolución rusa a sus hermanas, la zarina Alejandra y la gran duquesa Isabel. “La mayoría de sus parientes fueron asesinados. De ella aprendí a no quejarme ni pensar mucho en mí misma”, dijo en 2017 a la BBC.