Norman: El hombre que lo conseguía todo (2016), de Joseph Cedar

RMNO5 - Hace 6 años

En cierto modo, Richard Gere logra "darle cierta humanidad a un personaje del que se desconoce absolutamente todo", como dice la crítica. Pero esa afirmación no hace justicia a la película ni al personaje.

De Norman se conoce absolutamente todo lo necesario. Heredó de su madre una pequeña cantidad de dinero y el derecho a seguir alquilando una vivienda de renta antigua. Va siempre con la misma ropa y se alimenta de lo que pica en las reuniones a las que logra asistir. Cuando se le ve comer por su cuenta, consume una lata de conservas en la sinagoga, casi a escondidas. Comprendemos que su negocio no da dividendos, que él sobrevive frugalmente "de sus reservas".

No tiene vida privada ni amigos, sólo contactos. Norman está deseoso de integrarse y ser útil, de ganarse el cariño de los demás. Pero su oscura biografía (transparente en lo que respecta a los resultados) lo han confinado al papel de conseguidor de poca monta, que únicamente ve posible lograr la aprobación de la gente prestándoles sus rocambolescos servicios de farolero.

Cuando el político judío al que Norman regaló los zapatos tiempo atras llega a primer ministro, trata de quitarse de encima al conseguidor; sin embargo, este hace lo imposible por complacerlo en cuestiones nimias, pues lo considera su amigo: quizás su único amigo. Ese desequilibrio entre la concepción casi quijotesca de la amistad por parte de Norman y el pragmatismo cínico de todos los demás causa la caída que anuncia el título original, "Norman: The Moderate Rise and Tragic Fall of a New York Fixer".

Considerado desde fuera, Norman es un personaje irritante, miserable y trágico, cuyo destino está trazado. Pero él y la trama tienen una irrestible vocación tragicómica; el humor y la bondad menesterosa de Norman redimen su historia y la película.

Nota 7, recomendar.