¡Shazam! La furia de los dioses (2023), de David F. Sandberg

Cuando grita la palabra "Shazam", el adolescente Billy Batson se transforma en un superhéroe, que imparte justicia, junto a sus hermanos adoptivos, con los que forma el grupo conocido como "Los Fiascos de Filadelfia". Pedro también intenta triunfar en el béisbol, Mary trabaja a la vez que estudia y Freddy pretende convertirse en un justiciero por su cuenta. Conforme se acerca su mayoría de edad, Batson tiene miedo a dejar el sistema de acogida y perder a su nueva familia. Los muchachos no ven venir la llegada de las Hijas de Atlas, dos diosas ancestrales que necesitan arrebatarles a ellos los poderes para restaurar su reino. Mientras, Freddy se siente atraído por Anthea, una recién llegada a la clase.

Pese a la saturación de superhéroes, el realizador David F. Sandberg consiguió en 2019 un soplo de aire fresco con Shazam!, que llevaba a la pantalla uno de los personajes más antiguos de la factoría DC, creado en 1939 por el guionista Bill Parker y el dibujante Clarence Charles Beck, aunque en principio se llamaba Capitán Marvel, denominación que tuvo que dejar de usar por una denuncia de la empresa rival. Su secreto estribaba en combinar aventuras juveniles con muchos golpes de humor, y aunque no ofrecía grandes novedades, el film se dejaba ver, y prescindía del toque siniestro y oscuro de las demás producciones de Warner.

Tres años después, al realizador parece habérsele acabado la inspiración. Sorprende la cantidad de nuevos personajes y elementos que se han añadido, como una pluma mágica llamada Steve, y se abusa de los efectos visuales con los mejores CGI, pero nada despierta el interés de espectador, por culpa de un guión de cómic de segunda fila, bastante pueril, que se limita a presentar villanos sin motivaciones particularmente trabajadas que ponen en apuros a los protagonistas para pasar el rato, se diría que por puro odio a la humanidad. Sabe también a poco la aparición 'sorpresa' de un personaje de primera fila de la factoría, cuando llega el espectador está tan desencantado qe le da igual.

El joven Asher Angel, sacado de Andi Mack, de Disney Channel, se esfuerza en vano para resultar creíble como el personaje central, así como Zachary Levi, que da vida a su versión adulta. Resulta especialmente decepcionante Helen Mirren, a la que han debido pagar un pastizal para que construya una villana totalmente lineal impropia de su talento. Peor todavía sus hermanas diosas, Lucy Liu y Rachel Zegler, que no parecen saber ni dónde se encuentran. 

Al estilo de Marvel, se han incorporado dos secuencias post-créditos.