Su gran trabajo para el cine, así como el de otros ‘colegas’ de profesión como Newman, Waxman etc. empujó a las grandes productoras de cine como la Fox, MGM y la Warner a crear sus propios departamentos musicales con un responsable, su compositor, para supervisar todo el trabajo musical de una película.

Steiner había trabajado en la RKO Studio hasta 1937 donde la Warner le ofreció todas las posibilidades de hacer grandes partituras con todos los medios necesarios. Y el tiempo demostró que así fue.

Steiner, Newman, Waxman, Rózsa, Korngold y tantos otros marcaron las líneas a seguir en la composición de la música para el cine. Obras melodramáticas, llenas de fuerza emocional, con melodías largas y fluidas, destacando un tema central sobre el que pivotaría toda la obra musical y acompañada de una gran orquestación que alcanzaba un gran sinfonismo. Los sentimientos y conflictos de los personajes ahora se realzaban, se hacían más potentes a través de la música donde se ponía de manifiesto el amor, la alegría, el heroísmo, la tristeza, el miedo etc.

Por ejemplo; En ‘King Kong’ (1933) Steiner quiso realzar la historia a través de la conexión emocional entre la joven protagonista y el animal. Dado que King Kong no podía expresarse como un ser humano, se trataba de humanizarlo llevándolo más allá de las limitaciones de su instinto animal. Lo que puso en el espectador el sentimiento de que había una relación especial entre la protagonista y Kong, que los demás de la historia no podían comprender, pero que el espectador si podía hacerlo, y gracias en buena parte a la música de la película. Y si queremos más ejemplos solo tenemos que pararnos a ver su obra cumbre; ‘Lo que el viento se llevó’ (1939) y ver la relación tan estrecha entre la música, sus personajes y cada momento de la trama.

La historia del cine no se detendría. Y a medida que el mundo sufrió grandes transformaciones, estas se plasmaron en el cine y por ende en su música. Por ejemplo, en la década de los cuarenta, en plena efervescencia nacionalista por todo el mundo, la música contribuyó a generar el espíritu patriótico y los compositores de entonces pusieron todo su talento a ese fin.

Los grandes de la música de cine seguirían llevando ‘la batuta’ (y nunca mejor dicho) de las grandes películas de cine, aunque, como es obvio, se irían añadiendo otros grandes que seguirían sus pasos, aunque con nuevos estilos y diferentes formas de entender las bandas sonoras.