HISTORIA

Los 'Konzentrazionlagen'

El origen de los campos de concentraci�n

Leon Greenman, un brit�nico que pas� tres a�os en seis campos de concentraci�n, muestra su 'registro' .

Primero fueron pisos y tabernas en los que los guardias de asalto retuvieron a los vecinos que les miraban con malos ojos. Despu�s, ocuparon asilos, edificios abandonados, colegios... El Estado nazi quiso sistematizarlos y as�, en s�lo unos meses, apareci� Ensland, el prototipo que condujo hasta Auschwitz. Nikolaus Wachsmann re�ne en 'KL. Historia de los campos de concentraci�n nazis' su siniestro caso.

La puerta del tren que se abre, los tatuajes en el brazo, los doberman, el diario personal escondido entre los colchones, el kapo colaboracionista, los trabajos forzados, el viol�n y la melod�a h�ngara, la sala de tortura, el SS que es un s�dico y el SS que se comporta con una gota de humanidad, el gas, la fosa com�n, los bombardeos de los aviones aliados, los soldados estadounidenses que llegan y lloran al descubrir Dachau...

Hay una imaginer�a de los campos de concentraci�n del III Reich, casi un folclore, que expresa s�lo a medias la historia de los Konzentrazionlagen. Ahora, un ensayo llamado KL.Historia de los campos de concentraci�n nazis, de Nikolaus Wachsmann (editado por Cr�tica) dedica 1.093 p�ginas a sintetizar todo la informaci�n disponible sobre Auschwitz, Theresienstadt, Buchenwald... Son muchas p�ginas porque se sabe mucho sobre los campos de concentraci�n. Tanto se sabe, que es dif�cil tener una idea de conjunto.

Y �se es el sentido de KL, el libro de Wachsmann: dar una unidad de conjunto. C�mo nacieron los campos de concentraci�n, qui�nes estuvieron all�, qui�n supo cu�nto, c�mo vivieron sus habitantes... Todo, visto desde tres enfoques: las v�ctimas, los verdugos y el mundo que los rodeaba.

De entre todas las historias que Wachsmann hila, una llama la atenci�n a primera vista: el origen. �Qui�n y cu�ndo invent� los campos de concentraci�n? �De d�nde sac� la inspiraci�n?

Hay una historia casi jocosa: en Alemania, en 1941, se estren� una pel�cula llamada Ohm Kr�ger, sobre un campo de concentraci�n. El protagonista era un valiente prisionero que morir�a ahorcado. A su mujer la fusilaban, hab�a unos guardias que se comportaban como s�dicos... Los h�roes, sorpresa, eran alemanes, v�ctimas de la Guerra de los B�ers. El Ministerio de Propaganda del Reich tuvo la desfachatez de apadrinar la pel�cula y darle todo su apoyo.

La an�cdota explica que los campos de prisioneros eran parte de la cultura pol�tica de Europa de la primera mitad del siglo XX. Los espa�oles los implantamos en Cuba; los estadounidenses en Filipinas, los ingleses, en Sud�frica; los alemanes, en Namibia; y, por supuesto, los sovi�ticos lo usaron en casa. �Suena a atenuante? �A que el Reich simplemente emple� las armas y las pol�ticas que se consicderaban disponibles en aquel momento de la historia?

No, ni por las cifras ni por el relato. El 90% de los presos del NKVD de la URSS salieron con vida del gulag; en cambio, s�lo el 40% de los habitantes de los campos de concetraci�n alemanes pudieron contarlo. Y, sobre todo: los Konzentrazionlagen tuvieron una historia �nica.

�nica y mucho m�s ca�tica de lo que se podr�a pensar. El viaje empieza el 30 de enero de 1933, el d�a en el que el Partido Nacionalsocialista form� Gobierno. La Guardia de Asalto, las SA de Ernst R�hm, escuch� ese d�a el pistoletazo de salida para perseguir a sus contrincanntes, acosarlos y encerrarlos. �D�nde? Las tabernas de los SturmAbteilung e, incluso, alg�n piso privado se convirtieron en los primeros espacios de confinamiento y represi�n. Cuando se quedaron peque�os, los SA se lanzaron a buscar asilos, c�rceles abandonadas, aer�dromos en desuso para llevar all� a sus enemigos.

El 22 de febrero ardi� el Reichstag. Hitler escenific� su c�lera y el Estado reclam� su derecho a participar y sistematizar el sistema de razzias de Rohm y los suyos. Los enemigos del Partido Nazi se convirtieron, oficialmente, en enemigos de Alemania. Parad�jicamente, el cambio fue para mejor para muchos presos. Los estatutos de las c�rceles alemanas prohib�an la violencia contra los presos desde los a�os 20 y las comodidades eran mejores en las prisiones regulares. Los presos pol�ticos viv�an aceptablemente en las c�rceles y los SA enfurec�an cada vez que la polic�a se llevaba a sus v�ctimas.

�Y qui�nes eran? �Qui�nes eran las v�ctimas, por ejemplo? Muchos nos sorprendemos al descubrir que, en 1933, los candidatos a entrar en aquellos primeros campos de concentraci�n no eran tanto los jud�os como los comunistas y los socialdemocratas. La prueba est� en que la gran mayor�a de esos centros de reclusi�n se instalaron en barrios de trabajadores como Kreuzberg o Wedding para Berl�n. Wachsmann calcula que s�lo el 10% de los presos de aquellos a�os eran de religi�n jud�a. Dato que, a su vez, desmiente, la teor�a nazi de que los partidos de izquierdas estuvieran copados por hebreos.

�Y los verdugos? KL. Historia de los campos de concentraci�n nazis les dedica algunas de sus p�ginas m�s interesantes. Partimos de que las SA tend�an a atraer a facinerosos y exaltados. Lo peor de cada calle. Pero eso no era suficiente para controlar a miles de presos, De modo que se dedicaron a reclutar a muchachos tomados de las listas del paro. Seis millones de desempleados ten�a Alemania aquel a�o, de modo que no era dif�cil encontrar mano de obra barata. �Eran unos s�dicos? No, pero tampoco estaban libres del pecado del odio al otro. Wachsmann recuerda la famosa frase de Primo Levi: �Los locos no son suficientes para ser peligrosos. Son necesarias las personas normales�. Y entonces cuenta que la mayor�a de aquellos muchachos no se sent�an muy c�modos con las escenas de tortura y humillaci�n, que casi todos acababan pidiendo un cambio de destino. Sin embargo, sus cabezas estaban recalentadas por los nazis con una mezcla de euforia, rencor y paranoia, de modo que se quedaban con los verdugos antes que con las v�ctimas.

Todo aquello ocurri� durante los primeros meses del Reich. El Gobierno supo, desde el principio, de la violencia descontrolada de los SA. Algunos como G�ring, en Prusia, se sintieron inc�modos con aquella danza macabra y quisieron que la Guardia de Asalto abandonara la funci�n represiva y se la entregara a los SS, m�s sistem�ticos y disciplinados. Hubo combates entre una guardia y la otra. Ganaraon las SS, claro. Pero eso no significa que se impusiera la moderaci�n.

Al sur, en Baviera, el fundador de los Schutzstaffel, Heinrich Himmler, lo ten�a todo mucho m�s claro. Desde marzo, los detenidos irregulares eran conducidos a un descampado en un lugar llamado Dachau, cuyo aspecto ya anunciaba el modelo de los campos de concentraci�n cl�sicos: barracones, ciudadela administrativa... All�, la violencia estaba medida y conscientemente dirigida.

Sus primeros cuatro asesinatos fueron dise�ados casi como si tuvieran que transmitir un presagio. Dos de las v�ctimas hab�an sido activistas de izquierdas casi insignificantes. Los otros dos, ni siquiera eso. �En toda mi vida he ingresado en ning�n partido pol�tico�, escribi� Erwin Kahn, uno de los cuatro ajusticiados. Posiblemente, ni siquiera �l mismo se hubiese dado cuenta de que los cuatro eran de origen jud�o.

2 Comentarios

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�Vaya forma de "CONTAR LA HISTORIA"!... nadie niega EL CANALLISMO de HITLER. Sobre los CR�MENES de STALIN sovi�ticos se lee "El 90% de los presos del NKVD de la URSS salieron con vida del gulag". Los cr�menes de STALIN fueron M�S NUMEROSAS que las de Hitler e igual de crueles. En la MATANZA DE KATYN asesinaron a 22000 PERSONAS de una en una. En 1930-31 mataron 60.000 campesinos, y a 1.800.000 los DEPORTARON a CAMPOS DE TRABAJO, 300.000 de estos MURIERON. En 1932-33 la explotaci�n agr�cola MILITARIZADA supuso una HAMBRUNA con 6.000.000 de V�CTIMAS en UCRANIA. Del 1936-38 en una PURGA INTERNA mataron 720.000 V�CTIMAS. 7 MILLONES en total los DEPORTARON A LOS GULAGS. Tras la guerra, CIENTOS DE MILES de Polonia, Ucrania, Pa�ses B�lticos, Moldavia y Besarabia 1939-1945. En 1941 alemanes del Volga, en 1943 los t�rtaros de Crimea, y en 1944 los chechenos e ingushes. El R�GIMEN continu� tras el TEL�N DE ACERO. TODOS ESTAS MILLONES DE V�CTIMAS MERECEN su MEMORIA. Aqu� parecen olvidados.