Neil Diamond pertenece a la estirpe de las leyendas veteranas que nunca se retiran, y que si alguna vez se han tenido que bajar del escenario, ha sido por razones de causa mayor. En su caso, eso sucedi� hace algo m�s de dos a�os, con los 77 ya cumplidos: el gran compositor pop de los a�os 60 y 70, el creador de baladas como Sweet Caroline, tuvo que tomar la dif�cil decisi�n de interrumpir sus giras para siempre. Los motivos eran inexcusables: hab�a sido diagnosticado con la enfermedad de P�rkinson, y sus manos ya no estaban para tocar la guitarra, ni su estado f�sico le capacitaba para estar mucho tiempo de pie. As� que abandon� los escenarios en 2018, no sin antes dar una �ltima gira de despedida, la que celebraba sus 50 a�os de carrera musical.
Su liga, por tanto, tambi�n ha sido los de compositores e int�rpretes de canci�n de largo recorrido, como Charles Aznavour -que estuvo en activo hasta pr�cticamente el �ltimo d�a, superados los 90-, Paul Anka o Raphael, artistas por los que parece que no pasa el tiempo, y si pasa, no se nota apenas. Adem�s, la suya tambi�n es la estirpe de los artistas luchadores, porque el a�o pasado, en marzo -antes de que llegara la pandemia a Estados Unidos-, Neil Diamond se resisti� a sellar su destino, y decidi� salir por una vez de su retiro forzoso para volver a actuar en directo. Fue en el MGM Grand Garden Arena, un espacio en uno de los hoteles m�s importantes de Las Vegas, en el marco de una gala ben�fica. Para regocijo de sus fans, adem�s, no fueron dos canciones sueltas, sino una actuaci�n completa, con su grandes cl�sicos, y acompa�ado de varias leyendas del country.
Por diversos motivos, Neil Diamond no ha vuelto a actuar otra vez, pero aquel bolo sorpresa fue la demostraci�n de que, en ocasiones especiales, si le apetec�a, pod�a repetir. "Me siento muy bien", dijo al finalizar el concierto en declaraciones a una televisi�n de Estados Unidos. "Me tomo mis medicinas, hago mis ejercicios..." A sus 80 a�os, que cumple este domingo, posiblemente ya no haga m�s giras, pero no est� para nada fuera de la vida p�blica.
Diamond explicaba que llevaba el P�rkinson con naturalidad, que la enfermedad le provocaba no pocos fastidios, pero que no le imped�a llevar una vida normal. En fotos recientes, se le ha visto con un aspecto que no se corresponde en absoluto con su edad. �Cu�l es su secreto? Hay dos aspectos importantes de su vida que podr�an explicar por qu� Neil Diamond llega a su octavo decenio de vida con tan buen �nimo: la enorme fortuna que ha acumulado a lo largo de su carrera, gracias al �xito continuado de canciones como Cracklin' Rosie, You Don't Bring Me Flowers o Desir�e, y haber tenido una carrera tranquila, sin derroches de dinero, sin da�os irreparables a su salud, y suerte en el amor.
Nunca entr� en el estereotipo de la estrella del rock autodestructivo, sino en la del artesano obsesionado con su trabajo y la perfecci�n de su obra.
Nacido en Nueva York en 1941, de joven empez� a frecuentar los ambientes de Tin Pan Alley, el gremio de grandes compositores de canciones para teatro musical y, ya en los 60, tambi�n el pop juvenil. Su objetivo era desarrollar una carrera musical de �xito e interpretar �l sus piezas. Tras unos primeros a�os de lucha -y con poca suerte; seg�n confesi�n propia, durante un tiempo vivi� con tres d�lares al d�a-, consigui� un contrato con el sello Uni Records y a partir de ah� fue alzando el vuelo.
A finales de los 60 era un compositor reclamado, bandas como The Monkees o artistas como Elvis interpretaban canciones suyas, y en los 70 firmaba contratos suculentos como el que le at� al sello Columbia, en el que se le pagaba un adelanto de un mill�n de d�lares por cada disco grabado. Fue, tambi�n, uno de los primeros artistas pop en aceptar -a cambio de m�s de 600.000 d�lares por noche- en los casinos de Las Vegas.
Neil Diamond se ha casado tres veces, lo que puede interpretarse que su suerte continuada en la m�sica no ha tenido correspondencia en el amor o en la salud -a finales de los 70 le detectaron un c�ncer, que por suerte super�-. Su primer matrimonio fue muy temprano, en 1963, con Jaye Posner, que era su novia del instituto por entonces. Fue una relaci�n corta, justo cuando la carrera de Diamond despegaba, pero tuvo un fruto feliz: sus dos primeras hijas, Marjorie y Elyn.
Su siguiente matrimonio fue mucho m�s duradero -25 a�os con Marcia Murphey, su ayudante de producci�n en cuestiones discogr�ficas y de giras-, y de �l nacieron dos hijos varones, Jesse y Micah. Tuvo otra relaci�n en los a�os 90 que no lleg� a consagrarse ante el altar, y adem�s fue breve. Y cuando parec�a que ya no reaparecer�a nadie m�s en su vida, en 2011 anunci� que se volv�a a casar, esta vez con Katie McNeil, una mujer de 41 a�os, 30 m�s joven que �l. La boda se celebr� en 2012. Desde entonces, siguen juntos, y ella ha sido su gran apoyo durante los duros momentos del Parkinson y la decisi�n de dejar las giras.
Despu�s de tantas d�cadas de �xitos, Neil Diamond puede considerarse un hombre afortunado. Lo ha tenido todo, no le ha faltado de nada, y ha sabido invertir su fortuna, forjada a base de acumular jugosos derechos de autor. No son pocas las canciones suyas que han sido versionadas y adaptadas continuamente por artistas m�s j�venes, d�ndole una continuidad en el tiempo de la que pueden presumir muy pocos compositores del pop. Eso ha hecho que su fortuna acumulada en estos �ltimos 50 a�os ascienda a los 200 millones de d�lares netos, que ha invertido sabiamente en propiedades como la mansi�n en la que ha decidido pasar sus �ltimos a�os, situada en una zona exclusiva de la playa de Malib�, en Los �ngeles, y que est� valorada en m�s de siete millones de d�lares. Ah� tiene de todo: piscina, balneario privado y varias hect�reas de terreno para su disfrute exclusivo. Si tanto le doli� dejar los escenarios, seguramente, es porque ah� encontraba lo �nico que no tiene en su casa: el cari�o de los fans.
Conforme a los criterios de