Maurice Gamelin representa el fracaso de toda la doctrina militar francesa

Maurice/Gamelin/Comandante en Jefe de las fuerzas aliadas en Francia/París, 20 de septiembre de 1872-París, 14 de abril de 1958/

Señalado por muchos como el responsable de la derrota francesa en mayo de 1940, el general Maurice Gustave Gamelin estaba considerado como uno de los más brillantes y mejor preparados militares de su generación. Fruto de la Academia Militar de St-Cyr, había destacado en la Primera Guerra Mundial, tanto en el Estado Mayor de Joffre como en el mando directo de la 9ª División de Infantería. Tras la contienda, permaneció en el ejército en diversos destinos: Brasil, Siria..., y continuó ascendiendo hasta lo más alto del escalafón militar, siendo nombrado al comienzo de la Segunda Guerra Mundial comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.

La falta de reacción y el inmovilismo de Gamelin durante los primeros días y semanas de la guerra es uno de los principales reproches que hoy en día se le hacen. En un momento en que la maquinaria militar alemana estaba totalmente volcada en Polonia hubiera sido determinante realizar una acción ofensiva en el Oeste, ya que la Línea Sigfrido, la línea de defensa alemana equivalente a la Maginot francesa, estaba incompleta y defendida por tropas de segunda y tercera línea. Sin embargo, con apenas unas escaramuzas libradas en la frontera, la inactividad se trasladó a todo el frente Oeste y a los estados mayores de los ejércitos aliados, en lo que se conocería como la Drôle Guerre. Gamelin, al igual que la inmensa mayoría del ejército, descansaba en el ideal de la inviolabilidad de la Línea Maginot , tras la cual se agazaparon confiados en que nunca volverían a pasar por la angustia de una nueva Batalla del Marne.

Sin embargo, no podemos culpar únicamente a Gamelin de esa inactividad, que debe ser contemplarla en conjunto con la doctrina militar francesa del periodo. La sangría de la Gran Guerra había trastornado por completo el juicio militar de buena parte de los estados mayores de todos los ejércitos, en Francia quizás más que en cualquier otro país. La Ofensiva a Ultranza de 1914 había dado paso en 1939 al Avance Metódico y a la máxima de "la artillería conquista y la infantería ocupa el terreno". La radical transformación que los medios móviles acorazados ―y el concepto último de división Panzer― iba a provocar en la guerra había pasado totalmente desapercibida, cuando no deliberadamente ignorada. Así, Francia y su ejército se encaminaron a la Segunda Guerra Mundial con conceptos y doctrinas no sólo ya anticuadas, sino que se habían probado ineficaces en el anterior conflicto.

La dirección de Gamelin de la campaña de mayo de 1940 fue mediocre. Sorprendido por la velocidad y contundencia del avance de la Wehrmacht, en ningún momento fue capaz de articular una respuesta a la blitzkrieg alemana. Para la mentalidad y la doctrina al uso, lo que estaban haciendo las fuerzas panzer "era imposible". El problema, sin embargo, era que no sólo resultaba posible, sino que además lo estaba llevando a cabo el enemigo. Relevado del mando el 19 mayo de 1940, se le traspasó a la reserva. Tras el Armisticio, fue acusado de alta traición por el régimen de Vichy y juzgado dentro de la farsa de los Juicios de Riom. Fue primero encarcelado y luego deportado a Alemania, donde permaneció hasta su liberación por parte de las tropas de EEUU en 1945.

Inteligente, capaz, patriota, conocedor de su trabajo..., el problema de Gamelin, como el de otros muchos oficiales de su época, fue que vivía en una realidad militar que había sido superada por el concepto de la blitzkrieg.

Archivo Fernández-Xesta.