Misterio en Saint-Tropez (2021), de Nicolas Benamou

Vodevil que homenajea a las comedias de Louis de Funès –la mención a Saint-Tropez en el título, la animación de los créditos y la presencia de gendarmes son pequeños guiños a El gendarme de Saint-Tropez– o a las torpezas típicas de los personajes de Peter Sellers, como en El guateque.

En tal sentido, la trama es casi lo de menos. Situada en la citada localidad veraniega en los 70, un tipo enmascarado sabotea el coche de la baronesa Éliane Tranchant con propósitos asesinos, lo que conduce a una llamada del mismísimo ministro Jacques Chirac, pidiendo a Maurice Lefranc, director de la policía que envíe a resolver el caso a su mejor hombre. Como casi todos están de vacaciones acude el torpe y caótico inspector Jean Boullin, haciéndose pasar por mayordomo para no llamar la atención entre los numerosos pijos y excéntricos amigos del barón Claude Tranchant. Pero desde luego, no va a pasar precisamente inadvertido.

Nicolas Benamou dirige un guión en el que han intervenido Christian Clavier –también actor protagonista– y Jean-Marie Poiré, artífices de la saga Los visitantes ¡no nacieron ayer!, donde se apuesta por un humor muy físico y por los equívocos verbales, donde Boullin parece un trasunto del inspector Clouseau de La pantera rosa. Por supuesto la identidad del potencial asesino es lo de menos, de lo que se trata es de ver al policía investigador metiendo mil y una veces la pata, ya desde el primer momento en que el barón le recoge en la estación y le lleva al garaje donde está el coche saboteado, pasaje tronchante pero que a parte del público quizá le resulte difícil de soportar, porque resulta casi increíble cómo encadena torpeza con torpeza.

Hay muchos personajes que son pura caricatura, desde el chef de Jérôme Commandeur a la diva española a la que da vida Rossy de Palma pasando por el jefe de policía de Gérard Depardieu, Obélix junto a Clavier Astérix en las películas del guerrero galo, o los ricos decadentes y artistas con sus caprichosas parejas y sus líos amorosos. El conjunto es una tontadita frívola e intrascendente, pero de duración llevadera y tal vez refrescante en una calurosa tarde-noche de verano.