¿Y… dónde está el Noa Noa?

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Opinión

¿Y… dónde está el Noa Noa?

Esa es una pregunta infalible que hacen quienes visitan nuestra ciudad… tristeza nos da decirles que ya ni polvo queda

Elvira Maycotte
Escritora

miércoles, 10 abril 2024 | 06:00

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“La cultura de una nación reside en los 

corazones y en el alma de su gente.”

Mahatma Gandhie

Esa es una pregunta infalible que hacen quienes visitan nuestra ciudad… tristeza nos da decirles que ya ni polvo queda, quizá algunas cenizas por ahí tras desaparecer hace 20 años a causa de un incendio: en el sitio solo queda una pequeña y casi imperceptible placa perdida en el predio que aloja un estacionamiento sobre la avenida Juárez indicando que ahí se ubicaba el icónico bar. 

Hasta ahora los fans y visitantes que quieren estar cerca de un legado tangible del “Divo de Juárez” se tienen que conformar con ver de lejos la casa que desde 1984 lo alojara cuando estaba en esta ciudad, pero hay una buena noticia: hace unos días por este mismo medio se dio a conocer que el proyecto de convertir la Casa de Juan Gabriel de la avenida 16 de Septiembre, construida en 1942 con estilo colonial californiano, estaba avanzado de tal manera que pretende abrir sus puertas en agosto de este año. Ahí, de acuerdo con el Arq. Felipe Rojas Portillo, director del proyecto, se colocarán fotografías, discos, ropa y artículos personales de Juan Gabriel a manera de preservar el recuerdo de su vida, que si bien dejó en muchos países, con más razón en esta frontera “que fue donde nació la leyenda”.

En el proyecto, anunciado en enero de 2023, además de la adecuación interior y de los jardines se contempla construir un salón de eventos especiales, sala de proyecciones y una galería; no solo se limita a la casa misma y a la pequeña plaza de un costado, el Paseo Juan Gabriel, se pretende también promover la zona para dirigirla hacia el turismo para lo cual se habrá de desarrollar un plan maestro. 

Quizá muchos no sepan que desde hace ya unos 20 años, en la Casa Hogar que auspiciaba Juan Gabriel se destinó una habitación en la que se mostraban precisamente ropa, fotografías, discos y objetos personales de Juan Gabriel. En vida, cuando visitaba el hogar para repartir abrazos, cariño y optimismo a los niños que ahí vivían internos, conoció ese espacio y él mismo donaba objetos para que fueran ahí mostrados. Se pensó como un lugar que pudiera colaborar con los gastos del internado, sin embargo, no comprendo por qué no fue tan promovido… quizá porque quienes estaban al frente tenían más corazón que perfil mercantilista. Su museografía era sencilla pero muy bien hecha precisamente por el Arq. Felipe Rojas Portillo, en aquel entonces recién egresado de la carrera de Arquitectura en la UACJ. De ahí nace el interés de Felipe por adentrarse en los estudios de museografía y sobre todo por el legado de Juan Gabriel, con quien convivió frente a frente durante el proyecto y realización del pequeño museo que cerró sus puertas cuando el propio cantautor, muy a su pesar, ya no pudo sostener la casa hogar.

Hacen tanta falta en nuestra ciudad los lugares culturales… podemos contarlos casi con los dedos de las manos. Cuando por motivo de la Semana Santa se habló de promover nuestros mejores lugares el propio gobierno municipal solo mencionó unos cuantos: La Catedral y Misión de Guadalupe, el Muref, la “X” y la Casa de Adobe. Yo incluiría en Museo de Arte y el propio Museo de Tin Tan y aún la antigua presidencia municipal. Ciertamente, después de 500 años de historia no hemos sido capaces de preservar y dar realce al patrimonio demuestra ciudad que alguna vez fuera capital del país. 

Bien por gobierno municipal que secundó la iniciativa de los familiares para la realización de este proyecto que tanto bien hará en Ciudad Juárez. Bien por el Arq. Felipe Rojas, excelente diseñador que está poniendo en este proyecto no solo sus conocimientos sino también su corazón, y bien por nosotros los juarenses que tendremos un referente en la ciudad que nos hará sentir orgullosos.

Nuestros jóvenes desconocen nuestra historia; nuestra cultura ha sido borrarla. Hasta hoy nos hemos quedado atrás. Es un buen momento para rescatarla multiplicando acciones como ésta porque como afirma Johan Huizinga: “si deseamos preservar la cultura, debemos continuar creándola” y siguiendo el pensamiento de Bertolt Bretch para nuestro propio bien “todas las artes contribuyen al arte de saber vivir”.

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