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Pablo de Grecia, el hombre por el que la Reina Sof�a dej� de comer carne

Su padre es el hombre que m�s influencia ha ejercido sobre la Reina Sof�a. Su fallecimiento, hace seis d�cadas a los 46 a�os, dej� devastada a su primog�nita, que se hizo vegetariana en su lecho de muerte. Gracias a �l tuvo una id�lica infancia que aun recuerda

MADRID, 02/03/2024.- La reina Sof�a (i) junto a Irene de Grecia a su llegada al tanatorio La Paz-Tres Cantos de Madrid para visitar la capilla ardiente de Fernando G�mez-Acebo, primo del rey Felipe VI, fallecido en Madrid en la madrugada del s�bado a los 49 a�os. EFE/VICTOR LERENA
La Reina Sof�a, este fin de semana.VICTOR LERENAEFE
Actualizado

Seguramente, en el desmedido amor que siente la Reina Sof�a por Don Felipe tenga mucho que ver que le recuerda a su padre, el rey Pablo de Grecia, el hombre que m�s influencia ha ejercido sobre la em�rita. Aunque el monarca naci� cuatro a�os despu�s de su muerte de su abuelo, dicen que ha heredado de �l su car�cter apacible y mesurado, su austeridad y su af�n por lograr formar una familia unida.

Pablo de Grecia compart�a con su primog�nita su amor por la cultura y la m�sica, especialmente por su pieza favorita, La pasi�n seg�n San Mateo, De Bach, que Do�a Sof�a es capaz de escuchar hasta cinco veces seguidas. Su padre la defin�a como "lo m�s grande que se ha escrito", por lo que pidi� o�rla mientras se desped�a de este mundo el 6 de marzo de 1964, con solo 46 a�os.

Padec�a un c�ncer de est�mago del que hab�a sido operado de urgencia d�as antes y, a pesar de los dolores que sufr�a, se neg� a que los m�dicos le administraran tranquilizantes porque quer�a estar consciente hasta el final. En su lecho de muerte su hija Sof�a, destrozada de dolor, hizo la promesa de no volver a comer carne, adoptando a partir de entonces la dieta ovolactovegetariana

Nacido el 1 de diciembre de 1901, Palo, como le apodaban en familia, no parec�a tener opci�n de reinar, pues era el tercero de los varones del rey Constantino de Grecia y la princesa Sof�a de Prusia, hermana del kaiser, y por delante iban sus hermanos Alejandro y Jorge. Eso hizo que se marchara a Alemania para alistarse en la Marina imperial y posteriormente lograra un empleo en Inglaterra como mec�nico de motores en la firma Armstrong, bajo el seud�nimo de Paul Beck.

Los avatares que en el siglo XX sufri� la dinast�a griega, con las dos guerras mundiales, en que sucesivamente perdieron y recuperaron el trono e incluso estuvieron exiliados en Egipto y Sud�frica, unidos a las inesperadas muertes de sus hermanos mayores, Alejandro y Jorge, llevaron al trono griego a Pablo tras la II Guerra mundial.

Para saber m�s

El flamante monarca se hab�a casado en enero de 1938 con Federica de Hannover, 20 a�os m�s joven y todo un car�cter, a la que todas las primaveras regalaba la primera orqu�dea salvaje que brotaba en el campo. De origen alem�n e hija del duque de Brunswik, de su uni�n nacieron Sof�a, Constantino, que ser�a el �ltimo monarca griego, e Irene. Durante la II Guerra Mundial Alemania e Italia invadieron Grecia y los miembros de la familia real tuvieron que escapar a Sud�frica.

Pronto Pablo tuvo que abandonar a su mujer e hijos en el pa�s africano para liderar desde Inglaterra al Ej�rcito griego junto a su hermano, el rey Jorge II, que fallecer�a inesperadamente de un ataque al coraz�n en 1947. Cuando Pablo ascendi� al trono tuvo que enfrentarse a la reconstrucci�n de un pa�s asolado por la contienda y a la amenaza de caer en la �rbita del bloque sovi�tico, del que ya formaban parte las rep�blicas lim�trofes.

Pese a ello, siempre trat� de evitar que los graves problemas de su reinado repercutieran en su armon�a familiar. Excelente padre, nunca perdi� la costumbre de reunir cada velada a sus tres hijos alrededor de la chimenea de su residencia de Tatoi para leerles leyendas mitol�gicas griegas. Tambi�n escuchaban m�sica cl�sica, pues hab�a ideado una especie de hilo musical para que sonara en todas las habitaciones de Tatoi, que m�s que un palacio, era una enorme finca rodeada de bosque en las afueras de Atenas. De ah� los bonitos recuerdos que Do�a Sof�a tiene de su infancia, donde creci� en una familia bien avenida, y su gran frustraci�n por no haber logrado esa armon�a en su matrimonio con el Rey Juan Carlos.

Muy culto, adem�s de gran mel�mano y virtuoso del piano, Pablo de Grecia era un profundo conocedor de la filosof�a de Plat�n, del que lleg� a escribir un tratado. Pese a la afici�n por las joyas de su mujer, la reina Federica, mucho m�s explosiva de car�cter que su marido y a quien el socialista Karamanlis reprochaba su afici�n por el lujo, el monarca era un hombre austero que viajaba por el Mediterr�neo en un buque de guerra, pues decidi� prescindir de yate real.

Su temprana muerte fue una tragedia para sus tres hijos, especialmente para Do�a Sof�a, casada desde 1962 con Don Juan Carlos y reina de Espa�a. Su recuerdo ha estado siempre presente hasta el punto de que cada a�o, por su aniversario, sus hijos y nietos acuden al mausoleo real de Tatoi, ubicado a los pies del monte Parn�s, donde, entre otros monarcas griegos, est�n enterrados el rey Pablo, la reina Federica, y ahora tambi�n Constantino, fallecido en enero de 2023.