La historia de la Revolución Mexicana está llena de personajes ambiguos y no tanto de héroes y villanos como muchas veces se cree. En 1910, el país pasaba por un momento político y social muy complicado, el gobierno de Porfirio Díaz parecía llegar a su fin, sin embargo, la transición hacia un nuevo régimen fue un proceso complicado que se derivó en un levantamiento armado.
En este periodo de la Historia mexicana, uno de esos personajes que sería difícil clasificar como héroe o villano es Pascual Orozco, quien para algunos es considerado como uno de los hombres que ayudó a impulsar el movimiento revolucionario; mientras que otros lo definen como un traidor por haberse levantado en armas contra Francisco I. Madero, el mismo hombre al que ayudó a llegar al poder.
Pascual Orozco biografía corta
Pascual Orozco nació el 28 de enero de 1882 en Santa Isabel, Chihuahua. Orozco trabajó como transportista de metales preciosos para las compañías mineras del estado, tiempo después abrió una tienda y se dedicó a ser comerciante en la comunidad de Estación Sánchez, municipio de Bocoyna en el estado de Chihuahua.
Cuando el movimiento antirreeleccionista de Francisco I. Madero surgió en 1909, Pascual Orozco coincidió con las ideas maderistas y más tarde, luego de la proclamación del Plan de San Luis en el que Madero lanzó un llamado a un levantamiento armado (que culminaría con la Revolución Mexicana), Orozco se unió al movimiento en el norte.
Francisco I. Madero (centro) y Pascual Orozco (derecha).Además contribuir con su servicio a las fuerzas revolucionarias, Pascual Orozco aportó gran parte de su capital para adquirir armas y, al ser miembro del Club Antirreeleccionista fue nombrado jefe del distrito de Guerrero, en Chihuahua. Orozco organizó a un grupo de hombres con quienes libró algunas batallas en varios municipios del estado de Chihuahua como San Isidro, Cerro Prieto, Pedernales y Mal Paso en 1910.
Durante su tiempo como revolucionario, Orozco convivió con Pancho Villa y juntos participaron en la toma de Ciudad Juárez en 1911. El triunfo de los revolucionarios significó un gran ventaja sobre las fuerzas de Porfirio Díaz y, a partir de ese momento, el porfiriato se debilitó y Francisco I. Madero logró ascender a la presidencia. Sin embargo, tras una serie de malas decisiones por parte de Madero y de la influencia de Francisco León de la Barra, la relación de Madero con Pascual Orozco y otros jefes revolucionarios como Francisco Villa se fraccionó, lo cual derivó en la proclamación del Plan de Ayala y la revelación en contra de Madero.
Tras la decepción de Pascual Orozco por el incumplimiento del presidente hacia las demandas del movimiento revolucionario, en 1912 Orozco renunció a su cargo como Comandante de las Fuerzas Rurales del Estado de Chihuahua y se sublevó contra Madero. En respuesta, Madero ordenó a Victoriano Huerta contrarrestar los ataques insurreccionistas de Orozco, a quien derrotó en dos ocasiones.
Victoriano Huerta y Pascual Orozco.Luego, tras la traición de Huerta al gobierno maderista, Pascual Orozco reconoció a Victoriano Huerta como presidente y fue ascendido a General de División. Durante el gobierno huertista, Venustiano Carranza se negó a reconocerlo como presidente y lanzó el Plan de Guadalupe en 1913 para derrocar a Huerta.
El apoyo de Pascual Orozca hacia Victoriano Huerta, le significó el exilio cuando en 1914 éste último renunció a la presidencia. Orozco huyó hacia el Paso Texas, donde se encontraría con algunos rebeldes carrancistas que se refugiaban allí pero en su camino Pascual Orozco.
De acuerdo con el libro “El linchamiento de Pascual Orozco, un héroe revolucionario mexicano y paradoja”, del escritor y exalcalde de el Paso Texas, Raymond Caballero, Orozco y cuatro de sus compañeros fueron perseguidos y asesinados en 1915 por un pelotón (dos de ellos eran viejos Rangers de Texas), después de haber sido falsamente acusados de asalto y agresión en un rancho de El Paso.
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