Es la heredera del heredero al trono. Por ello no siente a�n la misma presi�n que otras princesas de su generaci�n como Amalia de los Pa�ses Bajos, Isabel de B�lgica o la misma Leonor de Espa�a. Y, sin embargo, Ingrid de Noruega muy probablemente empezar� desde ya a participar en muchos m�s actos institucionales que las anteriores.
Porque la primog�nita de Haakon y Mette-Marit, desde que cumpli� 18 a�os el pasado enero, se ha convertido en una pieza clave para la Casa Real de este pa�s escandinavo dada la maltrecha salud de su abuelo, el rey Harald V, que obliga al pr�ncipe heredero a asumir con relativa frecuencia la regencia, perfectamente engrasada e institucionalizada para que nunca haya problemas de vac�o de poder como los que, sin ir m�s lejos, s� se podr�an producir en Espa�a por la desidia de un Parlamento que mira hacia otro lado cuando de regular cuestiones sobre la Monarqu�a se trata. La fr�gil salud que tambi�n aqueja a la princesa Mette-Marit -diagnosticada de fibrosis pulmonar, enfermedad degenerativa y cr�nica- tambi�n pone el foco sobre Ingrid para que asuma un progresivo protagonismo en ceremonias de Estado.
El Palacio Real de Oslo acogi� ayer por la tarde una cena de gala a la que acudieron representantes de numerosas dinast�as europeas, incluido el Rey Felipe VI, uno de los padrinos de bautismo de la princesa. Fue el colof�n a los numerosos eventos con los que Noruega ha celebrado la mayor�a de edad de su futura reina. La v�spera se hab�a celebrado otra cena oficial ofrecida en su honor por parte del Gobierno en la nueva biblioteca Deichman Bj�rvika de Oslo. Y, antes, en enero, fue cumplimentada por los tres poderes del Estado, con visitas al Parlamento, a la sede del Gobierno y al Tribunal Supremo. El 18 cumplea�os tambi�n fue la ocasi�n para que Ingrid concediera su primera entrevista a la televisi�n p�blica nacional.
Muy comedida en sus declaraciones -estamos ante una princesa especialmente reservada-, s� dej� muy claro que tiene bien asumido el papel que le corresponde ejercer. "Una puede so�ar y preguntarse c�mo habr�a sido una vida completamente diferente. Yo tambi�n. Pero esa no es la vida que tengo, por lo que resulta dif�cil imaginar no estar en este papel", subray�. Admiti� que a�n no sabe qu� estudios superiores cursar� -decisi�n que habr�n de consensuar entre el Ejecutivo y la Casa Real-, aunque sorprendi� al confesar que su madre le empuja a formarse en Medicina, una disciplina en principio alejada de lo que se ven obligados a estudiar todos los futuros Jefes de Estado. No hay tampoco noticias sobre su instrucci�n militar, aunque a Ingrid le corresponder� en su momento ejercer el alto mando de las Fuerzas Armadas.
Cuando ascienda al trono, Ingrid se convertir� en la segunda mujer que reina en Noruega, aunque la anterior, Margarita (1387-1412), fue en realidad soberana de la Uni�n de Kalmar bajo la que se aglutinaron las coronas de Dinamarca, Noruega y Suecia. La primog�nita de Haakon y Mette-Marit -�sta lleg� al matrimonio con un hijo, Marius Borg- podr� asumir la jefatura del Estado gracias a la reforma constitucional de 1990 que aboli� la anacr�nica ley semis�lica por la que, sin ir m�s lejos, la t�a de nuestra protagonista, la princesa Marta Luisa, se vio desplazada del orden sucesorio en favor de su hermano menor, el actual heredero Haakon. En un pa�s que presume de sus pol�ticas igualitarias tan avanzadas, una norma que diera prevalencia al var�n en el derecho al trono, como sigue sucediendo en Espa�a, ser�a inasumible.
El apoyo de los ciudadanos noruegos a la instituci�n es extraordinariamente alto. El respaldo al rey Harald raramente ha bajado del 70%. Pero hoy es incluso mayor. A principios de este mes, se produjo un episodio ins�lito en las monarqu�as europeas. La ministra de Cultura, Anette Trettebersgstuen, del Partido Laborista -formaci�n que encabeza el actual primer ministro-, consigui� que el Parlamento votara una proposici�n en apoyo de la rep�blica. La iniciativa fue ampl�simamente rechazada, con 134 votos a favor de la Corona, frente a 35 en contra. Trettebersgstuen, que recibi� enormes cr�ticas, se defendi� diciendo que "ama profundamente a la familia real, pero que sus convicciones son republicanas". Ha servido en todo caso el asunto para subrayar el enorme amparo pol�tico que tiene la monarqu�a. Y, a�n m�s, la moci�n coincidi� con la �ltima encuesta sobre la instituci�n, que refleja que el 84% de los noruegos est� muy a favor de mantenerla.
Tiene, por tanto, muy despejado el camino hacia el trono la princesa Ingrid. Alguna envidia despertar� a buen seguro en otras herederas que s� se enfrentan a aut�nticas carreras de obst�culos.
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