14 películas como Fast and Furious que te recomendamos si has terminado con la saga

Potencia controlada

14 películas como Fast and Furious que te recomendamos si has terminado con la saga

Fast & Furious ha ido profundizando en el imaginario colectivo durante la última década. Su ritmo ha sido algo más pausado que el de la factoría Marvel, pero su recaudación en taquilla, usada como marcador de salud, nos habla de una franquicia que se encuentra inmersa en su plenitud; asentada entre la audiencia, cómoda en su posición y consciente del papel que le toca jugar en la industria del cine. Toretto y compañía se identifican con el Slaption o la Ultracción, un tipo de cine que pone el foco en la secuencia de acción transformándola en una escalada continua de espectacularidad y casualidades imposibles. Una diversión que funciona gracias al pacto ficcional que se establece con el espectador, que queda sujeto a las reglas del universo planteado y las acepta con naturalidad en post del disfrute.

En este tipo de cine podríamos enmarcar trabajos como la trilogía de John Wick, Crank o incluso Kung Fu Panda. Pero hoy no vamos a tirar por ese camino, más bien, vamos a bucear un poco en busca de cintas que nos ofrezcan alguno de los elementos que conforman este cóctel, eso que ha terminado siendo la saga recientemente renombrada como Fast. Desde largometrajes salpicados por persecuciones hasta historias en las cuales el coche es un objeto fundamental y guiones que sirvieron de inspiración; en todo eso nos centraremos hoy, en quemar gasolina mientras recorremos, a toda velocidad, esta ruta que comienza ahora.

1. Bullitt


Comenzamos con un clásico de 1968, una película dirigida por Peter Yates y protagonizada por el gran Steve MCQueen. Una cinta en la cual el coche toma un protagonismo especial en un momento dado, arrojando una secuencia de persecución que es historia del cine y que sigue funcionando perfectamente en pleno 2021. Una historia policiaca que mira al Sindicato del Crimen de Chicago mientras se ambienta San Francisco, dotando a sus persecuciones de un escenario idílico para el espectáculo.

2. Taxi Express


Gérard Pirès dio inicio, en 1998, a una de las sagas con mayor presencia automovilística en pantalla. La primera entrega de Taxi llegó amparada en el reconocido Luc Besson, que puso su mano en el guion y se ocupó de la producción, generando una mezcla de humor y acción muy característica. El film nos pone tras los pasos de Daniel, un repartidor de pizzas que ve cumplido su sueño al hacerse con una licencia de taxi, pero que se verá envuelto en una trama de atracos a escala nacional que deberá impedir si quiere conservar su nuevo trabajo. El éxito fue tal que la franquicia ha llegado a estrenar 5 entregas.

3. The Italian Job (1969/2003)


Poco después de Bullitt y algo antes de Taxi Express, nos topamos con dos versiones de una misma historia, con un título que hoy en día significa "persecuciones y robos", la premisa original de Fast & Furious. La primera, que data de 1969, corrió a cargo de Peter Collison y pone a Michael Caine en la piel de Charlie Crocker, un exconvicto dispuesto a realizar un gran robo en Turín en mitad de un gigantesco atasco. Ahora bien, una vez llevado a cabo el golpe toca salir del país, y tanto la policía como la mafia les pisan los talones. persecuciones imposibles por estrechos recovecos que han dado para mucho en el cine.

Varias décadas después, con el remake establecido como una práctica habitual en el blockbuster, F. Gary Gary reunió a Mark Wahlberg, Edward Norton y Charlize Theron para volver a la carretera en busca de un botín mayor. Una banda criminal es traicionada por uno de sus miembros y para lograr resarcirse de la situación deberán organizar el mayor atasco de la historia de Los Ángeles. Una película de acción y persecuciones trepidante, bien narrada y con un ritmo sensacional.

4. Speed


Seguimos situados en los 90 para abordar Speed, una película que catapultó a Keanu Reeves. Acción sin frenos (permitidme el chiste fácil) y sin concesiones. Directa y frenética de principio a fin, Speed (Jan de Bont) nos sitúa en un autobús que ha sido manipulado para equiparle una bomba que estallará en cuanto el vehículo disminuya su velocidad por debajo de los 80 kilómetros por hora. Una huida hacia delante imposible que os mantendrá pegados a la pantalla durante sus 115 minutos de duración.

5. Death Race


Paul W.S. Anderson (Residen Evil) en la dirección, Jason Statham al frente del reparto y un coche armado con lanzallamas, lanzagranadas y ametralladoras; la película se describe sola. Death Race (2008) es porno de acción, navega en ese constante coqueteo que realiza Anderson con la serie B y no le teme a la lujuria. Coches y violencia a raudales en un mundo distópico en el cual la saturación de presos ha derivado en el mayor espectáculo televisivo del país, la Death Race.

6. El diablo sobre ruedas


Steven Spielberg se pasaba de Colombo a la carretera para coquetear con el terror antes de entregarnos Tiburón. El diablo sobre Ruedas (1971) hizo que, durante mi infancia, observara con desconfianza a cualquier camión que se nos cruzara por la carretera. Tras una premisa simple (un hombre adelanta a un camión cisterna provocando un enfado de campeonato en el caminero) se esconde una película que es pura carretera y mucha tensión. Una imprescindible del director que tiene el asfalto por bandera.

7. The Transporter


Volvemos a Francia, a Luc Beson y a finales de los noventa y principios de los dosmiles. Y es que el éxito de Taxi hizo que el cineasta francés siguiera invirtiendo en productos relacionados con el mundo del automóvil. Frank (Jason Statham), es un transportador, se dedica a trasladar bienes, en su espectacular Mercedes, de un lugar a otro sin realizar preguntas ni conocer nombres. Hasta que un día se topa con un paquete que se mueve y empiezan los problemas. Una película que acelera desde el inicio y no baja el ritmo en todo el metraje. Su éxito fue tal que, al igual que Taxi, terminó derivando en una saga.

8. Mad Max: Fury Road


O cómo aprovechar la tecnología actual para hacer cine de hace treinta años. George Miller volvía la carga en 2015 y junto a Tom Hardy y Charlize Theron nos entregó una película de acción y carretera exquisita. Fury Road es un espectáculo circense que no deja de elevarse hasta llegar al final. Una oda al motor vestida de western-punk, rigurosa, incontestable y comprometida con su mensaje, un espectáculo de acción puro respaldado por una imponente potencia visual y por una historia tan simple como elegante. El artificio queda reservado para la carambola, para la maniobra imposible y la brutalidad de los accidentes. Un divertimento tan lúdico como intenso que todo aficionado al cine o al motor debería ver.

9. Biker Boyz


Reggie Rock Bythewood dirigió en 2003 esta película que pretendía, únicamente, vivir del rebufo creado por Toretto y compañía. Es, sin duda, la peor película de la lista, pero representa como ninguna otra lo que supuso a nivel cultural la revolución creada por Fast & Furious, una muestra de su carácter generacional. La trama sigue la pista de Kid (Derek Luke), el mejor amigo del hijo Smoke (Laurence Fishburne), presidente de un club de motoristas y gran leyenda de las carreras. De esta forma se embarca en el continuo lucimiento de las motocicletas mientras intenta, por otra parte, traslada las bandas y el tuning de Fast & Furious al mundo de las motos. El resultado es tan curioso como inc´´omodo, y parece no conseguir dar con las claves de la cultura motera en ningún momento, pero pone una Suzuki Hayabusa en pantalla, y eso en 2003 tenía mucho valor para los que estábamos al tanto de la actualidad de las dos ruedas.

10. Speed Racer


Las hermanas Wachowski se presentaron en 2008 con esta adaptación de Mach GoGoGo (Meteoro por estos lares), el anime que a su vez adaptó el manga original de Tatsuo Yoshida. La cinta no fue bien recibida ni por el público ni por la crítica. Su excesivo uso del CGI generó mucho rechazo, una licencia creativa que parece querer alcanzar la flexibilidad propia de la animación en el cine de imagen real. El resultado es un espectáculo visual colorido de acrobacias automovilísticas imposibles que abraza con pasión el absurdo de la física de su universo y se sirve de él para marcar cierto tono cartoon. Coches, acción y mucha velocidad en el trabajo más particular de la presente lista.

11. Gone in 60 Seconds (60 segundos)


Aquí debemos tratar, al igual que con The Italian Job, la película clásica y el remake de principios de los dosmiles. De entrada, en 1974, H. B. Halicki se colocaba como productor, guionista, director y protagonista de la película que nos ocupa. En los 70 las persecuciones vendían, y el coche como objeto popular representativo de la cúspide del capitalismo, vendía todavía más (Bullitt marcó cámino). Así que el bueno de Halicki se embarcó en esta historia que nos habla de un ladrón de coches que debe hacerse con 48 vehículos clásicos mientras evita caer en las manos de la policía para después poder revender. Su principal atractivo reside en que cuenta con una de las persecuciones más largas de la historia del cine.

El 2000, inmerso en su indefinición, y en esa acción tan de molar que miraba a John Woo y pretendia imitar su esteticismo sin mucho acierto, nos brindó este otro remake protagonizado por Nicolas Cage. La cinta, más allá del título, tiene poco que ver con la original. Su principal fuerte se encuentra en el reparto, que continúa con Angelina Jolie, Giovanni Ribisi, Robert Duvall y Delroy Lindo, entre otros. Rendall Raines, tras dejar atrás su pasado, debe embarcarse otra vez en el robo para salvar la vida de su hermano haciéndose con 50 vehículos de gama alta. Cage empezaba su cuesta abajo.

12. Ronin


John Frankenheimer (en 1998) ponía al frente del reparto de esta película a Robert de Niro y Jean Reno. Una trama protagonizada por un grupo de mercenarios que, a modo de ronin, venden sus servicios al mejor postor. Para el trabajo que les ocupa, deben hacerse cargo de una misteriosa maleta cuyo contenido es una incógnita. Un thriller de acción ambientado en Europa con persecuciones tan espectaculares como verídicas y un trabajo de especialistas espectacular. Una imprescindible para todo aquel que guste de ver una buena persecución en pantalla.

13. Baby Driver


Edgar Wright (Scott Pilgrim contra el mundo) nos regaló, en 2017, esta romántica historia que juega a hacer bailar sus coches a ritmo de musical. Con un tono muy particular y una economía narrativa envidiable, la película sigue los pasos de Baby, un joven pero experto conductor especializado en fugas. Todo se tuerce cuando el protagonista decide poner fin, por amor, a la vida que llevaba hasta el momento. Ahí da comienzo una danza de persecuciones y escenas espectaculares salpicadas por una increíble banda sonora.

14. Drive


Una película que, en cierta forma, encasillo a ​​​​​Ryan Gosling en su papel de hombre serio y taciturno, pero que supone otra carta de amor al mundo de la conducción. Nicolas Winding Refn se puso tras la cámara y nos transportó al introspectivo mundo de Driver, un mecánico y conductor especialista que aspira a piloto y que únicamente tiene dos pasiones: los coches y su recién conocida vecina. Una cinta que cuenta con un ritmo pausado y contemplativo que combina de maravilla con sus repentinas explosiones de adrenalina que tienen lugar cuando el protagonista se pone tras el volante. Se encuentra en las antípodas de Fas & Furious, pero comparte su amor por el motor.

Bonus track: Le llaman Bodhi (Point Break)


Le llaman Bodhi, dirigida por Kathryn Bigelow y estrenada en 1991, es el germen de la saga que ha motivado esta lista. La primera entrega de Fast & Furious no deja de ser un trasunto de esta cinta que seguía los pasos de un joven agente del FBI que debe infiltrarse en una banda de atracadores para intentar desenmascararlos. Keanu Reeves y Patrick Swayze emulan la relación que se da entre O'Conner y Toretto en la primera entrega. Una buena película que resulta interesante más allá de su relación con la saga, pero que se vuelve fundamental para los fanáticos de Fast & Furious que quieran bucear en los orígenes de la franquicia.

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