Premios: 1 Oscar (más 3 nominaciones) Ver más
El optimista inagotable
Ochenta años se ha pasado en el cine y los escenarios el actor Mickey Rooney, ¿alguien da más? Actor infatigable que ha sobrepasado los tres centenares de películas, brilló especialmente en los años 30, cuando se convirtió en el adolescente que mejor representaba en la pantalla al estadounidense idealizado, pues se especializó en chicos vitalistas, campechanos y sobre todo muy entusiasmables. Los mismos rasgos que el otro gran Mickey de la pantalla, Mickey Mouse, algo que no es casual, pues al parecer Walt Disney podría haberse inspirado en el actor para bautizar al personaje. A pesar de su pequeño tamaño, gracias a su simpatía conquistó al público y también a la mismísima Ava Gardner.
Oriundo de Brooklyn (Nueva York), donde vino al mundo el 23 de septiembre de 1920, Joe Yule, Jr. era hijo de Joe y Nellie, un matrimonio de cómicos de vodevil. Cuentan que a los quince meses –y aunque no hacía muchos meses que podía andar– se metió en el escenario, cuando nadie se dio cuenta, mientras sus padres actuaban, y se dirigió a donde estaba la orquesta. Allí empezó a darle golpes al tambor, lo que fue tan aplaudido por el público que sus padres decidieron incorporar al espectáculo todos los días aquella inesperada aparición estelar. Cuando sus padres se separaron, su madre le llevó a Hollywood, para presentarle a pruebas infantiles. Debutó en el cine a la tierna edad de seis años, con Not to be Trusted, una comedia muda de 1926. Al año siguiente se convirtió en protagonista de la serie Mickey McGuire, que se extendió a lo largo de cincuenta cortos, y en la que encarnaba a un golfillo.
Aunque nunca obtuvo la popularidad de otros niños prodigio, como Jackie Coogan y Shirley Temple, que eran los reyes de la época, a diferencia de ellos Rooney siguió en activo posteriormente. Cuando ya era un adolescente, David O. Selznick le fichó para MGM, contrato que pudo simultanear con sus estudios en Mrs. Lawlor’s School for Professional Children. Debutó con su nueva productora en El enemigo público nº 1 (1934), con Clark Gable, Myrna Loy y William Powell, donde su papel era muy secundario. Con títulos como Ayer como hoy, Flor de arrabal y El pequeño lord, se gana la confianza de los jefazos del estudio, que al final le asignan un papel protagonista, con Lionel Barrymore, una de las grandes estrellas de la época, en El honor de la familia, que en principio era una comedia de relleno para los programas dobles de MGM. Contra todo pronóstico, tuvo tanto éxito que fue el principio de una larguísima serie, en la que Rooney volvía a interpretar a Andy Harvey, hijo de un juez de una pequeña localidad. Aunque Barrymore no estaba presente en las secuelas, éstas tuvieron tanta aceptación que Rooney se hizo muy popular, tanto que en 1938 recibió un Oscar ex aequo con Deana Durbin, por personificar en el cine el espíritu juvenil. También recibió una nominación por Hijos de la farándula, un musical sobre dos jóvenes con talento que intentan abrirse camino en el mundo del espectáculo, coprotagonizado por su compañera de reparto de la serie de Harvey: Judy Garland. Ambos repitieron en papeles calcados en cintas como Novatos en Broadway, Armonías de juventud y Girl Crazy, que les consagraron como una de las parejas más taquilleras del momento. También triunfaban las películas en las que trabajó con Spencer Tracy (Capitantes intrépidos, Flor de arrabal, Forja de hombres, La ciudad de los muchachos y muy posteriormente El mundo está loco, loco, loco). Tracy también hizo un cameo en El joven Edison, uno de los mejores trabajos de Rooney, en el que encarnó al célebre inventor, papel que asumiría el mentado Tracy en la secuela, Edison, el hombre, donde era el mismo personaje de Rooney, adulto. A pesar de estar en la cima, siempre intentó que no se le subiera a la cabeza. “Es fundamental llevar una vida normal. Lo más importante es ir a la universidad, como yo, y hacer cosas. Por ejemplo, mucho deporte”, comenta el actor, aficionado al golf y al tenis.
Mickey Rooney se mantuvo arriba a lo largo de los 40 con filmes como La comedia humana, Fuego de juventud y Mi vida es una canción. Una década más tarde intentaba sacar adelante su propia productora, Mickey Rooney Productions, con la que puso en marcha The Atomic Kid, y algún otro título que no tuvo ninguna repercusión comercial. A pesar del chasco, Rooney se prodigó en televisión, teatro y cine, con títulos como Los puentes de Toko-Ri, Amanecer sangriento, Desayuno con diamantes, etc. Rooney tuvo una azarosa vida sentimental, pues ha llegado a casarse ocho veces, cuatro de ellas con actrices, la citada Ava Gardner, Carolyn Mitchell, Martha Vickers y Jan Rooney, que se mantiene a su lado. Fruto de todas sus relaciones, tuvo nueve hijos.
Rooney no tiró nunca la toalla hasta su muerte, pues se mantuvo muy activo a lo largo del tiempo. De los 70 se recuerda su interpretación del abuelo, en Pedro y el dragón Elliot y su trabajo en El corcel negro, por el que fue nominado al Oscar por cuarta vez. Le dieron un segundo Oscar honorífico –tenía el Oscar honorífico juvenil– en 1983 por el conjunto de su carrera. En sus últimos años de carrera, fue un veterano vigilante en Noche en el museo.
Premios
Nominado a 1 premio
- Actor de reparto El corcel negro
Nominado a 1 premio
- Actor de reparto Amanecer sangriento
Nominado a 1 premio
- Actor principal La comedia humana