Desordenada, ca�tica, aut�ntica, an�rquica, sucia, ingobernable, genuina, canalla, descuidada, decadente, incomprendida, olvidada, volc�nica... Todos estos calificativos y muchos m�s caben en N�poles, la ciudad del sur de Italia que lleva a�os arrastrando el estigma de la Camorra, que ahora quiere dejar atr�s.
Callejear por esta capital supone toparse con mercadillos de fruta, verdura o ropa en cada esquina, esquivar motos con cuatro ocupantes sin ning�n casco ni protecci�n o darse de bruces con los murales, grafitis y camisetas dedicados a Maradona. El esp�ritu del astro argentino se respira por toda la urbe y cuenta con su propio altar en el barrio espa�ol, que lleva grabada la palabra que define lo que significa el futbolista para los napolitanos: "Dios".
Sin duda, uno de los estandartes de la ciudad es la ropa tendida. Si en otras capitales los tendederos se camuflan y disimulan, aqu� se lucen con orgullo y casi todos los balcones tienen sus camisas, bragas y pantalones colgados sin ning�n tipo de complejo. Porque N�poles es as�. Nadie la ha podido domesticar ni gentrificar y sus habitantes sacan sin remilgos las sillas a la calle para charlar con los vecinos, como si se tratase. de un pueblo andaluz.
EL ESCENARIO DE 'GOMORRA'
Pese a su fama de peligrosa, pasear por el centro es relativamente seguro, aunque hay que tener cuidado con los carteristas. Sin embargo, sigue habiendo barrios a las afueras en los que la Camorra campa a sus anchas y que es mejor no pisar, como Scampia, el escenario de Gomorra, la novela de Roberto Saviano, o Secondigliano, uno de los grandes supermercados de la droga.
El recorrido por esta ciudad, situada a los pies del volc�n Vesubio, puede empezar en Tribunali, una de las tres principales arterias del casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad. En esta v�a se alternan las iglesias m�s espectaculares con las mejores pizzer�as de toda Italia.
Desde all� se accede a la calle de San Gregorio Armeno, uno de los rincones m�s entra�ables del lugar, repleta de talleres y tiendas de belenes abiertos durante todo el a�o. N�poles cuenta con una tradici�n muy arraigada de pesebres navide�os, ya que fue aqu� donde se represent� el nacimiento de Cristo por primera vez en el siglo XV.
En la Iglesia San Lorenzo Maggiore se puede visitar otra de las atracciones tur�sticas de la capital: la N�poles subterr�nea. Se trata de uno de los entramados de t�neles m�s grandes de Europa, creados por los griegos como dep�sitos subterr�neos de agua, y que fueron utilizados durante la Segunda Guerra Mundial como refugio para salvar las vidas de m�s de 200.000 personas.
Perderse en el laberinto de calles estrechas del barrio espa�ol, situado en el centro hist�rico, y ver los altares religiosos improvisados por los napolitanos supone sentir el aut�ntico latido de la ciudad. Este distrito surgi� en el siglo XVI cuando Espa�a dominaba N�poles, y serv�a para alojar a guarniciones militares espa�olas, destinadas a reprimir las revueltas de la poblaci�n aut�ctona.
ENTRE PALACETES Y JARDINES
El suburbio siempre ha arrastrado una mala reputaci�n y hasta hace unos a�os, los turistas no pon�an el pie en esta peligrosa zona. Sin embargo, ahora est� repleta de bares donde los j�venes pueden disfrutar de un Aperol Spritz en sus terrazas.
N�poles es una ciudad de contrastes, como se aprecia cuando se coge el funicular para subir hasta el barrio de Vomero, uno de los m�s cool de la urbe, repleto de palacetes y de mansiones rodeados de jardines. Alejado del caos del centro, desde la cima de esta colina se divisa la poblaci�n en 360 grados con vistas espectaculares del golfo de N�poles y de la isla de Capri.
Recorrer la ciudad en metro es otra experiencia, ya que el suburbano es como un museo de arte contempor�neo repleto de obras de creadores. En la estaci�n de Toledo, el arquitecto espa�ol �scar Tusquets ha dise�ado un vest�bulo que sumerge a los pasajeros en un fondo marino.
Pero, sin duda, el mejor espect�culo se encuentra en la calle, donde los puestos ofrecen dulces t�picos como la sfogliatella, el bab� o la pizza frita. Y no se le ocurra pedir napolitanas porque no saben lo que son.
Mercados como el de Pignasecca o el de Porta Nolana son un festival de frutas, carne y pescado en una ciudad que no ha sido invadida por las cadenas de supermercado de turno. No se puede ir uno de N�poles sin ver el Castell d'Ovo o sin recorrer el Lungomare, el paseo mar�timo con una de las mejores vistas del mundo, que fascina tanto a los extranjeros como sus propios habitantes.
GU�A PR�CTICA
C�MO LLEGAR. Las aerol�neas Iberia y Ryanair tienen vuelos directos a N�poles.
D�NDE DORMIR. La opci�n m�s barata es alojarse en un piso del portal Airbnb.
D�NDE COMER. En la pizzer�a Da Michele almorz� la actriz Julia Roberts. En la pasteler�a de Capparelli se degusta el t�pico bab� napolitano.
M�S INFO. En la web de Turismo de Italia.
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