Patrimonio cultural y paisaje urbano

Es uno de los conjuntos conventuales más antiguos y mejor conservados de Madrid. Fundado por Dª Juana de Austria, en 1559 sobre un palacio renacentista, fue remodelado inicialmente por Antonio Sillero y ampliado o reformado en sucesivas ocasiones.  El conjunto actual consta de dos grandes claustros, escalera, dependencias conventuales, iglesia, huerta y museo. La iglesia, de una sola nave y cubierta con bóveda de cañón con lunetos, es obra de Juan Bautista de Toledo, y no se terminó hasta 1564. La fachada del monasterio es de mampostería granítica encuadradas por verdugadas de ladrillo, mientras que la de la iglesia sigue un esquema renacentista, con un esquema casi reticular de paños de ladrillo, placas lisas de granito y rematada por frontón con óculo central. Del primitivo palacio se conservan el zaguán, la puerta de ingreso, el patio con columnas de granito y la traza de la escalera, que fue decorada en el siglo XVII. La iglesia se incendió dos veces, una en el siglo XVIII, momento en el que se reformó el conjunto por Diego de Villanueva y otra en 1862. El monasterio no se vio perjudicado en la desamortización de Mendizábal, y durante la guerra civil, se protegió de las bombas y sus bienes fueron cuidadosamente trasladados. Sin haber terminado la guerra se acometió una restauración y se cambiaron las tejas por otras de pizarra. El conjunto monástico conserva una importantísima colección de obras de arte de extraordinario valor.