Otto von Bismarck

Tras la disolución del Sacro Imperio Romano Germánico a inicios del siglo XIX por causa del ejército imperial de Napoleón Bonaparte, el sueño de la Alemania unida y poderosa parecía diluirse en el olvido.

Sin embargo, hacia finales de ese mismo siglo, los Estados Alemanes, conocidos en aquel entonces como Confederación Alemana del Norte, se unirían gracias a la genialidad y astucia de un solo hombre: Otto von Bismarck.

Este importante estadista y político alemán supo combinar a la perfección el carácter conservador y monárquico de su padre con la inteligencia y creatividad de su madre, dando como resultado la materialización de su gran sueño: la Unificación alemana.

A continuación, os contamos la vida y obra de Otto von Bismarck, aquel que fue conocido como el Canciller de Hierro. 

Resumen de la vida de Otto von Bismarck

  • Nombre de nacimiento: Junker Otto Eduard Leopold von Bismarck.
  • Otros nombres: Otto Eduard Leopold de Bismarck-Schönhausen | Otto von Bismarck.
  • Nacimiento: 1 de abril de 1815, Schönhausen, Reino de Prusia (actual territorio de la República Federal de Alemania).
  • Fallecimiento: 30 de julio de 1898, a los 83 años de edad, en Friedrichsruh, Imperio alemán (actual territorio de la República Federal de Alemania).
  • Sepultura: Mausoleo de Bismarck, Friedrichsruh, Schleswig-Holstein, Alemania.
  • Padre: Karl Wilhelm Ferdinand von Bismarck (17711845).
  • Madre: Wilhelmine Luise Mencke (17891839).
  • Pareja: Johanna von Puttkamer (casados desde 1847 hasta 1894).
  • Hijos: Marie zu Rantzau (18481926), Herbert Nicolaus Heinrich Ferdinand von Bismarck (18491904) y Wilhelm “Bill“ Otto Albrecht von Bismarck-Schönhausen (18521901).
  • Áreas: jurista, diplomático, político y militar.
  • Religión: luteranismo.

Biografía de Otto von Bismarck

Infancia y juventud de Otto von Bismarck

El nacimiento del Canciller de Hierro: guerras napoleónicas y hegemonía austríaca

Retrato de Otto von Bismarck
Dibujo a carboncillo de Otto von Bismarck cuando tenía 11 años, obra de Franz Krüger (año 1826).

Junker Otto Eduard Leopold von Bismarck nació el 1 de abril de 1815 en la localidad prusiana de Schönhausen, situada al oeste de Berlín, en el antiguo Reino de Prusia.

Al momento de su nacimiento, faltaban pocos días para que ocurriera la legendaria batalla de Waterloo, aquella en la que el temible ejército de Napoleón fue vencido por la Séptima Coalición, agrupación militar de la cual Prusia formaba parte.

En 1815, siendo Otto apenas un bebe recién nacido, el Congreso de Viena, bajo la presidencia de la Casa de Austria, decidió la agrupación de los 39 estados alemanes en torno a una nueva entidad política conocida como la Confederación Alemana.

Precisamente, Prusia era uno de los estados miembros de dicha confederación; de hecho, se disputaba constantemente con Austria la supremacía de la misma.

Así, pues, Otto von Bismarck crecería y sería influenciado por dos fuertes pensamientos geopolíticos: Francia es un potencial enemigo político y una sólida red de alianzas políticas es capaz de derrotar hasta el mismísimo ejército imperial de Napoleón Bonaparte.

Karl y Wilhelmine: los progenitores tras la mente maestra

Otto von Bismarck nacería de la unión de Wilhelmine Luise Mencke y Karl Wilhelm Ferdinand von Bismarck.

Su madre, Wilhelmine, era una mujer inteligente y de carácter temible. Esta provenía de una familia de académicos, intelectuales, políticos y burgueses.

Su padre, por el contrario, descendía de una familia de aristócratas menores y militares que abogaban en favor de los ideales políticos y culturales de la monarquía.

La faceta desconocida de Otto von Bismarck: mediocridad e irresponsabilidad

Retrato de Otto von Bismarck cuando estudiaba en la universidad de Gotinga
Retrato de Otto von Bismarck cuando estudiaba en la universidad de Gotinga (obra anónima del año 1933).

Cuando Otto tenía apenas siete años de edad, su madre lo enviaría a Berlín para que ingresara a una de las escuelas más estrictas de la época: el Plamannsche Lehranstalt.

Dada la naturaleza de su familia materna, las instituciones en las que Otto cursó sus estudios estaban claramente a la altura de lo establecido por la aristocracia prusiana de entonces. A pesar de ello, Otto siempre valoró más los ideales monárquicos de su padre que el humanismo de su madre.

Contrario a lo que se podría creer, Otto von Bismarck no siempre fue un genio; de hecho, su vida estudiantil fue bastante irresponsable.

A los 17 años de edad (1832), Otto ingresaría en la Universidad de Gotinga para cursar la carrera de derecho, la cual lograría culminar pese a su indisciplina y al sinfín de problemas que estas les acarrearon con las autoridades de las universidad.

Adultez de Otto von Bismarck: su experiencia en los tribunales 

En 1835, después de graduarse como jurista, Bismarck empezó a trabajar en los tribunales de Berlín y Aquisgrán, aunque solo por el lapso de tres años y sin dejar su vida indisciplinada de lado.

En aquel entonces, Bismarck era muy bromista; de hecho, él mismo reconocía su falta de compromiso, pues argumentaba que el gobierno de Aquisgrán le había dado notas más altas de las que realmente merecía.

Desde la perspectiva de Otto, la labor de un funcionario no incluía el aporte de ideas propias, sino más bien el sometimiento y aprobación absoluta de la voluntad de su líder.

Esta experiencia le sirvió a Otto para reafirmar aún más su aversión hacia la incipiente clase burguesa y, por el contrario, reafirmar los ideales conservadores-monárquicos que su padre le había trasmitido.

Finalmente, tras tres años de servicio y con la desaprobación de sus padres, Otto von Bismarck decide dejar su vida como jurista. Para aquel entonces, Bismarck ya se había convertido en un luterano acérrimo. Naturalmente, su luteranismo le llevaría a oponerse, años más tarde, al Imperio de Austria.

Adultez de Otto von Bismarck: su matrimonio y cambio de actitud

El 28 de julio de 1847, Otto von Bismarck contraería nupcias con Johanna von Puttkamer, una joven prusiana de origen noble.

Ilustración de Otto von Bismarck regresando de su luna de miel, obra de Carl Rohling (siglo XIX).

De la unión de ambos nacerían tres hijos: Marie (18481926), Herbert (18491904) y Wilhelm (18521901). Durante los primeros años de su vida matrimonial, Otto se dedicaría por completo a trabajar en su granja.

Desde entonces, Otto comenzaría a mostrar un notable cambio de actitud, el cual terminaría de radicalizarse cuando empezó a ocupar cargos en el escenario político.

De esta manera, el Otto bromista e irresponsable daría paso a un nuevo hombre disciplinado y con determinación. Un hombre que amaría profundamente a la monarquía, a Dios y a los valores ligados a los sistemas monárquicos.

Adultez de Otto von Bismarck: su ingreso al parlamento prusiano

La incursión de Otto von Bismarck al mundo de la política en 1847 no fue el resultado de un meticuloso plan, sino más bien producto del azar, puesto que este tuvo que sustituir a un parlamentario prusiano que se ausentó por motivos de salud.

A pesar de lo repentino de la situación, Bismarck supo desenvolverse estratégicamente. Naturalmente, su carisma y elocuencia le hizo merecedor del reconocimiento y el prestigio de sus colegas.

Desde el momento en que empezó a fungir como parlamentario, Otto mostró su profunda aversión a los ideales liberales y democráticos que, en aquel entonces, se extendían por toda Europa, abogando, más bien, a favor del autoritarismo y militarismo imperante de las monarquías como sistema político.

La revolución alemana de 1848: el primer obstáculo de Bismarck

En marzo de 1848, estallaría en Alemania una revuelta conocida como revolución de Marzo (ver Revoluciones de 1848). Esta buscaba lo siguiente:

  1. En primer lugar, la unificación de los Estados Alemanes en torno a un Estado democrático y libre.
  2. En segundo lugar, la formación de una milicia alemana lo suficientemente fuerte como para hacer frente a un hipotético escenario de invasión extranjera.
  3. En tercer lugar, la legalización de los partidos políticos.
  4. Por último, la elección soberana de los parlamentarios alemanes.

En síntesis, la revolución alemana intentaba eliminar todo vestigio de poder monárquico, autoritario y militar en todos y cada uno de los 39 Estados Alemanes que conformaban la Confederación Alemana.

Esto último representaba una hecatombe política para Otto von Bismarck, puesto que este creía firmemente que la monarquía debía gobernar porque esa era la voluntad de Dios.

Así, pues, y tras haberse enterado que el rey Federico Guillermo IV de Prusia había cedido ante la presión de los liberales y partidarios de la democracia constitucional, Otto von Bismark partiría hacia Berlín con una única finalidad: poner fin a las pretensiones democráticas de los promotores del alzamiento.

Por sorprendente que parezca, Otto von Bismarck conseguiría convencer al rey de mantener el modelo monárquico de antaño y no ceder ante la presión de los revolucionarios.

Como respuesta a ello, la burguesía liberal decidió retirar su apoyo a los partidarios de la democracia constitucional. De esta manera, Otto von Bismarck obtendría su primera gran victoria política.

Adultez de Otto von Bismarck: la conquista de nuevos territorios

La guerra de los ducados (1864)

En 1864, Bismarck sería uno de los principales políticos prusianos en promover la guerra de los Ducados, un conflicto bélico que enfrentó a la dupla conformada por Austria y Prusia en contra de Dinamarca.

Como habría de esperarse, Austria y Prusia resultaron victoriosos en dicha contienda, por lo que Dinamarca se vería obligar a ceder territorios tanto a Prusia como a Austria.

A pesar de haberse hecho con el control de los ducados de Lauenburgo, Schleswig y Holstein, Bismarck manifestó su inconformidad respecto a los resultados obtenidos en la guerra de los Ducados.

La guerra austro-prusiana o guerra de las Siete Semanas (1866)

Dos años más tarde, Bismarck ejecutaría su próximo plan: una guerra relámpago en contra del Imperio austríaco. Esta breve contienda bélica, recordada en la historia como la guerra de las Siete Semanas, le permitió a Prusia arrebatarle a Austria cuatro de sus antiguos ducados (Hesse, Fráncfort, Hannover y Nassau), así como también la hegemonía política que ejercía sobre los Estados Alemanes, a los cuales reorganizaría para dar vida a la Confederación Alemana del Norte.

Ilustración de Otto Bismarck en la batalla de Sadowa
Ilustración de Otto Bismarck en la batalla de Sadowa, obra de Carl Rohling (siglo XIX).

En este punto de la historia, el sueño de Bismarck parecía casi completado, sin embargo, este anhelaba aún más, específicamente, los cuatros estados alemanes del Sur que habían decidido no unirse a la recién instaurada Confederación Alemana del Norte.

Ante tal situación, Bismarck era consciente de que el nacionalismo era la clave para, finalmente, concretar su más grande sueño: la Unificación de Alemania.

 La guerra franco-prusiana (18701871)

En 1870, tras la abdicación de la reina Isabel II de España y la postulación de la candidatura del príncipe Leopoldo de la Casa de Hohenzollern al trono de España, el Segundo Imperio Francés de Napoleón III se vería fuertemente amenazado por Prusia y sus pretensiones expansionistas.

Si bien Napoleón III logró impedir que el príncipe Leopoldo se sentase en el trono de España, este no lograría escapar de la astucia de Otto von Bismarck, quien redactó un controversial comunicado de prensa (Telegrama de Ems) con la finalidad de provocar la furia del emperador de Francia.

Como habría de esperarse, Napoleón III caería en la trampa del Canciller de hierro, declarándole la guerra a Prusia el 19 de julio de 1870.

La guerra franco-prusiana se libraría entre julio de 1870 y mayo de 1871, y concluiría con la derrota del ejército de Napoleón III ante el ejército prusiano.

Tras el final de la guerra, Francia perdería las provincias de Alsacia y Lorena, las cuales serían anexadas al incipiente Imperio Alemán junto a los cuatro Estados del sur de Alemania (Baviera, Wurtemberg, Baden y Hesse).

El nacimiento del Imperio alemán

El 18 de enero de 1871, tras derrotar al ejército imperial de Napoleón III y causar la disolución del Segundo Imperio Francés, Otto von Bismarck vería como su más grande sueño se cumplía: el Imperio Alemán había nacido.

Ese mismo día, el rey prusiano Guillermo I pasó a llamarse emperador de Alemania; Otto von Bismarck, por su parte, se convirtió en el Primer Canciller de dicho imperio.

Proclamación del Imperio alemán
Proclamación del Imperio alemán, pintura al óleo de Anton von Werner (año 1885).

La proclamación del Imperio alemán sería realizada en el Palacio de Versalles de París, lo cual supuso una enorme humillación para los franceses.

A pesar del impacto social, político y cultural que supuso la proclamación del Imperio alemán, a efectos prácticos la nueva constitución no representaba un cambio trascendental respecto al anterior sistema de gobierno, sino más bien la anexión oficial de los cuatros estados del Sur de Alemania (Baviera, Wurtemberg, Baden y Hesse) más las provincias francesas de Alsacia y Lorena.

Las decisiones estratégicas del Canciller de Hierro

Mientras ejercía como canciller, Otto von Bismarck encontraría en la popularidad de los socialistas uno de sus más grandes retos, puesto que estos no solo cuestionaban sus decisiones políticas habituales sino también su conservadurismo monárquico.

Ante el crecimiento exponencial de la popularidad de los movimientos socialistas, Bismarck se vería forzado a promulgar la que sería conocida como la primera ley de seguro médico del mundo moderno.

Si bien esta política distaba del espíritu monárquico y conservador de Bismarck, fue necesaria para apaciguar de manera exitosa las revueltas en territorio alemán.

Como canciller, Otto Von Bismarck emplearía la inteligencia, la genialidad y la flexibilidad de pensamiento heredada de su madre para hacer negociaciones estratégicas que le permitiesen al Imperio alemán erigirse como una de las naciones más respetadas y temidas del continente.

La llegada de Guillermo II y la salida del escenario político de Bismarck

Desde que Guillermo II subió al trono alemán en 1888, Bismarck comprendió que las diferencias ideológicas existentes entre su persona y el nuevo monarca no llegarían a buen puerto.

Los constantes enfrentamientos entre el marco político previamente instaurado por Bismarck y las nuevas políticas exteriores de Guillermo II obligarían al Canciller de Hierro a presentar su renuncia en 1890.

Fotografía de Otto von Bismarck
Fotografía de Otto von Bismarck (año 1891).

Luego de esto, las alianzas políticas que Otto von Bismarck había forjado para mantener la unidad y la seguridad del Imperio alemán comenzarían a desvanecerse.

Todo ello derivaría en una escalada de conflictos políticos que concluirían con el estallido de la Primera Guerra Mundial, la abdicación de Guillermo II y el fin del Imperio alemán.

La muerte de Otto von Bismarck

El 30 de julio de 1898, en Friedrichsruh, Otto von Bismarck fallecería a la avanzada edad de 83 años. Sus últimos años los dedicó a criticar fuertemente el accionar político de Guillermo II, quien, desde su perspectiva, no cesaba de arruinar todo lo que él y Guillermo I habían construido con tanto esfuerzo.

Referencias

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