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Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Maureen stapleton, una actriz de talento

Trabajó a las órdenes de Sidney Lumet, Woody Allen y Warren Beatty

La actriz Maureen Stapleton murió el pasado día 13 de marzo a los 80 años, en la ciudad de Massachussets.

Stapleton fue una auténtica dama de la escena, una luminosa actriz de insólitos registros, profundamente conmovedora y de irresistible talento, además de ampliamente galardonada: entre sus premios más relevantes, se cuentan dos Tony, por sus trabajos en La rosa tatuada y The Gigerbread lady, un Emmy en 1967 por Among the paths to Eden, un Globo de Oro como actriz de reparto en 1971 por Aeropuerto, de George Seaton, y un Oscar, también como actriz de reparto, en 1981 por su labor en Rojos, dirigida por Warren Beatty,

Stapleton era una fumadora empedernida y su muerte se debió a una enfermedad pulmonar crónica, según informó uno de sus hijos. Nació el 21 de junio de 1925 en Nueva York, en el seno de una familia católica de ascendencia irlandesa; durante su niñez hubo de sobrellevar el alcoholismo de su padre, que abandonó el hogar cuando ella tenía cinco años; tras graduarse, decidió dejar su casa en 1943 para trasladarse a Manhattan y emprender sus estudios de interpretación en la escuela de Herbert Berghof y, más tarde, en el legendario Actor's Studio, donde se alimentó de las enseñanzas del Método y trabó amistad con Marilyn Monroe.

La década de los cuarenta acogió sus primeras interpretaciones en los escenarios teatrales, inicio de una extensa carrera que se prolongaría durante más de 50 años y en la que alternó trabajos en teatro, cine y televisión.

Stapleton comenzó a abrazar el éxito con su memorable labor en la obra de Tennessee Williams La rosa tatuada, en la que sus recursos dramáticos explotaban enfrentados a la potencia interpretativa de su amigo del Actor's Studio Eli Wallach. La rosa tatuada acumuló 300 representaciones y valió a Stapleton su primer premio Tony. Sin embargo, también significó el inicio de una vida privada que se deslizaba frecuentemente hacia lo tormentoso, enfrentada a serios problemas con la bebida.

Stapleton saltó pronto a las pantallas televisivas, y de ellas al cine para debutar y obtener su primera candidatura al Oscar en 1958, con el drama Corazones solitarios (1958), en el que seducía nada menos que a Montgomery Clift y estaba acompañada por Robert Ryan y Mirna Loy.

Desde entonces compaginaría los tres medios, siempre como una actriz sólida y aguerrida, representante de una estirpe hoy desaparecida, de imponente presencia y elástica ductilidad, que permitía incorporar a sus interpretaciones de mujeres fuertes una cierta vulnerabilidad que atrapaba el corazón del espectador.

En 1959 se reencontraría con la figura de Tennessee Williams y entregaría otra monumental interpretación en la adaptación cinematográfica de Piel de serpiente, a las órdenes de Sydney Lumet y acompañada por Marlon Brando, Joanne Woodward y Anna Magnani, quienes luchaban en todas las secuencias para desviar los ojos del espectador de la figura de Stapleton.

En los años sesenta se dedicó fundamentalmente a la televisión, pero en 1970 ofreció otro estallido actoral en Aeropuerto, la primera de las entregas de la serie de catástrofes aéreas, trabajo que le valió un Globo de Oro y su segunda candidatura al Oscar.

En el año 1978 arroja otra muestra de su inabarcable personalidad interpretativa de la mano de Woody Allen, que la reclamó para formar parte del elenco de su primer drama, Interiores, una película inspirada en el cine de Ingmar Bergman en la que Stapleton devoraba a actrices como Diane Keaton y Kristin Griffiths y medía fuerzas con la gigantesca Geraldine Page, además de adornar su currículo con una nueva candidatura a los premios de Hollywood.

Pero Stapleton seguiría desbordando talento. Diez años más tarde, se hizo cargo del personaje de la escritora anarquista Emma Goldman en Rojos, el aclamado filme interpretado y dirigido por Warren Beatty. Al fin, Stapleton lograba el ansiado Oscar en su cuarta candidatura al premio.

Siempre en activo, durante la década de los ochenta fue reclamada por cineastas de todo tipo y participó en decenas de películas, tan diversas como Cocoon (1985), de Ron Howard, Hecho en el cielo (1987), del por entonces gurú de la modernidad Alan Rudolph y The last good time (1994), de Bob Balaban. Queda como su última película la mediocre comedia de Doug Stone Living and dining, en la que ya dejaba entrever su delicado estado de salud.-

Maureen Stapleton recoge el Oscar en 1982 por su interpretación de la anarquista Emma Goldman en <i>Rojos,</i> de Warren Beatty.
Maureen Stapleton recoge el Oscar en 1982 por su interpretación de la anarquista Emma Goldman en <i>Rojos,</i> de Warren Beatty.EFE

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